La puerta de Manel Loureiro
—Son alucinantes —musitó el niño fascinado mientras levantaba la mano para rozar una enorme forma roja y azul que revoloteaba cerca de su cara—. ¡Son… flipantes! —Las mariposas son extraordinarias. ¿Sabes por qué? —¿Porque son bonitas? La mujer negó con la cabeza mientras se agachaba hasta quedar a la altura de Julián. —Porque se transforman. —Señaló uno de los capullos ya vacío—. Son capaces de iniciar una nueva vida bajo otra forma; siendo las mismas, pero a la vez diferentes. Mueren en una de sus encarnaciones, pero resucitan en la siguiente. ¿No te parece extraordinario? |