Tú y yo, invencibles

Me sentía como un pájaro que volaba libre hacia su destino. Pero entonces apareció una flecha de la nada y, ¡pum!, se clavó hasta el fondo en el pequeño corazón. Ya no hubo manera de sacarla de ahí.

Puedes joderme una vez, pero no voy a dejar que me jodas una segunda.

Esta es su historia, una de amor y desamor, de cicatrices y decisiones, de perdón y esperanza. No ha sido perfecta, dista mucho de ello, pero cada instante vivido les pertenece.

Supe que era peligrosa cuando comprendí que estaba dispuesto a hacer lo que fuera para conseguir que volviese a curvar los labios así.

No todas las historias de amor son eternas. Ni invencibles.

Un día eres una de esas chicas que aseguran que jamás perdonarían una infidelidad y más tarde no solo lo haces, sino que decides vengarte cometiendo otra.

En apariencia, éramos dos trozos de hielo separados por varios metros, pero en realidad estábamos a punto de colisionar.

“Porque te hará reír hasta que te vuelvas adicta a ese golpe de felicidad. Y notarás la complicidad; le mirarás, te mirará y los dos os entenderéis sin palabras”.

Cuando no estás segura de qué decir, lo más inteligente es guardar silencio.

Y si al final sale mal y descubres que no existen los cuentos de hadas, príncipes y castillos, mi puerta siempre estará abierta para tí