Y Zelda se convirtió en vikinga

Durante milenios, el ser humano ha creído en todo tipo de mitos que han llegado a nuestros días gracias a la tradición oral, por un lado, y a la escrita, por otro. Muchos de ellos nos hablan de grandes héroes que se enfrentaron a tremendos villanos para conseguir sus objetivos, y aunque hace tanto que sus gestas quedaron atrás, todavía hay personas que creen en ellos. Como Zelda, la protagonista de su propia leyenda, la misma que queda reflejada en la novela Y Zelda se convirtió en vikinga, de Andrew David MacDonald. Si quieres saber cómo he llegado a adorar a esta chica de veintiún años hasta el punto de echarla tanto de menos tras acabar la lectura de esta novela, no tienes más que seguir leyendo este artículo.
Zelda es una chica con trastorno del espectro alcohólico fetal y una entusiasta de las historias de vikingos. Mientras Gert, el hermano con el que vive, va a la universidad, Zelda acude al centro cívico, donde pasa buenos ratos con otros chicos con capacidades diversas. También a veces va a la consulta del doctor Laird, un experto en desarrollo cognitivo que un día le cuenta que el valeroso guerrero encontrado en una tumba era en realidad una mujer. Tras cumplir veintiún años, Zelda está preparada para comenzar a escribir su propia leyenda como vikinga. Pero, ¿cómo lo hará? ¿Será cuando decida tener relaciones con su novio, Marxy, un chico totalmente dependiente de su madre, Pearl? ¿ En el momento en el que encuentre un trabajo con el que sentirse más independiente? ¿O cuando descubra que su hermano se ha metido en líos y tenga que ir a rescatarlo?
Zelda, la narradora y protagonista de esta inspiradora historia, es una chica de veintiún años que se sabe diferente y no le importa en absoluto. Siempre dispuesta a superarse, nuestra chica ha decidido convertirse en una vikinga, aunque no tenga muy claro cómo hacerlo. Serán las pruebas que la vida le ponga tras su divertido cumpleaños (amenizado por un vikingo que era en realidad un stripper) las que la guiarán hacia su verdadero destino. Un destino que tal vez no se parezca al que ella tenía en mente en un principio pero que, sin duda, resultará espectacularmente glorioso.
Zelda vive con Gert, un chico que tiene aspecto de ser alguien problemático y que, por desgracia, acabará siéndolo cuando decida dejar la universidad y vender drogas para un tipo peligroso. ¿Conseguirán AK47, la ex novia de Gert y Zelda convencer al muchacho de que vuelva al buen camino?
Zelda no sería la que es sin ese hermano que siempre, a pesar de todo, se preocupa por ella; pero tampoco sin sus amigos, en especial AK47 (cuyo nombre real es Annie), la increíble conductora de autobús que la lleva al centro cívico cada día, la misma que salió por un tiempo con Gert; el doctor Laird, el médico experto en desarrollo mental siempre dispuesto a escucharla; y el doctor Kepple, el autor del Manual del vikingo, el libro de referencia de nuestra chica y hombre que nunca contesta a sus emails (y, aun así, ella le sigue escribiendo).
Por otra parte, Zelda tiene un novio con el que pretende mantener relaciones sexuales: Marxy. Aunque todo el mundo intente convencer a Zelda de que Marxy y ella no están en los mismos niveles de desarrollo, ella no cejará en su empeño de seguir con él. ¿Qué podría separarles entonces?
Hay libros de los que podrías pasar días hablando. Para mí, Y Zelda se convirtió en vikinga es uno de ellos: una novela en la que de una forma natural y fluida, y gracias a una protagonista carismática, valiente, sensible, inocente y única, su autor, Andrew David MacDonalds nos habla de lo increíbles que son las personas con capacidades diferentes, del valor de la familia, de la importancia de la amistad, de las relaciones sexuales entre personas de capacidades diversas, del valor de la independencia, de la esperanza que reside en los sueños, de este mundo de prejuicios en el que vivimos, de la búsqueda de oportunidades de todo tipo y mucho más. Y sí, por supuesto que al final Zelda se convierte en una vikinga. Pero no pienso contarte cómo lo hace: tendrás que leer su novela para averiguarlo. ¡Y tendrás que hacerlo pronto si quieres convertirte algún día tú también en tu propia leyenda! Pues estoy segura que en este libro, además de un carrusel de sentimientos y muy buenas letras, encontrarás tu camino para hacerlo.
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Una historia muy tierna, contada desde la inocencia, el amor y la valentía.

Nos presentan a Zelda, una chica de 21 años con TEAF y a su tribu vikinga, donde Gert (su hermano) tiene una posición fundamental en ella. A lo largo de las páginas, acompañamos a Zelda hacer su propia leyenda, convirtiéndose en una vikinga luchadora, superando todos los obstáculos que le pone la vida y la sociedad.

El libro está escrito en primera persona, concretamente relata la historia Zelda, que ve la bondad de la gente donde otras personas no la ven, se esfuerza en ayudar a su hermano con los estudios, quiere salvar a su linda doncella y aporta oro en las arcas de la tribu. Poco a poco, vamos viendo como Zelda va viviendo su propia vida, y como consigue salvar a su tribu. Leer las cosas que han vivido los dos hermanos, desde ese punto de inocencia, es desgarrador. La relación de los hermanos es muy buena y se refleja que Gert no deja de ser un crío que se ha visto en la obligación de cuidar a su hermana, y ha intentado hacerlo lo mejor que ha podido.

También leemos unos cuantos temas controvertidos, como puede ser la sexualidad entre personas con discapacidad (fundamentalmente intelectual). Como se ha documentado Zelda y con ayuda de otras personas estaba preparándose para encuentros sexuales, los esteriotipos de género que iban calando en ella (como por ejemplo la depilación de los sobacos), etc.

Si te apetece conocer un poquito más a Zelda, no dudes en leer la novela, seguro que no te arrepientes.

La historia es contada en primera persona por Zelda, una joven con síndrome de alcoholismo fetal que está obsesionada con la tradición vikinga. Para mí, su voz no es suficiente para transmitir la historia. La vida de Zelda es difícil: vive con su hermano mayor no demasiado maduro, que parece ir por el camino de ser un traficante de drogas, tratando de alcanzar el estatus de vikingo 'legendario' según un libro sobre vikingos, trabajando en su sexualidad. mientras explora sus sentimientos por un amigo con necesidades especiales, se mueve más allá de su zona de confort hacia la independencia, etc. Su voz es de inocencia con algo de humor ligero, pero muchas de las situaciones en las que se encuentra son oscuras y / o incómodas. Hay otros personajes cuyo punto de vista puede haber proporcionado más interés: la novia del hermano de Zelda, Annie, es una voz de razón y parece entender y amar a Zelda. Y el punto de vista de su hermano, Gert, podría haber ayudado con la historia de fondo al brindar más información sobre su pasado y el suyo. En general, encontré que este estaba fuera de lugar. La falta de mundo de Zelda y su excesivo interés en los vikingos podrían haber sido encantadores e interesantes, pero, cuando se combinan con eventos desconcertantes, violentos y aterradores, la historia se desequilibra. El final ofrece una sensación de resolución y esperanza, pero no lo suficiente como para considerarlo una lectura satisfactoria.