Las puertas de la percepción

Leí este libro sabiendo sólo una cosa: Jim Morrison se había inspirado en esta obra para su banda, fuera de eso, todos los apartados de este ensayo se presentan de una manera tan rica y tan vívida que realmente fascinan.

Huxley habla desde su experiencia, es decir, es una opinión personal de su parte y todo lo que contiene no se puede extrapolar a pacientes que estuvieron en la misma condición, pues cada individuo vive el consumo de la mescalina de manera diferente, pero en lo que respecta al escritor, debo admitir que cada una de sus percepciones se describen con tanta maravilla que simplemente invita a vivir la experiencia del peyote.

Desde el asombro que provoca esta sustancia a la hora de ver el brotamiento de unas flores con esa luz maravillosa, hasta la comparación de la ropa de los cuadros de Botticelli con su propia indumentaria me parece simplemente maravilloso.

Cabe aclarar, las percepciones no sólo se quedan en lo sensorial, la mayor riqueza de este ensayo radica en esa parte donde Huxley habla de la percepción interior del ser bajo los influjos de la mescalina: nos habla del "afán de escapar [de las vidas monotonas y], el ansia de trascender de sí mismo": el autor inglés critica a la banalidad y de la vida moderna y de la importancia de ese aspecto espiritual del que tanto nos hemos olvidado, pero cuya importancia se hace presente al darnos un cobijo de la insoportable vida rutinaria de nuestra existencia. Es simple maravilloso como todo este análisis social parte de algo tan natural, pero a la vez tan místico, como lo puede ser él peyote.