La hora de las gaviotas

Tal vez para apreciar la belleza sea mejor no conocer la historia que se esconde detrás.

Los carrizos se abren al paso de la barca, una senda de agua que vuelve a cerrarse segundos después, sin dejar más testigos que las aves que alzan el vuelo, contrariadas. No les gusta el trajín que se ha adueñado de su mundo, gentes que hurgan aquí y allá en busca del fruto de una maldad que ellas jamás comprenderán

Tiene que ser horrible no sentirte segura en tu propia casa.

El miedo es tramposo en su búsqueda de un camino para hacerse fuerte.

La vida ya es bastante complicada como para buscarse enemigos.

Algún día las mujeres nos cansaremos y plantaremos cara a este maldito sistema patriarcal. O lo hacemos nosotras o nadie lo hará.

No es fácil asumir que hay alguien capaz de destruir lo que más quieres solo por hacerte daño.

No denunciar solo beneficia a quien maltrata, que puede seguir haciéndolo con total impunidad.

La impertinencia es capaz de despertar las peores reacciones, incluso en las personas de carácter más templado.

Es mejor pasar desapercibido en la vida.