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Las mejores frases de Tengo miedo torero (18)

FranzXaverCanela
FranzXaverCanela 24 March 2024
la Fabiola, que disimulada, presintiendo la tormenta, salió de la pieza como celaje. La Rana se había parado como una tinaja agresiva con los puños en las caderas. Me cagaste haciéndote la mosquita muerta, maricón culiao. Te recogí, te di de comer, te limpié la mierda, te enseñé todo lo que sabía y me pagái así, conchetumadre. Nadie te obligó, le contestó en un susurro el coliza, al tiempo que la Rana se le vino encima en una tonelada de puñetazos y patadas que la tiraron al suelo.
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Lavidamurmura
Lavidamurmura 08 October 2023
Porque las lágrimas de las locas no tenían identificación, ni color, ni sabor, ni regaban ningún jardín de ilusiones. Las lágrimas de una loca huacha como ella, nunca verían la luz, nunca serían mundos húmedos que recogieran pañuelos secantes de páginas literarias. Las lágrimas de las locas siempre parecían fingidas, lágrimas de utilería, llanto de payasos, lágrimas crespas, actuadas por la cosmética de la chiflada emoción.
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FranzXaverCanela
FranzXaverCanela 24 March 2024
El vehículo comenzó a llenarse a medida que cruzaba la ciudad acercándose al centro. Era la hora de salida de los oficinistas y obreros privilegiados que tenían trabajo. Ella venía sentada a la orilla del pasillo, donde los hombres sudados de cansancio le refregaban el bulto al pasar a su lado. Entonces ella se quedaba quieta y sin respirar sentía el latido de ese animal posado en su hombro, era solo un minuto de éxtasis roto por el vozarrón del chofer ordenando que los pasajeros se corrieran para el fondo. Pero el joven obrero que se paró junto a ella ni se movió, es más, cuando la hilera apretada de gente pasaba a su espalda, le apretaba su entrepierna apegándosela al brazo. Y en el amasado de cuerpos que se bamboleaban con las frenadas de la micro, la Loca del Frente sintió cómo ese fofo reptil se iba tensando en la contorsión de un enjaulado resorte. Lo sintió crecer nerviudo como una pitón enroscada en su antebrazo. Y no se atrevía a levantar la cabeza para ver al responsable de ese masturbado roce, que ya con todo descaro movía las caderas recaliente, disimulando las punteadas con el vaivén de la micro. Estaba a punto, lo sentía latir encima suyo aplastándole el costado, tiritando en los estertores de la eyaculada venidera.
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FranzXaverCanela
FranzXaverCanela 24 March 2024
¿Por qué era tan educado con ella si sabía que le diría que sí? ¿Para qué acentuaba esa cortesía de viejo antiguo? Como si la viera tan mayor, con tanto respeto y respeto y puro respeto. Cuando ella lo único que quería era que él le faltara el famoso respeto. Que se le tirara encima aplastándola con su tufo de macho en celo. Que le arrancara la ropa a tirones, desnudándola, dejándola en cueros como una virgen vejada. Porque ese era el único respeto que ella había conocido en su vida, el único aletazo paterno que le desrajó en hemorragia su culito de niño mariflor. Y con esa costra de respeto había aprendido a vivir, como quien convive con una garra, entibiándola, domesticando su fiereza, amasando la uña de la agresión, acostumbrándose a su roce violento, aprendiendo a gozar su rasguño sexual como única forma de afecto.
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Lavidamurmura
Lavidamurmura 08 October 2023
Y dejó que su voz descendiera por una escalera de palabras y en el último peldaño su decir se quebró tambaleante. Cuando se juega al amor, siempre existe el riesgo de equivocarse, siguió recitando como sonámbula, sobre todo cuando hay muchos que no saben jugar, [...].
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Lavidamurmura
Lavidamurmura 08 October 2023
¿Y qué le iba a hacer?, si la tenía moribunda como un papel de seda marchito por la humedad de su aliento. ¿Y qué le iba a hacer?, si en su vida siempre alumbró lo prohibido, en el retangueo amordazado de imposibles.
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richmarcelo
richmarcelo 15 December 2019
En el asiento trasero, el Dictador temblaba como una hoja, no podía hablar, no atinaba a pronunciar palabra, estático, sin moverse, sin poder acomodarse en el asiento. Más bien no quería moverse, sentado en la tibia plasta de su mierda que lentamente corría por su pierna, dejando escapar el hedor putrefacto del miedo.
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richmarcelo
richmarcelo 15 December 2019
Este libro surge de veinte páginas escritas a fines de los 80, y que permanecieron por años traspapeladas entre abanicos, medias de encaje y cosméticos que mancharon de rouge la caligrafía romancera de sus letras.
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