El hombre que le habló a Eguchi de la casa era tan viejo que ya había dejado de ser hombre.
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El hombre que le habló a Eguchi de la casa era tan viejo que ya había dejado de ser hombre.
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En su soledad, llegó a su arbitraria conclusión: no le gustaba la gente. Maridos y esposas, padres e hijos, hermanos y hermanas: los vínculos no se rompían con facilidad ni siquiera con la persona menos satisfactoria. Había que resignarse a vivir con ellos
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Un hombre se siente atraído hacia una mujer parecida a su madre, ama a una mujer que se parezca a su primera novia y desea casarse con una mujer que sea como su difunta esposa. ¿Acaso no es lo mismo con los pájaros y animales?
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Tal vez, engañado por la costumbre y el orden, nuestro sentido del mal se atrofiaba.
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Los viejos tienen la muerte, y los jóvenes el amor, la muerte viene solo una vez y el amor muchas . |
Cualquier clase de inhumanidad se convierte, con el tiempo, en humana. . |
«Los viejos tienen la muerte, y los jóvenes el amor, y la muerte viene sólo una vez y el amor muchas»
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Era una casa frecuentada por ancianos que ya no podían usar a las mujeres como mujeres; pero Eguchi, en su tercera visita, sabía que dormir con una muchacha semejante era un consuelo efímero, la búsqueda de la desaparecida felicidad de estar vivo. ¿Había entre los ancianos algunos que pidieran secretamente dormir para siempre junto a una muchacha narcotizada? Parecía haber una tristeza en el cuerpo de una muchacha que inspiraba a un anciano la nostalgia de la muerte. Pero entre los ancianos que visitaban la casa, Eguchi era tal vez el que más fácilmente se emocionaba; y quizás la mayoría de ellos sólo querían beber la juventud de las muchachas dormidas, disfrutar de ellas sin que se despertaran.
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¿Cuál es el órgano que trasplantan a Cora?