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Críticas sobre El gusano de seda (16)
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Marinieves
 09 July 2018
Como el primero ("El canto del cuco") me gustó mucho, he repetido y éste tampoco está mal.
Creo que las novelas de detectives le van a dar mucho juego a la Rowling y que ha encontrado un gran personaje, o tal vez dos: Cormoran Strike y su, de momento, secretaria Robin (Robin Venetia Ellacott). Que si parece que le gustan a esta autora los pájaros: el cuco del primer libro, el nombre del detective (aunque se llame así no por el pájaro sino por el gigante de Cornualles) y Robin, que significa petirrojo (me lo adelantó mi amigo Pedro que se leyó el libro antes que yo).
Cormoran, a quien todo el mundo se empeña en llamar Cameron (y solo hay que tratar de pronunciar el nombre en inglés para saber por qué) es un detective atípico, tanto desde el punto de vista físico como por su forma de trabajar.
Físicamente destaca por su gran estatura pero, sobre todo, por el hecho de faltarle una pierna desde poco más abajo de la rodilla. La perdió en un atentado en Afganistán.
En cuanto a su forma de trabajar es serio, concienzudo y respetuoso en los procedimientos siempre que puede. Fue investigador en el ejército y sigue utilizando métodos profesionales.
En relación a su vida personal, Cormoran, seguidor del Arsenal, es hijo extramatrimonial (reconocido solo tras la correspondiente prueba de ADN) de John Rokeby, un famoso cantante de rock con el que no se relaciona, tiene varios medio hermanos y una medio hermana y acababa de terminar una relación de varios años con una mujer muy guapa pero que lo traía por la calle de la amargura, no obstante lo cual, en este segundo libro el fantasma de Charlotte todavía sigue sobrevolando la vida de nuestro detective.
Cormoran abrió una agencia de detectives que funcionaba malamente al comienzo del primer libro pero por un error de la agencia de contratación le envían como secretaria temporal a Robin, una joya en bruto que se muere por colaborar en las investigaciones de su jefe ya que parece que es su vocación frustrada y que ayuda a su jefe a centrarse en el trabajo.
Robin es muy guapa y tiene un novio al que quiere mucho pero excesivamente controlador y, quiero pensar, manifiestamente suprimible en posteriores libros. Dejó a medias la carrera de Psicología y despreció un trabajo bien remunerado en el Departamento de Recursos Humanos de una gran empresa para trabajar por mucho menos dinero en la agencia de Cormoran, lo cual fastidia enormemente a Mathew, el novio de Robin.
A Robin el trabajo administrativo le lleva poco tiempo y tiene la oficina muy bien organizada pero como le encanta ayudar a su jefe aprovecha cualquier oportunidad para asumir otras competencias que Cormoran parece reacio a darle. En este segundo libro descubrimos además que es una experta conductora.
Tras el éxito logrado en la investigación que relataba El Canto del Cuco, la agencia tiene mucha clientela, que incluso paga los servicios de Cormoran, pero casi todo son labores de seguimiento y vigilancia de maridos o esposas supuestamente infieles e investigaciones para divorcios. Todo este trabajo paga las facturas de nuestro protagonista y el sueldo de Robin, pero se le nota un poco aburrido, de manera que acepta un caso, aunque en principio no le promete grandes ingresos, de una clienta a la que dan ganas de achuchar para que espabile cada vez que habla.
Leonora Quine acude a la agencia para que Cormoran localice a Owen, su marido, un escritor mediocre que al parecer tiene por costumbre desaparecer con alguna mujer o para dar la nota y que lo busquen pero que como siempre vuelve porque tiene una hija con discapacidad, la esposa no quiere recurrir a la policía aunque hace ya diez días que falta de casa.
Cormoran toma por buena la versión de la esposa y comienza a buscar a Owen sobre todo porque Leonora, que no tiene mucho dinero, le promete que será la agente de su marido quien pague los honorarios. pero el asunto se complica cuando Cormoran descubre el cadáver del escritor a quien han asesinado de una manera muy poco convencional y que se corresponde exactamente con la forma macabra en que se produce la muerte del protagonista del próximo libro del autor: Bombyx Mori (gusano de seda).
Dado que en el libro, bien escrito pero pornográfico y de mal gusto, pone verde a muchas personas del ambiente literario londinense, con nombres ficticios pero perfectamente reconocibles, y que solo algunas personas han podido leer el manuscrito del todavía no publicado libro, estas personas pasan rápidamente a la categoría de sospechosos (otro autor, la agente del muerto, el editor...), menos para la Policía Metropolitana que centra sus investigaciones en la esposa que parece tener todas las papeletas para ingresar en prisión.
Nuestro protagonista se centra en las personas más cercanas al libro ayudado por Robin, dado que el pobre se pasa medio libro cojeando porque alguien le provoca una caída que le afecta a los ligamentos de su maltrecha rodilla. Y todo ello con Londres sufriendo una tormenta de nieve tras otra, que me ha venido bien el ambiente invernal para refrescar estos días de tórrida ola de calor manchega.
No es que la trama sea tremendamente interesante pero seguimos la investigación, los interrogatorios paralelos a los de la policía y las sucesivas sospechas que pesan sobre distintas personas con creciente interés hasta que en las últimas páginas se resuelve el asunto, de manera bastante sorpresiva al final respecto de la persona que cometió el crimen.
He hablado de dos protagonistas, pero hay un tercero: Londres. Me encanta la forma que tiene la autora de describir las evoluciones de sus personajes por la ciudad, las descripciones de calles, lugares y sobre todo de los pubs, que existen y me he entretenido en buscar en Internet y no me importaría hacer una ruta por algunos de ellos, a ser posible con menos nieve. Como la Rowling no da puntada sin hilo, me imagino que algo tiene ya pensado para rentabilizar el recorrido.
"El gusano de seda" tiene 50 capítulos que están encabezados por frases o fragmentos de obras que no conocía, de autores que en su mayoría no me sonaban tampoco. Estuve investigando nombres y resulta que son autores, sobre todo teatrales, de la época isabelina y jacobina del teatro inglés (Thomas Dekker, Francis Beaumont, William Congreve, Ben Jonson...). Curiosamente incluye varias citas de algunos, pero sólo una de Shakespeare, y no de sus obras más conocidas, y solo otra de Marlowe). No conozco mucho el teatro de esa época pero debía incluir escenas muy truculentas que relacionan estas citas con la obra que comento, en la que además hay referencias a las "intrigas jacobinas" o las "tragedias de venganza jacobinas" en las que podría incluirse la macabra escena del asesinato de Owen.
El libro es muy entretenido y la evolución de los personajes me hace pensar en una larga saga de historias de Cormoran Strike.
Enlace: https://marinieves.blogspot...
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mariacriado
 08 July 2018
Segunda parte de la saga Strike. Tan bueno como el anterior, me ha encantado.
A pesar que es una novela lenta, hasta quizás la mitad del libro no sale a relucir el asesinato, es una novela muy entretenida. En ésta, el dúo entre el investigador Strike y su ayudante Robin está más consolidada, me gusta mucho ésta pareja, se nota que hay mucha química.
Es una novela en la que se desarrolla en el mundo editorial, un escritor desaparece y aparece macabramente asesinado.
Como en la anterior, el final para mi ha sido totalmente inesperado.
Deseando comprar la tercera parte.
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Janire
 24 June 2018
Esta obra es la segunda entrega de los casos de Cormoran Strike, escrita por Robert Galbraith, seudónimo de J.K. Rowling.
Tras leerla he llegado a la conclusión de que esta mujer puede escribir lo que quiera, a mí me va a gustar sí o sí.

Tenemos ante nosotros una novela detectivesca protagonizada por Cormoran Strike, uno de los mejores detectives que me he encontrado en novelas de este tipo. Es un personaje muy bien definido, que siente pasión hacia lo que hace, muy humano, con las debilidades propias de un ser humano, es directo y tiene muy claro lo que quiere. En la anterior novela fue un personaje que ya me gustó, pero en esta obra ha acabado por ganarme por completo.
Sigue acompañado de Robin, su fiel secretaria, y juntos forman un dúo perfecto y muy dispar con el cual el lector es capaz de congeniar sin apenas esfuerzo. En esta ocasión profundizamos más en el carácter de Robin y conocemos mejor sus ambiciones y lo que quiere lograr en la vida.

La trama detectivesca se sitúa en el ámbito editorial, mostrando los bajos fondos de escritores y editoriales describiendo todos los tiras y aflojas que pueden surgir cuando la ambición y el poder se entremezclan.

Como en "El canto del cuco", he notado que había partes en las que se ralentizaba la historia y que el autor/autora se recreaba en detalles sin importancia, haciendo que el ritmo descendiera considerablemente. He tenido la sensación en esta obra de que sobraba alguna que otra página.
Hay determinadas partes que no aportan nada a la trama y que no me interesa en absoluto leer sobre ellas. Considero que tendría que haberse centrado más en contar con más detalle el crimen y haber dejado de lado la vida personal del detective.

La lectura me ha entretenido una barbaridad, se lee muy rápidamente y he disfrutado mucho de ella, a pesar de las partes que no me interesaban. Ha habido momentos en los que me he sentido un poco perdida por la cantidad de datos y personajes que van saliendo, pero no ha sido nada grave y he seguido bastante enganchada a la historia.

En cuanto al final, todo se esclarece deprisa y corriendo en unos capítulos muy breves y he extrañado una explicación más detallada del por qué. Esa parte me ha dejado un tanto fría.

Enlace: https://lecturasdeseshat.blo..
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Florcastillo
 20 March 2018
Personalmente creo que en estas historias, Rowling se luce completamente. Su manera de escribir logra cubrir absolutamente todas las dudas que puede llegar a tener el lector a medida que avanza la historia. Los personajes pasan por un desarrollo personal bastante amplio, lo cual es maravilloso en casos como este, donde los personajes son tan completos que verlos desarrollarse a medida que nos metemos en el caso es algo muy satisfactorio. En mi caso me pasa muchísimo con Robin, la asistente de Cormoran, que pasa de estar medio en el limbo a comprender muchísimas cosas tanto personales como exteriores. Me encanta la forma en la que Jo desarrolla a sus personajes femeninos, la valentía con la que las asocia aun en los peores momentos.
Una de mis cosas favoritas de este libro es que, sea cual sea la conclusión que saques antes de terminar el libro, va a ser errónea. y a medida que van pasando los capítulos, más complicado es soltarlo, porque la cosa se pone turbia y ¿Quien necesita dormir cuando hay un asesinato que resolver? Not me.
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Inquilinas_Netherfield
 01 March 2018
Me estoy jugando alguna amistad con esta reseña (no miro a nadie xD), pero el verano pasado os mostré mi entusiasmo por El canto del cuco, la primera parte de la (de momento) trilogía protagonizada por Cormoran Strike y su ayudante Robin, y aquí vengo con el segundo tomo de la serie. Me encantan estos libros, os mentiría si os dijese lo contrario. Me lo paso pipa y Cormoran me parece lo más de lo más (lo replus). Así que aunque me dispongo a contaros qué me ha parecido la novela, que no os quepa ninguna duda de que me ha gustado mucho, y eso que iba con reparos porque el segundo no le ha gustado a mucha gente que sí le gustó el primero (y de hecho dicen que es el más flojo de los tres). Pero nada, lo que os digo, yo a lo mío: me ha gustado.

Han pasado unos meses desde los acontecimientos que tuvieron lugar en El canto del cuco. Strike se ha convertido en el detective privado de moda, le caen casos y trabajos como churros, la gente de dinero se pelea por contratar sus servicios... y vamos, que lo que en el primer libro eran todo penurias económicas, en este, por ese lado, se ha despejado el camino. Pero Cormoran está muy harto de los ricos maleducados estos, así que cuando una mujer sin un penique le pide que encuentre a su marido, Owen Quine, un escritor con ínfulas de genio que lleva desaparecido días, acepta el caso aun a sabiendas de que seguramente no cobrará por él.

Pero algo que parecía muy sencillo (encontrar a un hombre que supuestamente se ha ido de picospardos con alguna amante), se convierte en algo mucho más turbio, grotesco y truculento... tan turbio, grotesco y truculento como el último manuscrito que quería publicar Owen Quine, Bombyx Mori (el gusano de seda que da título al libro, pero en latín), y alrededor del que parece girar todo el misterio de su desaparición, porque no solo crea un nuevo subgénero literario, el brutalismo mágico, sino que en él no deja títere con cabeza entre su familia, sus amistades, sus amantes y los personajes del mundo editorial en el que se mueve. Y ese manuscrito lo han leído muchas personas, así que, por decirlo de algún modo, hay muchos, muchos sospechosos que odian a muerte a Quine.

Ya lo dije en El canto del cuco, esta serie protagonizada por Strike contiene historias donde no hay que esperar acción trepidante porque no la hay. Bebe mucho de los clásicos policíacos, del sin prisa pero sin pausa, del investigar para averiguar, de los interrogatorios, de las visitas a sospechosos, de las vigilancias a pie de calle... y todo a su debido tiempo sin trucos ni piruetas mortales; sigue sus premisas y en su ritmo se asemeja mucho más a esos clásicos que menciono que a los thrillers o novelas negras actuales. Son novelas policíacas en las que el caso avanza sin estridencias pero sin grietas, y dando mucha, muchísima importancia, a los personajes. Y es que, como ya pasaba en el primero, el terreno personal de los dos protagonistas es casi igual de importante que la trama, y ambas cosas se entrelazan a lo largo de toda la narración.

En el caso de Cormoran cobra importancia, o se le da una relevancia que en el primer libro quedaba más soslayada, a su incapacidad. Esa media pierna que perdió en Afganistán le da muchos problemas, y esa prótesis que utiliza aguantaría el ritmo de una persona normal, pero no el de alguien como él que se tira todo el día en la calle y que tiene una envergadura considerable. Cuando la ciudad se ve cubierta por varios centimetros de nieve, cuando hay que utilizar un coche con marchas, o simplemente un mal paso o un mal movimiento de la rodilla a la que va unida la prótesis, se convierte en un problema grave. En esta segunda novela se ahonda más en el día a día de una persona con estas limitaciones, y en lo mucho que le cuesta a Cormoran reconocerlas o admitir el dolor casi perpetuo que siente en la pierna.

Más allá de eso, el Cormoran Strike que conocimos en la primera novela sigue aquí en todo su esplendor. Su persistencia, la capacidad organizativa adquirida en el ejército, su intuición, su temeridad, su inteligencia... Es muy grande en todos lo sentidos. Soy muy fan de este personaje. Ni yo misma sé por qué, pero estas cosas no tienen por qué tener una razón de ser. Me encanta, y ya está.

Con Robin sí que he tenido mis más y mis menos... el grito de "¡Todas somos Robin!" de mi reseña de El canto del cuco se ha quedado un poco chafadillo (de verdad, luego me releo pasado el tiempo y se me va mucho la pinza... jajaja). A ver, la Robin inteligente e intuitiva que quiere ser a toda costa detective privado, que quiere que Cormoran le dé más responsabilidades, que quiere dedicar su vida a esto, que rechaza trabajos mucho mejor pagados por cumplir su sueño, que quiere que reconozcan su talento... esa Robin peleona sigue estando ahí. Pero luego hay una Robin que no me gusta nada, la Robin que se va a su casa y aguanta al tipejo ese llamado Matthew, del que no puedo dar más explicaciones salvo decir que lo mandaría de una patada en el culo a China. No digo que quiera que surja algo con Strike (¡no lo digo!, ¡no lo digo!, ¡no estoy cruzando los dedos debajo de la mesa!, ¿vale? xDDD), pero estoy esperando a ver cuándo se da cuenta de ciertas cosas y pone pies en polvorosa. Muy en polvorosa. Porque Robin es muy lista para algunas cosas pero muy tonta para otras.

En cuanto al mundo en el que se desenvuelve la trama, si ya en el primer libro no era nada soslayada la crítica a los nuevos ricos y sus pies de barro, en este es el mundillo editorial el que recibe unos cuantos zascas, tanto por el modo en que las editoriales tratan de aprovechar cualquier suceso siniestro con tal de hacer caja, como por la rivalidad entre autores a cuentas de su talento y éxito (o la carencia de una o ambas cosas), como por los escritores en sí mismos y lo que están dispuestos a hacer con tal de ver su nombre en la prensa. En esta historia hay mucho ego suelto, los escritores protagonistas se creen la repanocha, y no me cabe duda de que la Rowling Galbraith ha volcado mucho de lo visto y vivido en todos estos años. Toda la novela gira alrededor del mundo editorial, y por un lado o por el otro caen perlas sobre el tema. Se llega a decir que hoy por hoy hay más escritores que lectores, que hay obsesión por publicar, que todo el mundo se cree con talento para escribir un libro... También da una visión bastante negativa de los autores que están en la cima del éxito (o lo han estado alguna vez y han caído en el olvido). Mucho se podría debatir sobre esto.

Ya sabéis que siempre evito contar ni una palabra de más sobre el caso en sí y lo que se va averiguando, así que lo dejo aquí. A mí me ha parecido muy bien narrada, bien hilada y bien resuelta (bueno, hay una cosa hacia el final en plan "no te flipes tanto, J.K." que tampoco tiene mayor importancia pero que mi lado tiquis no puede dejar de mencionar). Iba con pies de plomo pero me ha gustado, y del tercero hablan muy bien, así que ¡alegría! A seguir disfrutando de Cormoran. Y para quien le interese, la BBC emitió las adaptaciones de los dos primeros libros antes de Navidad, y la del tercero se está emitiendo esta misma semana.
Enlace: http://inquilinasnetherfield..
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erasibanez
 22 February 2018
Arañando las tres estrellas.En el primer libro de esta saga policial ya descubrimos que el estilo de Rowling a la hora de escribir ficción adulta es bastante pesado, lento y meticuloso. Desgraciadamente ese estilo funcionó bien con Una vacante imprevista pero no son ingredientes bien recibidos en el género policial donde generalmente se espera más la acción, el misterio y los giros inesperados. Aún así, la primer entrega fue entretenida, resultaba llamativo que Rowling escribiera policiales y por eso le di la oportunidad. Este segundo tomo fue más de lo mismo. Comienza planteándonos un misterio bien jugoso y emocionante pero conforme pasan las páginas el ritmo se vuelve más y más y más lento, y la prosa más y más densa y con muchos, muchísimos datos que no aportan nada. No sé si es porque estoy acostumbrado a leer sagas policiales donde el detective protagonista cumple muy poco el rol de protagonista propiamente dicho sino que es más un instrumento del desarrollo de la trama. En cambio en esta saga, Cormoran Strike tiene mucho desarrollo, mucha relevancia, mucho background, mucho contexto, mucho drama, y no es uno de mis seres favoritos si tengo que ser sincero. Las partes de su vida personal y pasada de verdad no me importan, es aburrido, quiero ir a la parte del misterio, del caso a resolver. Robin, su compañera, sin embargo, es un poco más interesante y las partes enfocadas en ella son más interesantes.Al igual que el primero el misterio se resuelve en las últimas veinte páginas con una catarata de información donde se te detallan uno a uno los puntos que había que unir para entender el caso. Y sí, fue genial, no me lo vi venir. Es el tipo de misterios sangrientos y retorcidos que tengo el morbo de leer, pero lamentablemente, a esa altura del libro ya simplemente querés que termine. Ya no lo recibo con el mismo impacto que hubiera tenido si hubiera sido más dinámico, menos innecesariamente complejo y... menos innecesariamente largo. Porque, en serio, son más 500 páginas.Tuvo sus momentos de tensión, los diálogos están bien construídos, involuntariamente me terminé aprendiendo el mapa de londres y el funcionamientos de los transportes públicos (?) En ese sentido está bueno, te posicionás muy bien en contexto, lo cual está genial porque estoy acostumbrado a leer series ubicadas en Estados Unidos o en países nórdicos. Una serie británica está bien para variar.Además, el caso de turno te lleva a enterarte de toda la mafia y los tejes y manejes que hay detrás de la industria literaria, las editoriales, etc.En conclusión: ¿Me gustó? Sí, hasta ahí nomás. ¿Quiero ir corriendo a leer la tercera parte? de momento no.
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