Los siete maridos de Evelyn Hugo

It's always been fascinating to me how things can be simultaneously true and false, how people can be good and bad all in one, how someone can love you in a way that is beautifully selfless while serving themselves ruthlessly.

[...] long ago I learned the lesson that you have to throw yourself at the mercy of the things you truly want.

I had learned all too well that pain was sometimes stronger than the need to keep up appearances.

The tears that come out of me feel as if they were decades in the making. It feels as if some old version of me is leaking out, letting go, saying good-bye in the effort of making room for a new me. One that is stronger and somehow both more cynical about people and also more optimistic about my place in the world.

“Pero lo cierto es que los elogios son como una adicción. Cuantos más recibes, más necesitas”

¿No te parece sumamente práctico que cuando los hombres hacen reglas, lo que más menosprecian es justamente lo que supondría la mayor amenaza para ellos? Imagínate si todas las mujeres solteras del mundo quisieran algo a cambio de ceder su cuerpo. Todas vosotras estaríais al mando.

El divorcio es pérdida.
Evelyn menea la cabeza.
La pérdida es el dolor que te produce. El divorcio es un papel.

La gente piensa que la intimidad tiene que ver con el sexo. Pero tiene que ver con la verdad. Cuando te das cuenta de que puedes contarle tu verdad a alguien, cuando puedes mostrarte a alguien, cuando te desnudas delante de alguien y su respuesta es "conmigo estás a salvo". Eso es intimidad.