Nunca digas siempre

Escuchamos que sale a la venta un tipo de libro diferente de Jennifer L. Armentrout, y nos lanzamos a por él tal cual víboras.


Desde el principio de la historia nos ha enganchado. Aunque no tenemos muchas palabras para describir este libro... Podemos decir que nos ha encantado. Es una historia muy dura, que rompe el corazón hasta al más insensible.

Mallory es una adolescente que intenta por todos los medios superar sus traumas de cuando era pequeña. Rider sigue pensando que es el chico que tiene que protegerla, pero... a veces las cosas no son como uno las ve.

A lo largo de la trama podemos comprobar como evolucionan ambos personajes y nos llegan más y más cerca.

Lo único que no nos ha gustado mucho es el epílogo, creemos que podría estar un poco más trabajado.
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Con este libro me pasó algo curioso, lo comencé y me di cuenta que era muy juvenil y casi, casi pierdo el entusiasmo y el impulso, sin embargo el ritmo que llevaba era rápido. al paso de las páginas la historia me fue enganchando y la trama me terminó pareciendo linda. de esta autora ya me había leído "como el hielo' y  'como el fuego' y me gustaron, algo parecido pensé en encontrarme con esta historia, pero la verdad es que fue diferente. Trata temas de fondo que llegan a conmoverte tales como: abandono, maltrato infantil, baja autoestima, inseguridad, violencia... y la forma en que escribe la autora, tan sencilla hace que el libro sea especial y muy bueno.

Mallory y Rider son dos niños que crecen juntos en una casa de acogida viendo cualquier clase de escenarios no aptos para su edad, para sobrevivir deben buscar fortaleza y valor en ellos mismos. Sin embargo, después de ser todo el uno para el otro, un día sus vidas tomaron caminos diferentes y pasan los años sin saber qué fue de cada uno. Por esas jugadas del destino se reencontraron en el instituto y empiezan a reconocerse y recobrar el sentimiento que siempre los mantuvo unidos en aquel oscuro pasado, pero también han cambiado en todo este tiempo separados: han crecido y aunque los traumas de aquella cruel infancia siguen ahí, nuevos sentimientos afloran y transforman aquellas sombras que nunca creyeron superar.

Hola, muchas veces me ha pasado ya, y es que cuando un libro te llena tanto y te hace sentir tanto las palabras no fluyen, no llego a plasmar en una reseña todo lo que me ha hecho sentir. Este es ese tipo de libro, porque es un libro que llega al corazón, que nos hace pensar y replantearnos muchas cosas, y sin pensarlo puedo decir que a mi me ha tocado y me ha robado el corazón.



Mallory es una chica que estudia en casa, ella es adoptada y su situación es algo complicada. Ella ha vivido toda su vida en casas de acogida pero con gente que no la ha tratado bien, incuso ha llegado a pasar períodos grandes sin comer. En una de las últimas casas ella residía con Rider, un chico en su misma situación, pero que siempre la ayudaba y él recibía los golpes para que ella pudiera esconderse, era su gran apoyo. Lo que no sabe Mallory es que después de 4 años volverán a verse, dándose cuenta que aún siguen unidos, pero sintiendo una atracción irrefrenable. Pero las heridas y el pasado les siguen pesando y no será fácil seguir adelante sin superarlo.



La narración que nos muestra la autora es siempre y en todos sus libros bien clara, con un lenguaje coloquial y unas descripciones simples y concisas. Esto hace que la lectura fluya y sobre todo que nos enganche, me hizo sentir que más de 500 páginas no eran nada, cuando quería darme cuenta avanzaba hacía el final. Nos encontramos una primera persona que nos hará sentir cada sentimiento y sobre todo cada miedo de Mallory, adentrando en su cabeza y en sus demonios interiores. Me encantó que fuera así, ya que pude comprender y sobre todo analizar las situaciones por las que pasaba, sintiendo una empatía con ella inmediata.



Una de las cosas que también me engancharon mucho a la historia fue los secretos del pasado de Rider y Mallory. Sabemos desde el comienzo que han sufrido y que no han conocido a sus padres, podremos conocer gracias a ellos que muchas veces las casas de acogida son algo que salva muchas vidas, y que saca a niños de la calle, pero otras tantas son personas sin escrúpulos que lo hacen por el dinero y no les importa el bienestar de las niños que acogen. Creo a mi parecer que la autora ha querido darnos esta historia con un toque de crítica, haciendo que muchos abramos los ojos ante una situación que muchas veces es desesperante y destroza muchas vidas. Pero también nos muestra el lado bueno, y las personas que lo hacen de corazón. Así que poco a poco y según avanza la novela nos meteros de lleno en los secretos de su pasado, dejándome con el corazón en un puño, sintiendo con cada palabra si es posible superar algo tan cruel e inhumano. La autora nos ayuda en ese aspecto dándonos fragmentos del pasado, cambiando el formato de la letra para poder diferenciarlo, aunque son pesadillas que Mallory irá teniendo a los largo del libro, según su situación vaya empeorando.



He comentado muchas veces la gran evolución de los personajes en muchos libros, pero puedo decir que después de cientos de lecturas nunca había experimentado un cambio tan significativo y emocional como el que sufre Mallory. Es una de las grandes bazas de este libro, y al estar en primera persona la sentimos más de cerca. Ella intenta superar el pasado, pero nunca olvidarlo, seguir adelante con ese peso sobre los hombros. Pese a que muchas veces la vea flaquear siempre busca un camino para ser más fuerte y superar sus miedos. Ella siente y necesita que su pasado esté en su futuro pero acondicionarlo para poder ser mejor, para poder hablar delante de mucha gente y poder sentir que también puede tener una vida normal.



En conclusión es un libro para leer y sentir, para acercarnos a la mente humana cuando esta está destrozada por un pasado traumático. Un libro que recomiendo leer a todos los que les guste que una buena historia les deje huella.
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Nunca digas siempre es una novela muy bonita. Tiene un mensaje lleno de esperanza para aquellos que, tal vez como Mallory, Rider o cualquier otra persona, esté pasando por circunstancias difíciles en sus vidas.
No me esperaba nada de esta historia. Es el primer libro que leo de la autora y no es que me llamase la atención su novela de romance paranormal cuyo nombre no me acuerdo, pero quiero darle la importancia que merece el mensaje en sí que marca en esta historia.
El ritmo de la historia es súper lento y confieso que fueron muchas las ocasiones en que me aburrió pero no quise abandonar el libro porque tenía un no se qué con un qué sé yo que me mantenía atrapada.
La historia entre los protagonistas me pareció muy tierna y simple, en el sentido minimalista y natural que yo haya leído este año. Me encantó la manera en que se abordaron los problemas personales tanto de Mallory como de Rider, y cómo termina la historia. Confieso que hubieron frases y escenas que me sacaron las lágrimas de emoción un par de veces y eso suma puntos.
No creo que sea un libro perfecto ni mucho menos una historia que haya cambiado mi vida, pero sí pienso que deberían existir muchas más historias que inspiren a los lectores el valor de la superación, sea cual sea el obstáculo. Yo, definitivamente, me quedo con eso.

Nunca Digas Siempre es una novela que te hace ver otra realidad sobre los niños que deben vivir en casa de acogida, de los problemas que pueden arrastrar por años si es que en ese “hogar” reciben maltratos físicos y emocionales. Conoceremos a dos chicos que años después se reencuentran, y lo que para algunos podría ser sinónimo de felicidad, para Mallory y Ryder no lo es, en su caso solo hará que despierten esos demonios que parecían ya haber superado. Me gustan las historias que se sienten más reales, con situaciones fuertes, y la lucha de los involucrados (aunque sea ficción), por tratar de salir adelante, pero por alguna extraña razón, es que a pesar que la trama es interesante, la pluma es muy fluida y que hay pocas cosas que le quitaría porque me parece están de más, sencillamente no logré conectar ni con la historia ni personajes, no me pude involucrar y terminé con un sinsabor, porque esperaba algo mucho más fuerte, emocionalmente hablando. No está mal. Quizá un acierto sobre escribir sobre problemáticas reales, pero no se si por la cultura entre diferentes países, lo vi tan lejana la historia y los personajes que fue más una decepción que otra cosa.
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Hay una razón por la que he pospuesto mi primer encuentro con los libros de Jennifer L. Armentrout, y tiene mucho que ver con el hecho de que una combinación de romance contemporáneo y un libro popular es normalmente un signo de problemas para mí. Debería haber escuchado mi instinto porque, lamentablemente, Nunca Digas Siempre no era para mi. Antes de comenzar a explicar por qué, tomemos un momento para apreciar esa portada absolutamente hermosa ... Ok, ¿listo? En primer lugar, quiero decir que estoy feliz de que a muchas personas les guste esta historia, pero lamentablemente hubo muchas razones por las que Nunca Digas Siempre no me funcionó personalmente.

Empecemos con lo básico. Personalmente pensé que Nunca Digas Siempre era demasiado largo y, como consecuencia, la historia se hizo lento en varias partes ... También tuvo mucho que ver con el romance. No solo hay un triángulo amoroso, sino que también encontré que el romance en general es bastante increíble, especialmente en el caso del personaje de Mallory. del mismo modo, tuve problemas serios con los personajes principales en general. Si bien la condición de PSTD de Mallory y sus problemas para hablar son interesantes, siento que ella se ha convertido en un cliché; toda su personalidad está básicamente basada en sus problemas de habla y carece de desarrollo en general. Hay muchos clichés relacionados con los personajes en general ... En serio, ¡¿por qué todos tienen que ser hermosos ?! Y toda la referencia del "pobre personaje latino" y todo lo relacionado con Héctor y su familia es básicamente un insulto. ¿Y qué pasa con el español? En serio, decir que saben que algo es 'puertorriqueño' basado en unas pocas palabras es absolutamente ridículo y la gente no habla así en absoluto ... Ugh. También hay otros temas que abordar, pero lo dejaré así porque mis divagaciones ya se están convirtiendo en una perorata como está. Digamos que Nunca Digas Siempre tiene una sobredosis de clichés y no se sentía realista en absoluto; Además de eso, tenemos que lidiar con un triángulo amoroso y lo que es básicamente una historia muy larga ... Y ni siquiera estoy hablando del drama constante en todas partes. Oh, sí, esta historia y yo definitivamente no nos llevamos bien ... Te advertí que esta sería otra crítica impopular.

Esta novela tiene una peculiaridad y es que no es fácil de asimilar a la ligera (en los agradecimientos, la autora exponía que no le fue fácil escribirla, y la verdad es que puedo imaginármelo por lo duro que debió ser documentarse). Nunca digas siempre es muy diferente a todas las novelas que me he leído de la autora. Parte de la premisa del abandono infantil, y por ende, del maltrato físico y psicológico tan impactante que recibe la pareja protagonista de esta historia.
Mallory es una chica con fuertes problemas de autoestima. Tiene arraigado muy hondo el mantra “no hagas ruido”. Ella no habla, raras veces lo hace con ciertas personas. Y en público, apenas es capaz de pronunciar alguna palabra. Es esa experiencia que vivió de pequeña que la ha marcado para siempre. Pero no estaba sola en esa etapa oscura de su vida. Rider era el otro chico con el que vivía en aquella casa llena de monstruos, con el único que hablaba y el que le contaba siempre el mismo cuento, y siempre terminaba llorando por el final tan triste del mismo; era el chico que se interponía frente a ella cuando las cosas iban mal en aquella casa y el que se sacrificaba por ella.
Ahora han pasado cuatro años desde que pasó un suceso traumático que obligó a Mallory a internarse en el hospital una larga temporada. Su vida ha cambiado. Ahora tiene unos padres que la adoptaron y a los que quiere, ha ido a psicólogos y quiere ir a la universidad, algo que jamás se le hubiera pasado por la cabeza. Rosa y Carl son sus salvadores, pero para hacer frente a su vida, para seguir progresando, necesita perder el miedo a hablar en voz alta; necesita valerse por sí misma.
La probabilidad de volver a encontrarse con Rider es muy baja, casi nula. Pero ahí está cuando accede a la clase de expresión oral. Y de hecho, él no puede creerlo que Mallory, su ratón, esté sentada a menos de un metro de distancia. Él se pensaba lo peor de ella después de lo que sucedió en la casa de acogida en la que vivían juntos.
Desde su reencuentro, vemos el crecimiento personal de Mallory; cómo avanza como persona y se enfrenta a diversas situaciones que la ponen a prueba constantemente. La aparición de Rider es un efecto en cadena, rememorando el pasado, y todo lo que ello conlleva, mientras alza la vista al futuro; y su relación con este personaje es una fuerte conexión, tanto física como psicológica.
Si nos centramos en que Mallory es la única que tiene heridas, la única que tiene un pasado tormentoso, somos unos hipócritas, porque Rider parece estar bien, pero muy en el fondo vemos sus costuras descosidas y sus rotos. de caballero andante a mártir. Rider también necesita un profundo cambio para cambiar la concepción de sí mismo, y quizá Mallory consiga ayudarle a hacerlo.
La moraleja es sencilla, pero muy dura. El hecho de que nada es para siempre, que todos continuamos viviendo, y por lo tanto, cambiamos con el tiempo. No nos quedamos estáticos y estancados en un punto de nuestras vidas. Estoy de acuerdo con lo que dice la autora en el apartado de agradecimientos: soy un poco como Mallory; todos somos un trocito de ella en el fondo.
Porque al final, todos queremos que nos quieran y nos hagan sentirnos real.
La verdad es que me encanta la autora, pero me esperaba más de esta novela. En cuanto al final, decir que es de los finales más justos que he leído.
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A ver... ¿Es posible que sea una historia romántica a secas que podría haber sido más y que lo único que me haya gustado haya sido que toque el tema de la depresión y abuso infantil? Sip.
No ha sido una de las mejores novelas románticas que he leído, pero ha sido entretenida y me ha mantenido enganchada.

Esta muy bueno pero por momentos se vuelve un poco pesado.

Esta es la primera novela que leo de esta autora de la que he oído hablar maravillas. Sin duda, me ha gustado su pluma y creo que describe los contextos, los sentimientos de los personajes, las situaciones que se viven de una manera con gran detalle, con lo cual facilita al lector o lectora adentrarse de lleno en esta historia.

Hace ya un tiempo que viví el instituto, aun así creo que las situaciones que se relatan son totalmente reales. Si bien es cierto que esta época me queda un poco lejana y por lo tanto la historia me ha parecido un tanto juvenil, creo que a los chicos y chicas con 16-17 años pueden disfrutar muchísimo de esta dura historia.

La trama esta muy bien llevada. Creo que nadie debería vivir la vida que han tenido los dos protagonistas de esta novela. Sin embargo, aun existen niños y niñas que pasan por estas duras experiencias y estas historias pueden ayudarlos a ver que hay segundas oportunidades. Este libro no solo explica una historia de malos tratos sino que, también, da esperanza y herramientas para continuar, para seguir disfrutando de lo maravillosa que puede ser una vida con gente que nos quiere y nos protege. He aquí uno de los motivos por los que me ha gustado la novela, que no solo se queda con lo malo, sino que va más allá.

Los personajes esta muy bien trabajados, enseguida puedes empatizar con su dolor y les coges cariño. La autora ha hecho un gran trabajo con Mallory, para mí, creo que ha sabido describir muy bien sus sentimientos, sus miedos, sus intentos y fracasos...y es que no es fácil salir de una situación como la suya, pero más difícil sería si ella no lo intentara. La evolución de este personaje ha sido completamente real y yo me he creído todos sus avances.

Personalmente, creo que han acertado de lleno con el título de la novela y la portada. ¡Nunca puedes decir siempre, nunca sabes que te deparará el futuro...así que vive la vida como si no hubiera un mañana!

En resumen, creo que es una novela con una trama muy profunda y muy bien estructurada, con unos personajes que te invitarán a seguir leyendo y con unos mensajes muy positivos y de los que debemos aprender. Sin embargo, aunque a mí me ha gustado, creo que esta historia esta dirigida a un público más juvenil.

Si te ha gustado esta novela, no dudes en leerte Rachel se va de viaje de Marian Keyes, una novela que explica la historia de una chica que juega con las drogas por diversión pero que la broma se le escapa de las manos y debe afrontar una seria adicción.
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