Estúpidamente encantador

Erais como agua y aceite, y no me preguntes el motivo, pero, a pesar de no ligar a la perfección, era imposible no ver que, cuando os mirabais o cuando estabais cerca, había algo, una energía danzaba a vuestro alrededor. Hubieseis podido prender el cielo juntos.

Los hechos, Adam, son los hechos los que convierten una hipótesis en una realidad.

No puedo impedirlo, siempre fuimos eso, siempre fuimos inevitables.

El día que asumas tus defectos y los quieras, los aceptes… Ese día serás feliz. Y no hay nada que te merezcas más que la felicidad.

No dejes de intentar subir al Everest, Adam, porque estoy segura de que lo conseguirás.

Porque con él brillabas. Brillabas como una estrella,

Quiero más. Somos más.

Si es de verdad, si es ese amor que rompe, que arrasa, que te hace temblar, que te quita el sueño, que te hace levitar. Si es el amor correcto, se perdona. No por obligación, sino porque te nace hacerlo.

Hay amores que son para siempre. Hay personas que están destinadas a encontrarse entre todas y existir.

Hay amistades que llegan para complementarte, para aportarte eso que a ti misma te falta o, sencillamente, para darte un empujón cuando lo necesitas, un abrazo cuando te sientes solo o un golpe de realidad cuando tus ojos están cerrados y no te permiten ver lo evidente.