El panadero que horneaba historias

Cuando lees a un autor por primera vez y el resultado es tan bueno como lo fue la lectura de “El hombre que paseaba con libros”, sabes que repetirás con el autor en cuanto publique una nueva obra y eso es lo que me ha pasado con Carsten Henn.

En esta ocasión ha sido Maeva la que me ha enviado un ejemplar que de nuevo he disfrutado, aunque sin soy sincera, me gustó un poco más la novela anterior, quizás porque los libros eran una parte importante de aquella historia, una parte importante que aquí ocupa el pan, un pan que me hubiera comido gustosa de tenerlo a mano mientras leía.

La novela nos cuenta la historia de Sofie, una “prima ballerina” que tras un accidente debe dejar de bailar, pero cuando crees que el trabajo al que te dedicas es aquel que soñaste y para lo que naciste y sientes que tu vida ya está encarrilada en un sentido, no se te pasa por la cabeza que de la noche a la mañana todo eso pueda cambiar y ahora Sofie está totalmente perdida. Ha perdido su trabajo y siente que su matrimonio también empieza a hacer aguas. Lo que nunca imaginó Sofie fue que acudir a una entrevista para trabajar en una panadería podría cambiar de algún modo su vida, porque... ¿Puede haber algo más diferente que bailar y hacer pan?

La verdad es que esta novela es un canto a la calma, a vivir la vida de otra forma, a no esperar que las cosas se hagan “ya”, algo que Sofie tiene que aprender.

En estos tiempos en los que tener un rato libre para no hacer absolutamente nada parece un pecado, esta filosofía de vida de Giacomo es un soplo de aire fresco y Sofie que no ha nacido siendo paciente, debe entender que las cosas llevan su tiempo y el lograr llegar a la meta es un camino de aprendizaje personal muy enriquecedor.

Giacomo por su parte, es un personaje realmente maravilloso, capaz de comparar cualquier sentimiento o sensación con la forma de hacer el pan. Más que panadero, diría que tiene alma de filósofo, pero sin duda es la persona calmada, paciente y tranquila que Sofie necesita en este momento.

Además de Sofie y Giacomo, encontraremos otros personajes como Florian, el marido de Sofie, que también está pasando sus horas bajas por el mal momento por el que pasa su matrimonio, Elsa, que atiende la panadería, aunque con su forma de ser es casi increíble que vendan una sola barra y no acabas de entender por qué Giacomo deja que se encargue de los clientes, o Anouk, un personaje que me ha arrancado más de una sonrisa y que es la pequeña sobrina de Sofie que además está convencida de que es la Virgen María y desde su corta edad va moldeando en su cabeza lo que sabe sobre María y Jesús mientras suelta bendiciones a diestro y siniestro.

La verdad es que en esta novela me he vuelto a encontrar con esa forma de escribir del autor que tanto me gustó la primera vez, sencillez, naturalidad… y de nuevo ha creado unos personajes que cargan con historias sobre sus espaldas que han sabido (o no) manejar para seguir adelante y que realmente resultan muy reales. "El panadero que horneaba historias" es una historia cálida, entrañable, quizás algunos la encuentren algo "cursi", eso va a depender de cada lector, pero sin duda es de esas que se leen con gusto, y nunca mejor dicho, gusto y aroma a pan que abre el apetito. Una historia que sabes que acabará bien porque todos los personajes merecen que así sea.

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Ay, desde el primer momento este libro me ha parecido tan personal, tan tierno y tan bonito que no podía dejar de leerlo. Sentía que me había metido en esa historia tan especial, como si formara parte de ella. Tenemos una bailarina que tras una lesión ya no puede serlo y ahora es infeliz y está perdida, incluso se siente alejada de su marido, el coreógrafo de todos sus bailes.

Buscando trabajo, llega a una panadería con un panadero muy especial y allí oirá historias, aprenderá quién es y lo que quiere mientras amasa pan. Esos momentos en la panadería son tan bonitos y están tan llenos de frases y enseñanzas, que no podía poner más postits... La protagonista es fuerte, pero está frágil e insegura pero vamos a ver como poco a poco se levanta y evoluciona y es increíble ver ese cambio.

La forma de escribir del autor es bella, delicada, maravillosa y llena de poesía y aprendizaje. Todos los personajes en este libro son especiales, están sufriendo y van a superar su dolor gracias a los otros, gracias al pan y al amor, ya sea a volver a enamorarse, al amor infantil, al amor de un abrazo, al amor a uno mismo... de verdad, creo que es una novela que no puedo recomendar más, no os dejará indiferente y con un final precioso.

Un maravilloso canto a la vida, de aprender a curar las heridas sin prisa al igual que la forma en la que se amasa el pan 🥖

🩰Sofie era la prima donna del ballet hasta que el destino le había deparado una nueva vida sin que ella la hubiera pedido.
Los nuevos comienzos siempre son difíciles y más aún cuándo sientes que el reflejo del espejo no te muestra lo que quieres ver, sintiendo que has perdido todo tu ser y feminidad.

🍰 Todo ello la lleva a un bucle deprimente sin saber cómo seguir con su vida ni si desea mantener a flote su matrimonio.
Giacomo ése ser de luz, el panadero del pueblo que no soñaba con panecillos sino con la tierra de su infancia le enseñará a ver la vida desde otro prisma.

✨️Es una deliciosa y reconfortante historia feelgood que evoca ésos aromas a pan recién hecho.
He descubierto el placer y deleite de disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, de dedicarle amor a lo que uno hace y por qué no regalarnos nuevos despertares.

♥️ La espera en la vida, el ayer se convierte en lo que vendrá en un día nuevo y todo se basa en aprender a bailarle a la vida.
Sólo hay que encontrar la forma de que dos corazones vuelvan a latir al unísono.

Libro con una ternura máxima, corto pero muy especial. Lo he acabado y sólo me han dado ganas de comerme un buen PAN. El escritor ha conseguido que huela ese PAN recién hecho, y esas harinas. Y lo que nos ha dejado entre líneas es que si le ponemos amor a todo tenemos un rico resultado...

Sofie ha sido la primera bailarina de una compañía hasta que una lesión la sacó de golpe de ese mundo y la enfrentó a una nueva realidad: reinventarse a sí misma y empezar de cero sin saber hacer otra cosa que bailar.
Todo a su alrededor se ha desmoronado: ella ya no se siente la misma, no soporta a su marido y no sabe qué hacer con su vida hasta que se ve obligada a aceptar un trabajo en la panadería del pueblo.
Giacomo también ha tenido que empezar de cero al verse obligado a emigrar para ganarse la vida y verse lejos de su tierra y familia. Hace magia con el pan, transmite a la harina algo más que sus manos y experiencia y Sofie no puede evitar verse cautivada por su forma de trabajar y de ver la vida a través del trabajo del obrador con similitudes y comparaciones que la descolocan y la hacen repensarlo todo.
A través de ese poco deseado trabajo, Sofie se volverá a descubrir a sí misma y verá su vida y a los que la rodean bajo un nuevo prisma. Se va dando cuenta de que todos los finales pueden suponer un nuevo principio pero también hay comienzos terribles y desastrosos.
Narrado con gran sensibilidad, es un libro para leer con un café, té o la bebida que prefieras, mientras degustas esta historia sobre segundas oportunidades, nuevos comienzos y como, a veces, la vida te sacude hasta lo más hondo para quedarte justo donde estás.
Los capítulos se cuentan desde diferentes puntos de vista y no solo conoceremos a Sofie y Giacomo, sino que también veremos más del marido, hermana y sobrina de aquella y de la gente que rodea a este formando un bello cuadro en el que el dolor y el amor van dando pinceladas hasta formar una obra de arte.
Veremos la importancia de encontrarse a una misma para saber qué queremos de la vida y de los demás, cómo no atosigar a las personas y dejar que se recuperen de sus heridas poco a poco sin imponer tiempos ni meter prisa y sabremos de heridas que nunca cierran si no se les da la oportunidad y nos empeñamos en mantenerlas abiertas evitando que cicatricen. También nos enseñará el poder de los detalles, de saber escuchar y ver más allá de lo que se muestra y de concederse una tregua y perdonarse a una misma.
No te pierdas este libro que llega al alma y deja con una sonrisa en la boca y el corazón calentito.

Hay libros que te encantan cuando los estás leyendo, pero al poco de acabarlos los vas olvidando y apenas dejan poso en ti. Pero hay otros que se quedan contigo, siempre. Esto último es lo que ha pasado con "El panadero que horneaba historias" de Carsten Henn.

Esta novela es de las denominadas Feel Good, que por si no lo sabéis son novelas "escritas con el objetivo de hacer sentir bien al lector, tienen como trama principal el desarrollo de los personajes arropados por un clima agradable cuyo final obligatoriamente ha de ser feliz y dejarte con un buen sabor de boca".

Y sí, "El panadero que horneaba historia" cumple totalmente con esa premisa y es cierto que te deja muy buen sabor de boca ¡Y casi puedes oler el olor del pan recién hecho!

Es una historia muy tierna y bonita y el personaje del panadero, Giacomo Botura, es ¡¡genial!! Tierno, bueno, inteligente, dulce, cariñoso, noble... Vamos, de los que roban el corazón.

La editorial nos dice que es una "novela curativa" y estoy totalmente de acuerdo. Es de esas novelas que te trasmiten ganas de vivir, de salir a la calle y disfrutar de los pequeños placeres de la vida, de aprovechar el tiempo con tus seres queridos. Que te animan y que te hacen ver que la vida, como dice Dani Martín es muy bonita, aunque a veces duela.

Es una historia ligera que calienta el corazón, así que sin duda os recomiendo leerla y dejaros arrastrar por la bondad y sabiduría del gran Giacomo Botura.
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El panadero que horneaba historias un libro de Carsten Henn. Donde conocemos a entrañables personajes.

Sofie es una mujer, no joven, bailarina de ballet, a la que una lesión de tobillo la aparta de su profesión. Por ello se ve obligada a aceptar un trabajo en la panadería de su pueblo. Giacomo es el panadero que convierte su habilidad en hacer pan en una lección de vida.

Durante la elaboración del pan, la paciencia y la escucha activa serán ingredientes esenciales. Giacomo enseña a Sophie a sentir la masa entre sus manos, a dejarla hablar y lo más importante, a escucharla para saber lo que esta necesita antes de introducirla en el horno.

Mientras Giacomo enfatiza como debe elaborarse el pan y va enseñando a Sophie a establecer un paralelismo entre ese proceso y la vida. Vamos descubriendo entre hogaza y hogaza de pan el pasado de ambos. Dos personajes, Giacomo y Sophie que comparten esos momentos de creación y aprendizaje en un ambiente de paz y confidencia capaz de hacerte vivir una gran sensación de paz durante la lectura. Giacomo explica y enseña de forma sencilla, sabia y enternecedora, lo que convierte la lectura en un momento conmovedor, al que estás deseando volver cuando ves el libro al lado del sillón.

La corteza, la fermentación, la levadura, el horneado, miga y sal. Son capítulos que tienen que ver con el proceso de creación de una pieza de pan y que el escritor ha sabido ensamblarlo con momentos de la vida por el que todos hemos pasado alguna vez. Algo especial debe tener la harina, cuando en época de pandemia desaparecía de los estantes de los supermercados ya que en todas las casas nos dio por acogerla para transformarla en alguna cosa comestible que compartiríamos en familia.

@carsten.henn

Para saber más visita mi blog: https://tapdeboli.blogspot.com/2024/04/el-panadero-que-horneaba-historias-de.html
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La protagonista es una bailarina que pierde el trabajo , no sabe que hacer, tiene una crisis, también tiene problemas con su marido.
Con todo esto acaba encontrando trabajo en una panadería. Allí conoce a Giacomo , un hombre muy agradable que le dará lecciones de vida.
Es un especie de feel-good y autoayuda. Nos enseña lo importante de las pequeñas cosas de la vida que son la que nos hacen felices y aprender a apreciarlas. Un hombre que sabe escuchar, el sueña con su tierra en Italia. Sofie con esta ayuda irá sintiéndose mejor y centrándose en la vida. También tiene momentos tristes, pero sin ellos no habría historia.

A mí amasar pan si me gusta y la repostería también , ha sido una lectura agradable y entretenida.

Esta novela nos sumerge en la historia de Sofie, una exbailarina que, tras sufrir una lesión de tobillo, se ve obligada a abandonar su carrera en el ballet. Después de haber perdido todo lo que había construido, incluido su matrimonio y su confianza en sí misma, Sofie encuentra consuelo y una nueva perspectiva de vida en la panadería de Giacomo, un panadero italiano.

La trama de la novela nos muestra cómo a través de las enseñanzas de Giacomo y el poder curativo de las buenas historias, Sofie encuentra un nuevo propósito y el coraje para comenzar de nuevo. La sabiduría de Giacomo, su aprecio por las pequeñas cosas y su sencillez se convierten en un bálsamo para el alma de Sofie, guiándola en su proceso de sanación.

Es una historia conmovedora que nos enseña la importancia de encontrar consuelo en los momentos difíciles y de valorar las pequeñas cosas de la vida. A través de la narrativa, la autora nos transmite un mensaje de esperanza y fortaleza, recordándonos que siempre hay una oportunidad para empezar de nuevo.

La escritura de la novela es fluida y emotiva, con descripciones detalladas que nos permiten visualizar los escenarios y sumergirnos en la historia. Los personajes están bien construidos y sus emociones y luchas son palpables, lo que nos permite conectar con ellos y experimentar sus alegrías y tristezas.

En resumen, es una novela que nos invita a reflexionar sobre el poder sanador de las buenas historias y nos muestra que, incluso en los momentos más oscuros, siempre hay una luz que nos guía hacia un nuevo comienzo. Es una lectura reconfortante y emotiva que nos deja con un mensaje de esperanza y valentía.

"El hombre que paseaba con libros" fue la primera novela escrita por Carsten Henn, la cual se convirtió en un best seller con más de 175.000 ejemplares vendidos en Alemania. "El panadero que horneaba historias" es su segunda novela, con la que seguro que alcanzará tantos o más lectores. Podemos leer ambas en español gracias a la editorial Maeva.

Con su primera novela quedé prendada de la prosa de Carsten Henn, y con "El panadero que horneaba historias" me ha terminado de enamorar. Su estilo es muy delicado, cercano y ameno, ya que con pocas descripciones consigue que el lector se pueda sentir parte de la historia. Además, en las situaciones más difíciles o complicadas sentimentalmente hablando, tiene una dulzura narrando que llega muy dentro. Merece la pena deleitarse en más de una frase y pasarse a repetir su lectura y pensar sobre la enseñanza que nos quiere dejar. Es de esos libros que gusta leer al lado con una serie de post-it para señalar las páginas y poder volver a ellas posteriormente.

"El panadero que horneaba historias" trata sobre las segundas oportunidades, y lo importante que es dar esa segunda oportunidad. Pero no solo a un trabajo o a una pareja, sino a la vida en general. Y eso lo saben muy bien sus protagonistas Giacomo y Sofie; pero también la gruñona dependienta Elsa, cuya historia conoceremos a fuego lento y que, al menos a mí, me ha impactado mucho. "El panadero que horneaba historias" es una historia muy emotiva y sentimental, en la que, a través del pan y la masa, los personajes irán aprendiendo la importancia de reposar la vida unos días para poder comenzar a amasar los nuevos propósitos que meter al horno y ser feliz.

Sofie es una prima ballerina que, por una lesión, se ve alejada de los escenarios. Su sueño siempre ha sido ser una bailarina, y ahora que lo ha logrado y se ha roto en mil pedazos, todo se desmorona, su trabajo, su vida, su confianza, pero también su matrimonio.

Sofie necesita un trabajo para no perder la prestación del paro, y así llega a la panadería de Giacomo, con idea de aguantar lo necesario, ya que ella que, precisamente nunca ha comido pan, no se ve de panadera. Pero la peculiar personalidad de Giacomo y la panadería la atrapan sin saber que eso cambiará su vida y que las cosas se ven mejor con un buen pan recién horneado.

"El panadero que horneaba historias" es una historia de personajes fuertes, ya que a pesar de las adversidades no se han rendido. Son personajes que encuentran el valor y la fuerza para seguir adelante día a día, y seguir en esa panadería vendiendo un pan especial para cada habitante del pueblo, ya que cada pan lleva un ingrediente secreto de Giacomo que los hace únicos.

Es importante para Sofie afrontar ese cambio que se ha producido en su vida y entender que, aunque ella siempre será la "Sofie prima ballerina", también tiene que dejarla atrás y aprender a confiar y a querer a la nueva Sofie. Lo mismo para su matrimonio con Florian, ellos se enamoraron siendo ella bailarina, ahora que Sofie es otra, tendrán que aprender de nuevo a amarse.

"El panadero que horneaba historias" es un ejercicio de vida, de la importancia de saber buscarse a sí mismo cuando creemos que todo está perdido. de amasar despacio y vivir despacio cuando es necesario, para lograr encontrar ese pequeño detalle que nos haga felices, que llegará cuando menos lo esperemos pero cuando más lo necesitemos, como en el caso de Elsa y la pequeña Anouk.

Además, como guinda, me ha gustado mucho el pequeño guiño que el autor ha realizado al principio de la novela a Carl Kollhoff, protagonista de "El hombre que paseaba con libros".

En resumen, "El panadero que horneaba historias" es un libro cargado de sentimientos y que, a pesar de sus solo 221 páginas, tiene mucha fuerza. Una historia de las que no dejan indiferentes a los lectores y de las que las palabras se quedan cortas para describir lo que transmite.
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