Se me ocurre que, en un mundo maniático, en un mundo fetichista, quizás es más sincero tener una biblioteca de retratos de escritores que una biblioteca de sus libros.
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Se me ocurre que, en un mundo maniático, en un mundo fetichista, quizás es más sincero tener una biblioteca de retratos de escritores que una biblioteca de sus libros.
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Con los celos de Jacques Bonnet en la mente, le pregunté a Patrick si las bibliotecas personales en Francia seguían siendo monocromáticas, si las bibliotecas personales en Francia aún eran un símbolo de poder y estatus social. Patrick encendió otro cigarro y, sonriendo, me dijo algo en francés que no entendí.
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Pensé en mi muerte. Pensé en alguien llegando a mi casa después de mi muerte a husmear entre las estanterías de caoba de mi biblioteca personal. ¿Cuál sería entonces, según ese alguien, mi tema o mi ideal o mi deseado y árido pedacito de tierra? ¿Será que hay allí, entre mis tantos libros, entre mis tantas lecturas y seducciones literarias, y acaso sin yo siquiera saberlo, el deseo secreto y profundo de algún pedacito de tierra? La biblioteca de un hombre, decía Ralph Waldo Emerson, es una especie de harén.
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Hoy todavía recuerdo, o más bien todavía percibo muy adentro, la sensación de pérdida, de ausencia. Y es que, en la memoria, las sensaciones son más intensas que los hechos, y las ausencias ocupan más espacio que las presencias.
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El doctor Sancha compra un libro, lo lee, luego se lo regala a algún amigo. Si quiere leerlo otra vez —cosa que le sucede a menudo— el doctor Sancha lo compra otra vez, lo lee otra vez, y luego se lo regala a otro amigo. De algunos libros, dice, ha comprado, leído y regalado varias docenas de ejemplares a varias docenas de amigos. Dice, lapidario, que la biblioteca particular convierte los libros en objetos empolvados que ya nunca o casi nunca se vuelven a abrir. Se convierten en falsos trofeos, dice, en símbolos decadentes. Se convierten, dice, en cosas inservibles.
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La biblioteca de un hombre, decía Ralph Waldo Emerson, es una especie de harén.
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Como agua para chocolate