El Dragón Renacido - La Rueda del Tiempo 3

Voy quedándome con nombres que me gustan y aquí me he encontrado con Faile, que me gusta mucho como suena, me encanta su significado y, ahora mismo, es uno de mis personajes favoritos de esta historia.
L@s otr@s son:
- Nynaeve
- Lanfear
- Mat (otro descubrimiento de este libro)
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A Rand no lo soporto, dicho queda 🤭
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Como tenemos muchos personajes, los separamos y los volvemos a reunir como piezas de un tablero:
* Rand se escapa de la “compañía” de Moraine y va por libre
* Moraine, Lan, Perrin y Loial van tras él
* Nynaeve, Egwene y Elayne vuelven a Tar Valon pero son recibidas enviándolas a una “misión especial”
* Mat es sanado por la Amyrlin y consigue salir de Tar Valon (contra la voluntad de las Aes Sedai). En su viaje, se reencuentra con Thom y descubre algo que le hace retroceder para salvar a sus “muchachas”
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Al final, todo confluye en el mismo lugar (me encantan estas manifestaciones ta'veren)
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En este parte conocemos el mundo de los sueños y cómo se entrelazan con la realidad. Y parecen contener muchas pistas si los observas atentamente
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Desde la primera vez que mencionaron a los Aiel me llamaron la atención y aquí empiezan a cobrar más protagonismo, que ya era hora!!
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Me pregunto si en el personaje de Rand estaremos viendo una evolución a lo Darth Vader 🤨
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Ya lo he mencionado: el descubrimiento de este libro es Mat y su “maldita” suerte. Un antihéroe compuesto por una picardia seductora y una personalidad egoísta que en el fondo parece esconder un corazón noble, con una lealtad innata a sus amigos, aunque ni él se lo reconozca a si mismo. Creo que va ser mi crush de esta saga 🧡
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8/10 YA SE ESTA RODANDO LA SERIE 😍😍

Sin entrar en muchos detalles de la trama, para no spoilear nada de los dos primeros libros; en este encontramos una atmósfera algo más oscura, donde la incertidumbre y la locura hacen acto de presencia. Vemos a unos protagonistas llenos de dudas sobre ellos mismos y sobre su futuro. Se plantean quiénes son, en qué se están convirtiendo y si las personas a las que acompañan han cambiado tanto como ellos.

En este libro se nota que la oscuridad está cada vez más cerca y el peligro se hace inminente. Una serie de decisiones tomadas en momentos desesperados moverán de nuevo el entramado de la rueda para colocar a cada personaje en su lugar.

De este libro me ha gustado que no se centra tanto en Rand como los dos primeros y que el resto de personajes cobran un mayor protagonismo. Nos enseña que, aunque Rand parece ser el protagonista indiscutible, no lo es, sino que todos los que le acompañan tienen su cometido y su protagonismo.

Debo decir que me ha encantado conocer en mayor profundidad a Perryn, que me parece un personaje muy interesante y, hasta ahora, la historia no nos había dejado adentrarnos tanto en su cabeza, ver lo que ve y comprender cómo se siente con todos los cambios que está viviendo; y Nynaeve es mi favorita hasta lo que llevo leído, me encanta su carácter y cómo soluciona las situaciones que se presentan.

En general, una tercera parte que nos aporta otras visiones del camino que los personajes deben recorrer y que nos permite conocer en mayor profundidad a los otros elementos clave del entramado. del mismo modo, nos deja entrever que se avecinan nuevos peligros que estoy deseando descubrir.

El Dragón Renacido es el tercer volumen de la macrosaga de alta fantasía La Rueda del Tiempo creada por Robert Jordan. La saga, de forma muy resumida, sigue las aventuras de un grupo de jóvenes que se ven atrapados en los hilos del destino en una aventura de proporciones épicas para evitar –¿o es para provocar?– el desmembramiento del mundo, algo que ya ha ocurrido eras atrás y que está destinado a volver a suceder conforme gire la Rueda. El mundo creado por Jordan está poblado por misteriosas hechiceras capaces de poderosa magia mediante el encauzamiento del Poder Único, de tramas políticas entre grandes reinos y de retorcidas criaturas enviadas por el Oscuro para asolar los pueblos de la tierra. El primer libro, El Ojo del Mundo es quizás el más denso pues dedica elevado número de páginas a presentar el escenario y los personajes y es donde la prosa detallada y pausada de Jordan todavía no está lo suficientemente depurada. Para el segundo libro, La Gran Cacería, sin embargo, Jordan ya tenía la lección aprendida y una vez con todas las piezas sobre el tablero desarrolló una aventura de dimensiones épicas mucho mayores y con un desarrollo de personajes más profundo que en su predecesor. En este tercer volumen, el escritor hace acopio de todo lo aprendido y lo potencia dando como resultado el libro más completo hasta la fecha. Si bien es cierto que la estructura general de la novela es muy similar a la de la Gran Cacería –los personajes, que comienzan la historia separados, van poco a poco convergiendo en el punto donde tendrá lugar el gran enfrentamiento final–, también lo es que esta naturaleza repetitiva no deja de tener relación con la propia esencia de la epopeya que está contando; las eras se repiten, los grandes héroes renacen y las aventuras suceden una y otra vez. Aún así, que nadie se lleve las manos a la cabeza temiendo encontrar una mera repetición de la Gran Cacería, pues salvo este esqueleto central, nada más tiene relación.

Todos los libros de la saga comienzan con un breve prólogo que sirve para poner en contexto y adelantar algunos de los eventos a los que tendrán que enfrentarse los protagonistas. Una de las cosas más interesantes de estos textos es que la primera vez que se leen, el lector apenas es consciente del alcance de lo que Jordan está contando, mientras que leídos de nuevo una vez acabada la novela es cuando alcanzan su total significado. En esta tercera novela Jordan incluye una nueva función al prólogo y es hacerlo servir de resumen de lo sucedido hasta la fecha, pero no dedicándose a narrar sencillamente lo sucedido como si de un resumen se tratase, sino de forma sutil, entremezclando los sucesos con la trama que está ocurriendo. Esta forma de recordar al lector lo ocurrido anteriormente sin caer en lo obvio es una de las características de la novela y volveremos sobre ello más adelante.

Pese a llevar solo tres libros, a estas alturas de saga, tenemos acumuladas ya más de 2200 páginas de historia que se traducen en numerosos escenarios e incontables personajes. Debido a esto en El dragón renacido los puntos de vista de algunos de los personajes protagónicos desaparecen para volver a resurgir en posteriores volúmenes. La práctica totalidad de la novela está centrada en tres de los personajes que partieron de Campo de Emond con Rand, a saber, Perrin, Egwene y Mat, mientras que el propio Rand sorprendentemente tiene un papel muy secundario y sus acciones son casi siempre valoradas desde el punto de vista externo de otros personajes. Mediante el uso de esta herramienta Jordan pone al lector en el mismo lugar que a los personajes. Conforme Rand va creciendo en el uso de sus poderes, va siendo cada vez menos ese chico con el que el resto de protagonistas crecieron y jugaron en su infancia y más ese ser poderoso que alcanza tintes casi mitológicos. Eliminando el punto de vista de Rand de la narración, el lector obtiene información de él de la misma fuente que el resto de personajes, gracias a los comentarios y leyendas que va dejando allí por donde pasa.

En cuanto a los otros tres protagonistas, Jordan los utiliza para dar a conocer a través de cada uno de ellos lo que está sucediendo en distintas partes del mundo en cada momento. Gracias a Egwene profundizamos mucho más en lo que ocurre en Tar Valon y la forma de actuar de las Aes Sedai –los capítulos que pasan en la Torre Blanca, intentando desentrañar secretos y traiciones sin ser descubiertos dejan cierta reminiscencia a las correrías de Harry Potter y sus amigos en Hogwarts–. Perrin continúa con su lucha para entender en qué se ha convertido y qué alcance tiene su nueva conexión con la naturaleza y nos permite asimismo adentrarnos más en algunas de las razas que habitan el mundo y que hasta el momento apenas habían sido mencionadas. Y gracias a Mat, aunque la suya sea la trama más reducida, y la más irregular de las tres, conocemos algunas de las intrigas políticas que van cobrando cada vez más importancia conforme avanza la saga y tenemos el placer de recuperar a un personaje muy querido que aparece y desaparece de forma intermitente conforme avanzan los distintos libros pero que parece tener mucha información que revelar en el futuro.

Uno de los elementos esenciales de la escritura de Jordan y que en este libro alcanza un nivel sobresaliente es la plasmación del mundo de los sueños. Llegados a este punto son ya varios los personajes que pueden acceder a él y gracias a su propia visión obtenemos un conocimiento mayor de qué es y la importancia que tiene en la mitología de la Rueda del Tiempo. Las escenas oníricas son posiblemente lo mejor de toda la novela. Jordan narra lo sucedido entrecortando escenas, cruzando unas con otras o pasando de un escenario a otro sin solución de continuidad y el lector acaba tan confundido como los propios personajes. Pero no es una confusión que impida entender la acción, a pesar de lo aparentemente errático de la narración, en todo momento sabemos qué está ocurriendo aunque no seamos capaces de describir la escena con exactitud. Igual que si fuera un sueño.

Otra de las tradiciones de la saga que se continúa en este libro son los viajes. Los personajes pasan grandes cantidades de tiempo viajando de un extremo a otro del mapa, recorriendo ciudades y pueblos, bosques y montañas, a caballo, en barco o a pié. Y por el camino aprovecha Jordan para ahondar más en el rico mundo que ha creado. No es lo mismo la ciudad extramuros de Caemlyn, llena de casas de ladrillo rojo y calles rebosantes de hombres y mujeres ocupados en un animado mercadeo bajo los toldos de los comerciantes, que la ornamentada Tar Valon poblada de casas de vivos colores y con una fuente o monumento en cada plaza y cruce de calles. Y si algo se repite en todos esos lugares son las posadas, que abundan a lo largo de todos los viajes. Grandes o pequeñas, acogedoras o abarrotadas, con posaderos amables y extrovertidos o agrios y reservados. Todas ellas tienen un letrero colgando en la puerta con el nombre del local y un dibujo, así encontramos posadas tan variopintas como El Salto de Harilin en cuyo letrero se representa un hombre a pata coja con los brazos levantados, La Forja del Viajero, con un hombre de delantal de cuero con un martillo o El Ribereño cuyo letrero está ilustrado con un hombre descalzo y con torso desnudo interpretando una giga. Todos estos lugares y sus habitantes ayudan a crear la sensación de un mundo real y muy vivo.

Retomando lo mencionado más arriba, Jordan hace un esfuerzo digno de mención para recordar conforma avanza la trama sucesos que han ocurrido en los libros anteriores pero siempre sin entorpecer la narración en curso. Entrelaza de forma perfectamente natural lo ya sucedido con lo que está ocurriendo de manera que el lector no se encuentra perdido en ningún momento a pesar de tratarse de un mundo tan grande y con una cantidad tal de personajes. Sería llamativo adentrarse en una saga de estas características en el tercer volumen, pero da la sensación de que cualquier lector podría leer el Dragón Renacido sin haber leído las dos partes anteriores y lo disfrutaría perfectamente sin perderse nada. Sin embargo para los que van leyendo la saga libro a libro a estas alturas tienen ya una perspectiva completa de un mundo complejísimo y vivo poblado por personas reales involucradas en un conflicto de carácter épico del que al lector le resulta difícil escapar.
Enlace: https://quienvigilaaldrender..

¡Hasta ahora el que más me ha gustado!
Me ha resultado muy interesante toda la trama de Tar Valon, dejándonos descubrir cada vez más cosas de la Torre Blanca. Las partes del resto de personajes iban mejorando o pausándose conforme avanzaba la trama, pero me ha gustado mucho cómo Jordan aúna todos esos caminos separados para que confluyan en uno solo. Pero por encima de todo, destaco la plena introducción ya al Tel'aran'rhiod, algunas de sus leyes y su gran importancia en la trama. ¡Muy original y muy interesante!

AVISO: esta reseña contiene SPOILERS de los anteriores libros de la saga.

Con un segundo libro que introducía tramas interesantes pasamos a un tercero que busca unificar las tramas en torno a Rand. Perrin tiene mayor peso en la historia, aunque reconozco que parte de sus pensamientos entran en bucle, haciendo que que me desesperase. Además, la introducción del Halcón me ha parecido algo forzada, y más todavía crear un lazo entre ambos.

Mat también recupera esencia, aunque marcado por sus vivencias con la daga. Sirve un poco en algunos momentos como una contraparte más ligera al resto de personajes del libro, y nos abre la puerta a saber lo que está sucediendo en el palacio de Morgase. Su humor y acidez se agradecen, incluso dentro de la trama política.

A las Aes Sedai las seguimos conociendo a través de Egwene, mostrando los entresijos con los distintos objetos que les permiten potenciar su conexión con el poder único. También vemos que la desconfianza crece dentro de la torre blanca y que Egwene está muy condicionada por lo que vive cuando estaba retenida, haciendo que reflexione sobre la prohibición de herir usando sus habilidades. Lo único que sigue sin convencerme es la repetición constante de relacionar a gran parte de las mujeres con Rand de manera amorosa, ya que condiciona las relaciones y pensamientos de muchas de ellas.

A Rand lo tenemos casi desaparecido hasta el final, sabiendo de él por sueños que tienen sus amig@s pero poco más. Y es que en el final llega su momento de brillar, aunque de forma algo abrupta y dejando la historia muy abierta.

Si bien el libro es menos denso que el primero, hay muchas preguntas que siguen sin responderse y que para mi ya lastran a los personajes. Lo compensa la prosa del autor que logra que semejantes tochos no se hagan pesados.

Colibrí.

No voy a comentar el argumento de «El Dragón Renacido», pues sería difícil hacerlo sin arruinar parte (o todo) de los primeros dos libros, así que simplemente vengo a dejaros mis sensaciones tras la lectura. No obstante, el mero hecho de mencionar algunos personajes ya es un spoiler en sí mismo, así que si preferís leerlos sin saber absolutamente nada, parad aquí ❌

En primer lugar, tengo que decir que este tercer libro me ha gustado bastante más que su predecesor y creo que el motivo es principalmente que lo he notado mucho menos introductorio 🔥. Ya conocemos a los protagonistas y antagonistas, así como la idea general del sistema de magia y las culturas de los pueblos que han aparecido por el momento, por lo que en este libro se nota que el autor se centra más en dotar de profundidad a los personajes. Es más fácil comprenderlos y conocer sus motivaciones y eso favorece la conexión entre estos y el lector✨.
Además, aunque me gusta lo torturado que está el personaje de Rand, ya en el segundo libro se me acabó haciendo un poco pesado su arco, por lo que el hecho de que en este volumen pase un poco a un segundo plano, también creo que beneficia al ritmo del libro y nos permite conocer más a otros personajes como Mat o Perrin y, por supuesto, a las mujeres, no muy desarrolladas hasta ahora.

Ya he comentado alguna vez mi relación de amor-odio con esta saga, pero admito que «El dragón renacido» me devolvió la ilusión por el mundo creado por Jordan, así que tengo ganas de coger pronto su cuarta parte, «El ascenso de la sombra», y ver qué les depara el destino a estos protagonistas.

Reseña en YouTube el 21 de noviembre

Por la trama que contaba la sinopsis en la parte de atrás del libro. Y el SPOILER máximo que hace la portada antigua de la versión original, podría parecer que este libro iba a centrarse en esa entrada a la fortaleza de Tear, y era un poco lo que estaba esperando. Pero no ha sido así exactamente.

Ya desde un inicio nos centramos en personajes que no son Rand, todos esos con lo que hasta ahora habíamos tenido como narradores alternados ahora se toman bastantes capítulos para narrarnos su punto de vista. Rand se queda un poco en segundo plano, dandonos atisbos tan pequeños que nos cuestionamos si ya se ha vuelto loco por su conexión con la Fuente Verdadera o solo está falto de compañía y comprensión.
Este libro nos recuerda y refuerza la idea de que Rand es el Dragón Renacido proclamado, pero que no es la única pieza central y vital de la historia. A su alrededor se desarrollan tramas de otros personajes que condicionan tanto la línea principal como lo pueden hacer sus decisiones. También entra el hecho de que no todos creen en la veracidad de Rand como el dragón, así que vamos a ver como se pone en duda algo que para el lector es cosa hecha de hace ya un libro.

La acción en este libro empieza desde la primera página, sin contar el maravilloso prólogo. Y es algo que demanda la línea narrativa y la tensión que genera la posición de los personajes, la historia tiene que moverse para que el lector no se sienta estancado.
Este libro tiene una fórmula muy parecida al anterior, que me ha hecho bajar un escalón la entrega una vez terminado el libro. La formula es la siguiente:
1. Los personajes reunidos en el final del libro anterior se ven separados con destinos y fines muy distintos
2. Se desarrollan y se cierran esas líneas pero por temas del entramado todos acaban poniendo dirección a un mismo punto.
3. Se reúnen de forma casual en el destino
4. Hay una batalla con el Oscuro.

En este libro Jordan sigue expandiendo el mundo. Rand queda en segundo plano en toda la historia, pero llegamos a comprender como el Oscuro está retomando fuerzas. Y que derrotarlo una vez no implica que sea definitivo por que Ba'alzamon no era más que una especie de abducción de uno de sus esbirros. Así que de forma indirecta sabemos que los sellos rotos están estrechamente relacionados con el deselace de el encuentro entre Rand y el Oscuro.
También tenemos las profecías, que en este libro parecen más estudiadas y detalladas y se centran en algo más que el hecho de dónde nacerá el Dragón Renacido.
La magia también se expande. Comprendemos que es algo más que un poder, si no que es adictivo para aquellos que la usan, la fuente tienta a más de lo que puede el encauzador. Y así como en el segunde vimos los Ajahs en este libro tenemos un atisbo de la magia en si misma. También se explican los dones (como los sueños) y vemos que hay veces que pueden extenderse a toda una población, como afectar a personas concretas como ser parte de la posición que se tiene en el entramado. Así que de manera indirecta tenemos un poco más sobre Perrin.

Los personajes que entran en juegos sieguen siendo a grandes rasgos los mismos.
Si que empezamos a ver la importancia de Matt a raíz de hacer sonar el Cuerno de Valere, y como eso lo pone en una situación complicada.
Nynaeve es sin duda la desconfianza personificada.
También está Moraine, y el que todos la odian de manera profunda y irrefutable. y es chocante ver como luego es ella la que los saca de todos los atolladeros. Y sin duda en este libro empiezan a verse los bordes de su relación con Lan.
Selene sigue siendo un misterio para mi.

Y despues de todo esto yo me pregunto: ¿Hacia dónde se dirige esta historia? Puedo sin duda apreciar el final ¿pero cuantas vueltas da Robert Jordan para no llegar a él hasta después de 11 libros más?
Enlace: https://www.youtube.com/chan..