¿Para qué defender la libertad? Ha pasado el tiempo en que la gente veía en ella la ley y la razón del progreso. Pero ahora -dice- todo está claro: en general, no hay progreso histórico, la historia es un proceso molecular, el hombre es siempre idéntico, no hay nada que hacer, no hay desarrollo. Pero existe una ley sencilla: la ley de la conservación de la violencia. Sencilla como la ley de la conservación de la energía. La violencia es eterna; por mucho que se haga para destruirla no desaparece, no disminuye, solo se transforma. Ahora toma la forma de esclavitud, ahora de invasión mongola. Salta de un continente a otro, se transforma en lucha de clases y de lucha de clases en luchas de razas, ahora de la esfera material se traslada a la religiosidad medieval, ahora la emprende con la gente de color, ahora con los escritores y los artistas; pero en general sobre la Tierra siempre hay la misma cantidad de violencia.