Todo lo que sentí entonces era que yo era un forajido psiquico, y me gustaba, me gustaba bastante más que tratar de ser un caballero, y con un conjunto de emociones acelerándose entre sí, exploté profundamente el mensaje letal de la marihuana, el humor de los assasins, y por primera vez en mi vida supe lo que era fabricar tus impulsos.
Podría escribir sobre eso aquí, pero sería un error. Dejemos que la experiencia quede donde está,y en un año dado puede encontrarse de nuevo en una novela. Por ahora baste con decir que la marihuana abre los sentidos y debilita la mente. En el final, pagas por lo que obtiene. Si consigues algo grande, el costo será equivalente.