Canta la hierba

Esta es una novela que transmite sensaciones de angustia, incomprensión y apatía. Reflexionando sobre la lectura, creo que ese efecto de angustia se consigue gracias a que desde el principio de la novela sabemos que la protagonista ha sido asesinada. Así, cuando se nos introduce la historia de Dick y Mary de primera mano, buscamos qué detalle es el que podría desencadenar su muerte, aunque, como suele pasar, más que un solo hecho es un cúmulo de ellos, como una montaña de naipes que termina por derrumbarse. Dick es un hacendado en Rodesia (actual Zimbabue) al que no le va excesivamente bien porque nunca consigue dar con un cultivo o ganado que le saque de pobre. En una visita a la ciudad conoce a Mary y decide casarse con ella. Por su parte Mary es una mujer que vive de su empleo como oficinista y lleva una vida desahogada y divertida en la gran ciudad, hasta que descubre que sus amigas comentan a sus espaldas que vive fuera de la realidad porque no termina de sentar cabeza. Por este motivo decide casarse con Dick, a pesar de que eso implique volver a la vida en el campo que tanto odiaba cuando era pequeña.

Ya en las tierras de Dick descubrimos a una Mary que intenta ocupar su tiempo con sus labores, pero a la que rápidamente se le queda pequeño el lugar. Además sentimos como ella el calor asfixiante en una casa mal preparada para ese clima. Por otra parte, Mary odia a los nativos que trabajan para ellos, las descripciones que hace Lessing de su modo de verles y su actitud hacia ellos hace que la odiemos profundamente. La cosa irá a peor durante unas semanas en las que Dick está enfermo y Mary se hace cargo de vigilar el trabajo en los campos; es severa, impasible y cruel con los trabajadores, lo que generará malestar en todos ellos. Pero un día tendrá un enfrentamiento con Moses, uno de los nativos, y se abrirá ante ella la posibilidad que negaba hasta ese momento: que ellos también sean seres humanos.

Lo que más me ha gustado del libro ha sido la tensión in crescendo, que conduce irremediablemente al final que vaticinaba el comienzo del libro. La única pega que puedo ponerle es que me parece que no se explica bien el asesinato en sí, aunque quizás sea la opción de la autora porque las motivaciones de Moses son obvias.

Tenía tantas ganas de acercarme a esta autora ganadora del Premio Nobel de literatura en 2007, que no sabía muy bien cómo empezar. Podría haberme aventurado con sus grandes obras, pero ¿qué me quedaría de Doris si empezaba por lo mejor? La casualidad quiso aliarse conmigo, y a través de una recomendación llegó a mis manos esta pequeña y breve historia que tenía pinta de darme todo lo que necesitaba para un primer acercamiento a la autora.

Canta la hierba, primera novela de Doris Lessing, fue publicada en 1950. Ambientada en el África colonial de principios de siglo, narra la historia de Mary Turner, mujer de infancia dura que consigue alcanzar su independencia y libertad a través de una formación y un trabajo consolidado. Todo cambiará, cuando escuche casualmente una conversación de amigas murmurando acerca de su condición de mujer soltera. La escucha de estas palabras será como una bofetada para Mary que le hará cambiar totalmente la percepción de su vida. Presionada por los convencionalismos sociales, abandona su feliz vida independiente para casarse con un granjero cuyo rancho, perdido en medio de la nada, se transformará en su nuevo hogar.

Canta la hierba es la historia de cómo una vida idílica se va al traste por la presión social, y una profunda visión sobre la África colonial y el racismo. Mary tendrá que adaptarse a su nueva vida sin más compañía que su marido y los sirvientes nativos, a la vez que se enfrenta a sus propios prejuicios raciales.

Con un fuerte componente biográfico, ya que la propia autora residió en las ubicaciones de la novela y convivió con esta cultura racial de fuerte tradicionalismo inglés, Canta la hierba cautiva por su prosa lírica, su estilo metafórico, el poder de la naturaleza y un intimismo intenso que nos pone totalmente en la piel de cada personaje; todo ello aderezado de una potente crítica a la sociedad colonial del momento.

Una historia que consiguió confundirme de primeras y engañarme en su desarrollo, sorprendiéndome gratamente. Sencilla, sin grandes pretensiones, nos deja ya atisbar el estilo de una autora que consiguió llegar hasta lo más alto. Canta la hierba es un canto a la naturaleza, a la vida y a la libertad.