Laurie

Si le pongo nombre, será mía, pensó Lloyd . Solo él sospechaba que ya era suya, y había sucedido desde aquel primer tímido lametón.

Así era la vida: te atrapaba y lo único que podías hacer era vivirla.

Así era la vida: te atrapaba y lo único que podías hacer era vivirla.

Así era la vida: te atrapaba y lo único que podías hacer era vivirla.

Así era la vida: te atrapaba y lo único que podías hacer era vivirla.

«Así era la vida: te atrapaba y lo único que podías hacer era vivirla».

Lloyd la acarició, La perrita alzó los ojos. Lloyd se preguntó, cómo hacía casi siempre, que veía en aquellos ojos que la veían a ella

Los cachorros son la idea que tiene Dios de un perfecto programa de ejercicio físico.

Él se preguntó, como hacia casi siempre, qué veía en el rostro que la miraba a ella. Era un misterio, como las estrellas que contemplaba cuando la sacaba por la noche.

La vida no era más que un breve sueño de una tarde verano.