Si bien es, a mi entender, el más flojo de los que he leido de Ito, sigue siendo igual de entretenido y perturbador. En esta ocasión nos lleva de la mano a un pueblo místico, hecho de fibras sobrenaturales que convierte a todo y todos los que en él habitan en seres con capacidades extrañas. Un texto para reflexionar en las religiones y en dejarse llevar por ellas.
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