¡Hombres! No comprendía por qué razón tantas mujeres les tenían miedo. ¿Acaso los dioses no los habían creado con la parte más vulnerable de sus entrañas colgando fuera del cuerpo como un trozo de intestino colocado fuera de su sitio? Una patada ahí y se encogían como caracoles. Una caricia ahí, y se les fundía el cerebro
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