Reflejos en el espejo: La felicidad es el propio camino | NOVELA DE INTRIGA de Luis A. Santamaría
—La vida sigue un perfecto y estricto equilibrio, y así es como debe ser. Todo es compensado y comparable, porque todo es relativo. No existe la perfección absoluta ni la felicidad plena, así como el mayor de los abismos tiene un fin y la oscuridad más profunda nunca es eterna. La vida nos enseña que es que es necesario sufrir para valorar el éxito y, cómo no, cuanto más exitosa es una etapa, más se sufre al finalizarla. Todo, absolutamente todo en la vida se rige por la teoría del equilibrio.
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