Reflejos en el espejo: La felicidad es el propio camino | NOVELA DE INTRIGA

El templo de Debod es mi lugar favorito de Madrid y ver atardecer allí es impresionante, sobre todo si hay agua. Por lo que esta portada llamó mi atención en cuanto la vi. He de reconocer que al leer en la portada "La felicidad es el propio camino" pensé que era un libro de autoayuda y eso me echaba un poco para atrás, pero al mirar vi que ponía ficción sobre vida familiar y suspense romántico y me adentré en sus páginas.

Es la primera vez que leo a este autor. La forma en la que está narrada la novela se me hace bastante extraña. Empieza en tercera persona, va cambiando de primera a tercera por capítulos y hay algunos errores y cosas que me han chirriado, como que se narra la misma escena dos veces y ambas en tercera persona pero de manera diferente. Aparte la historia en primera persona, quienes no sabes quienes son los protagonistas hasta el final, no aporta realmente nada a la trama. Es una historia muy bonita la de la chica pelirroja que recibe notas los viernes por debajo de la puerta pero me temo que es prescindible tal y como está entremetida. Se podía haber integrado mejor a la historia pero a veces te saca un poco del texto cuando cambias el capítulo y cambia la historia.

El protagonista de esta historia es principalmente Daniel Santos, aunque en ocasiones he llegado a dudarlo. Daniel es un chico joven, con toda una vida por delante y una prometedora carrera pero que no está viviendo su vida como debería. Alrededor de Daniel hay otros muchos personajes que complementan la historia y que muchas veces llevan el peso de la misma.

Me gusta el tema de las incógnitas que va dejando la historia y me ha encantado la parte de mitad al final del libro. Sobre todo lo que más resaltaría de este libro es la moraleja sobre la vida y como no nos paramos a pensar en como la estamos viviendo y en como mejorarla para ser más felices.

El final deja un muy buen sabor de boca, para todos menos para Jaime.

Volveré a leer algo de este autor, ya que creo que tiene mucho que contar.

Empecé a leer el libro por que anteriormente había leído "Un viernes cualquiera", por lo que me pico la curiosidad.
Cuenta dos historia a la vez: la 1ª Daniel es un chico que juega a baloncesto y quiere llegar a jugar en la liga profesional, en un partido tiene un accidente. Esta contada por un narrador. La 2ª cuenta la historia de una chica que los viernes recibe mensajes de un desconocido por debajo de la puerta, y esta contada en primera persona.
Me he dado cuenta, que hay un momento después del partido de baloncesto, que cuenta el mismo momento pero palabras diferentes, no se lo que ha querido hacer con esto el autor, pero no me ha parecido un acierto. Una cosa es contarla desde el punto de vista de los dos, pero si lo cuentas en 3ª persona las dos veces no es lógico.
La parte de las notitas esta bien y entretenida, pero no aporta nada a la otra parte de la historia. Lo único que hacia era sacarme un momento de lo inverosímil de la historia principal.
Que este saltando de una historia a otra sin previo aviso, me tira fuera. Y que dentro de la misma historia, este contando momentos pasado y presentes sin distinción tampoco me llama mucho.
Tendría que pegarle un repaso por que hay frases que son complicadas de seguir, por la narrativa.
La historia se lee rápido, te engancha por que quieres ver lo que pasa, aunque ya te lo imaginas, pero a la vez con los saltos de historia y cambio de rumbo, es lo que no me ha hecho disfrutarla.