La maravilla de lo cotidiano

"La maravilla de lo cotidiano" es una fábula ilustrada en la que un padre se reencuentra con su yo niño a través de su propio hijo, quien le muestra desde su mirada, todas aquellas cosas sencillas que ya ha olvidado y que tan importantes son para ser feliz.
Lucreativo es el álter ego bajo el que vive el diseñador gráfico e ilustrador Xarly Rodríguez, quien cobró fama a través de su blog Ilustre diario. En él, a modo de cómic, iba contando el día a día de un diseñador freelance y padre a tiempo completo. al día de hoy, Lucreativo tiene multitud de seguidores en sus redes sociales.

"La maravilla de lo cotidiano" es una preciosa historia, una fábula de la que muchos adultos deberíamos aprender. Es un cómic dirigido al público adulto, pero yo creo que cualquier adolescente podría leer, más bien, debería leer, ya que con él van a revivir esa infancia que hace tan poquito dejaron atrás y de paso, hacerles ver que no hay que dejar atrás esa parte de niño por mucho que crezcan y se conviertan en adultos.

La edición de Grijalbo es preciosa. Y lo es creo yo por su minimalismo. Con sólo el título escrito en relieve con la tipografía de un niño pequeño, y el propio protagonista en forma de caricatura, hace que se convierta en una edición entrañable.

El estilo de dibujo de Lucreativo sigue siendo el mismo que en trabajos anteriores, con líneas sencillas. Pero En "La maravilla de lo cotidiano", esa sencillez se ve amplificada con ilustraciones en blanco y negro, siendo solamente sombreadas para darle un toque de color. Sus líneas se caracterizan por el minimalismo, aunque esto pueda parecer a la vista soso, es al contrario, es lo que hace que te fijes en los detalles más importantes.

A ilustración por página, el autor nos cuenta una historia entrañable entre padre e hijo. Los adultos casi siempre estamos demasiado ocupados con cosas de adultos, y con el tiempo vamos olvidando que las cosas más sencillas son las que nos hacen más felices. Y así es como de una forma muy natural, el hijo del protagonista, que calculo rondará entre los cinco y ocho años de edad, le enseña a su padre una gran lección.

El pequeño le recuerda a su ocupado padre lo que es ser niño, y cómo él mismo veía el mundo a su edad, lo espectacular es resulta ser la imaginación, la felicidad que produce vivir momentos tan sencillos como disfrutar de tu plato favorito, o de leer juntos un cuento.

También le hace ver a su padre lo difícil que puede llegar a ser niño, con sus miedos y limitaciones. Mediante pequeños ejemplos, el niño da lecciones de vida a su padre, con frases dignas de ser remarcadas.

Un detalle que me ha llamado la atención es que los protagonistas son un padre y un hijo, la madre no aparece en ninguna viñeta, ni se hace referencia a ella. Es el padre quien cuida a tiempo completo del hijo.

En resumen, "La maravilla de lo cotidiano" es un precioso libro con el que querremos recordar siempre a nuestro niño interior, ese que con las prisas de lo cotidiano queda escondido en el fondo de nosotros mismos. Con esta maravilla de Lucreativo, recordaremos qué sentíamos y cómo afrontamos de pequeños ciertos momentos de la vida. Es una mirada a nuestro yo de niños. Un libro tan bonito como entrañable, ideal para regalar, o regalarnos a nosotros mismos.
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“La maravilla de lo cotidiano” es un pequeño libro a modo de cuento que, a través de una fábula, nos enseña cómo los adultos, con el paso del tiempo, olvidamos al niño que llevamos dentro y dejamos de disfrutar las cosas simples de la vida. Cosa que es totalmente un error.

El libro, como su nombre indica, es una auténtica maravilla. Me ha encantado la forma en la que está escrito, sus ilustraciones y la enseñanza que hay detrás de sus páginas.

La forma en la que un simple niño enseña a su padre que debe dejar de sobrevivir, que debe aprender a vivir, a disfrutar de las pequeñas cosas, a dejarse llevar y tomarse todo con calma, me ha encantado. Solo puedo decir que este libro es una auténtica joya.

En definitiva, poco más puedo decir. Estamos ante un libro precioso, lleno de enseñanzas, que nos enseña lo básico y bonito de la vida. Porque, a final de cuentas, lo bonito es eso, las pequeñas cosas que nos hacen feliz.

En este libro recorreremos junto a un padre y su hijo el camino de vuelta a la infancia, a disfrutar de las pequeñas cosas, a pararse a observar, a dedicar tiempo a los nuestros, a curiosear y a explotar la imaginación que todos llevamos dentro y ver de una simple caja, infinidad de posibilidades.

Ha sido una lectura cortita pero muy bonita dónde iremos viendo mediante ilustraciones sencillas esta historia entre padre e hijo y como ven cada uno el mundo y como nos hace ir reflexionando sobre el tiempo que realmente desperdiciamos siempre sólo pendientes a los problemas, al trabajo y demás y no dedicando siempre que se puede un rato a disfrutar de la vida.

Un libro ideal, sobre todo ahora que cada vez parece que la vida va más deprisa y que nos recuerda que a veces, simplemente hay que parar y observar.

Me ha encantado esta lectura. Lo primero que quiero destacar es la edición, muy minimalista y cuidada en tapa dura.

En el interior encontramos un mensaje maravilloso, no olvides tu niño interior, a través de una fábula de un padre y un hijo que me ha parecido bonita y tierna.

Las ilustraciones son cuidadas, con trazos simples en blanco y negro, y van acompañadas de los pequeños textos a través de los cuales nos lanza el mensaje.

Un libro precioso, minimalista, muy cuidado, que disfrutarán tanto mayores como pequeños, aunque los primeros captarán un mensaje mucho más profundo de lo que parece ser un simple cuento o fábula para peques.

Entre sus páginas vamos a encontrarnos con una fábula para adultos en la que es un niño quien le abre los ojos al adulto, quien le muestra que hay que saber disfrutar de las pequeñas cosas, de volver a pasarlo bien con lo que nos gusta, sin dejar las obligaciones de lado, pero saboreando aquello que nos gusta hacer y que, por el camino, hemos ido dejando de lado.

Lucreativo nos muestra como a veces vemos la vida pasar y no nos damos cuenta de lo que tenemos alrededor, de volver a ser niños para poder estar presentes, y no tener mil cosas en la cabeza, sin darnos cuenta de lo que nos perdemos. Y esto lo hace a través de un pequeño adentrando al padre en su mundo, dándole importancia máxima al valor que tiene el tiempo que pasan juntos, y sabemos que hay que hacerlo con todos los sentidos puestos en ello, no estando allí pero teniendo la cabeza en mil cosas.

Todo esto vale para cualquier situación, amigos, familia, pareja… tenemos que estar presentes y saber disfrutar al máximo de todas esas “pequeñas” irrepetibles situaciones.

En cuanto a la edición, está muy en concordancia con la historia, es una maravilla en mayúsculas.

En definitiva, un libro super recomendado para todos los públicos y para leer y releer en cualquier momento, y de vez en cuando, para darle valor a todo aquello que nos rodea.

Si os animáis con la historia ya nos contaréis, pero sé que os encantará.

En primer lugar, dar las gracias porque esta maravilla esté entre mis manos, y si soy sincera no ha podido caer en mejor momento me ha dado lo que necesitaba, ver el mundo como hacía tiempo que no hacía,  y como aparece en el libro haré mi lista y la cumpliré y la tendré en mi mesita de noche junto con el libro siempre a mano. En estas páginas se nos muestra como los niños nos dicen verdades como puños, y que en multitud de ocasiones no les prestamos atención puesto que estamos en nuestro mundo, y vamos en piloto automático. Cuando somos adultos se nos olvida que hemos sido niños con imaginación , y que valorábamos todo lo que el mundo nos ofrecía las pequeñas cosas y con las cosas más insignificantes podíamos crear un historia o ver un juguete y pasarlo en grande. Y cuando no sabíamos preguntamos a nuestros referentes a nuestros ocasiones héroes ¿ Por qué?, algo que si lo pensamos de mayor estoy seguro y pongo la mano en el fuego nos ha sacado de quicio en más de una ocasión que frágil es nuestra memoria.

Me ha recordado que los momentos que pasamos con los pequeños de la casa deberíamos atesorarlos como lo que son verdaderos tesoros, y no ignorar o parecer que estamos y no estamos como ellos nos requiere, porque a pesar de que pensemos que no se dan cuenta, se dan más cuenta de lo que nos pueden parecer, y a veces se les exige cosas que no están a su altura y no es el momento. Cada cosa en su momento, pero crecer no es de dejar de disfrutar de un buen momento cada uno tendrá uno una ducha, un café o leer un libro pero seguro que si nos paramos, frenamos lo podemos apreciar, el problema es parar que eso parece una misión imposible. Este libro es eso que nos quiere mostrar nuestro momento por lo menos para mi

A lo mejor todos los adultos tenemos que cogernos de la mano de un niño y dejarnos llevar para recordar lo que se nos transmite en estas páginas que están llenas de sabiduría a parte que desprenden gran ternura que te conmueve

Para describir este libro, y haciéndole un guiño al título, no puedo utilizar otro adjetivo que no sea “maravilla”.

En el libro nos encontramos con un padre agobiado e inmerso en una rutina diaria en la que priman las prisas, la puntualidad, los plazos de entrega… y que no le dejan tiempo para apreciar los pequeños detalles. Sin embargo, todo cambia cuando el mundo se para y su hijo lo invita a ver el mundo a través de sus ojos, como un niño. A lo largo del libro el niño le cuenta al padre todo lo que aprecia de él: que pasen tiempo juntos, saber que siempre está ahí, que deje salir su niño interior (ese que su hijo confiesa ver en su mirada), … que deje a un lado las rutinas para permitirse soñar, reír, jugar, ser curioso, etc.

Este libro recoge una fábula en la que se hace alusión a ese momento en la vida en el que nos piden que no dejemos escapar el tren, que nos subamos a él, aunque ni siquiera sepamos adónde nos lleva. Una vez que estamos en él nos vemos abrumados por una rutina monótona que nos impide disfrutar de los detalles más cotidianos y pequeños (pero a la vez grandes) como pueden ser el paisaje, el pasar tiempo son otras personas, el apreciar la belleza en lo que siempre ha estado ahí, etc. Aunque en el libro el niño le muestra al padre todo lo que valora de él y cómo le gustaría que fuese su relación; esta situación es extrapolable a cualquier persona y a cualquier contexto social (con amigos, familiares, vecinos…).

En lo relativo a la edición, me ha fascinado. Comenzando por su cubierta, es de tela y me recuerda a las de libros de hace décadas. El título está tallado en la propia tela, lo que dota al libro de un atractivo mayor. La ilustración que preside la portada es sencilla, pero posee la capacidad de inspirar cierta ternura hacia ese niño que se viste con ropas de un adulto y al que, evidentemente, le quedan muy grandes. En cuanto al contenido, las ilustraciones me han fascinado; qué poder de transmisión poseen los rostros y la fisonomía de los personajes con solo unos trazos y un color en la paleta.

Sinceramente, creo que no soy capaz de transmitir con palabras todo lo que me ha gustado y me ha hecho sentir este libro, por ello, me limitaré a decir que es maravilloso y que lo recomiendo totalmente a cualquier lector. No se trata de una recomendación más, sino de una lectura altamente recomendable en cualquier momento de la vida y etapa personal.

La reseña que os traigo hoy es LA MARAVILLA como su propio nombre indica. Una obra de @lucreativo que sin duda nos ablandará el corazón.
¿Cuándo fue la última vez que frenaste la velocidad de tu vida para jugar y relajarte? ¿Cuándo fue la última vez que dejaste a tu niño interior salir a hacer de las suyas? Seguro que hace mucho...
Esta fábula ilustrada (para adultos) nos mostrará la importancia de parar un poco y darle valor a las cosas que parecen más pequeñas. A la sencillez del día a día, a disfrutar de la rutina escondida en las cosas más simples.
Vivir a través de la "complejidad" de las costumbres de un niño. Dejar de ser siempre adulto y volvernos curiosos, imaginativos y originales.
Con unas ilustraciones sencillas y tiernas, #Lucreativo nos abre las puertas de su intimidad para enseñarnos que la vida hay que contemplarla, sentirla y disfrutarla.
Una obra muy personal e impactante. Editada por @grijalbo en tapa dura con relieves en la portada. Son 144 páginas llenas de ternura, candidez y arte en blanco y ocre.
Porque merece la pena parar un rato y aprender de nuestros pequeños, para que el niño que aún llevamos dentro disfrute las cosas como hay que hacerlo.