La puerta

Detrás de cada leyenda, por muy disparatada que parezca, siempre se esconde un trozo de verdad.

La vida y la muerte están entrelazadas de una manera tan densa que no hay que sentirlas, sino abrazarlas cuando toca.

Los helechos son unas plantas muy resistentes. Aunque alguien los pise, al cabo de unas horas vuelven a recuperar su posición, pero, si hace frío, la zona en la que el tallo se ha torcido queda manchada de negro. Supongo que tendrá que ver con la circulación de la savia o algo así. Cómo sabes eso? Llevo viviendo aquí el tiempo suficiente como para haberme peleado con estos cabroncetes cada vez que quieren invadir mi jardín. Ya nos conocemos bien.

—Las leyendas no son más que retazos de hechos auténticos que se han ido transformando con el paso de los siglos y de distintos narradores, Raquel. Detrás de cada leyenda, por muy disparatada que parezca, siempre se esconde un trozo de verdad.

—Son alucinantes —musitó el niño fascinado mientras levantaba la mano para rozar una enorme forma roja y azul que revoloteaba cerca de su cara—. ¡Son… flipantes!

—Las mariposas son extraordinarias. ¿Sabes por qué?

—¿Porque son bonitas?

La mujer negó con la cabeza mientras se agachaba hasta quedar a la altura de Julián.

—Porque se transforman. —Señaló uno de los capullos ya vacío—. Son capaces de iniciar una nueva vida bajo otra forma; siendo las mismas, pero a la vez diferentes. Mueren en una de sus encarnaciones, pero resucitan en la siguiente. ¿No te parece extraordinario?

... esto es puro folclore rural. La Compaña,
como la Puerta, los trasgos, las meigas y todas las creencias populares centenarias, son leyendas
que están a punto de pasar a los libros de historia. No encontrará a nadie que se lo crea, a no ser
que se trate de un pirado.

Detrás de cada leyenda, por muy disparatadas parezca, siempre se esconde un trozo de verdad

Es sorprendente la cantidad de personas que se creen lo primero que le ponen brillando delante de la cara, sobre todo si coincide con sus deseos

Un doble homicidio nada más llegar. Vaya, y eso que me habían dicho que este era un puesto tranquilo.

La Puerta…me espera. Nos…espera… a todos.