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Crítica de Inquilinas_Netherfield


Inquilinas_Netherfield
01 March 2018
Me estoy jugando alguna amistad con esta reseña (no miro a nadie xD), pero el verano pasado os mostré mi entusiasmo por El canto del cuco, la primera parte de la (de momento) trilogía protagonizada por Cormoran Strike y su ayudante Robin, y aquí vengo con el segundo tomo de la serie. Me encantan estos libros, os mentiría si os dijese lo contrario. Me lo paso pipa y Cormoran me parece lo más de lo más (lo replus). Así que aunque me dispongo a contaros qué me ha parecido la novela, que no os quepa ninguna duda de que me ha gustado mucho, y eso que iba con reparos porque el segundo no le ha gustado a mucha gente que sí le gustó el primero (y de hecho dicen que es el más flojo de los tres). Pero nada, lo que os digo, yo a lo mío: me ha gustado.

Han pasado unos meses desde los acontecimientos que tuvieron lugar en El canto del cuco. Strike se ha convertido en el detective privado de moda, le caen casos y trabajos como churros, la gente de dinero se pelea por contratar sus servicios... y vamos, que lo que en el primer libro eran todo penurias económicas, en este, por ese lado, se ha despejado el camino. Pero Cormoran está muy harto de los ricos maleducados estos, así que cuando una mujer sin un penique le pide que encuentre a su marido, Owen Quine, un escritor con ínfulas de genio que lleva desaparecido días, acepta el caso aun a sabiendas de que seguramente no cobrará por él.

Pero algo que parecía muy sencillo (encontrar a un hombre que supuestamente se ha ido de picospardos con alguna amante), se convierte en algo mucho más turbio, grotesco y truculento... tan turbio, grotesco y truculento como el último manuscrito que quería publicar Owen Quine, Bombyx Mori (el gusano de seda que da título al libro, pero en latín), y alrededor del que parece girar todo el misterio de su desaparición, porque no solo crea un nuevo subgénero literario, el brutalismo mágico, sino que en él no deja títere con cabeza entre su familia, sus amistades, sus amantes y los personajes del mundo editorial en el que se mueve. Y ese manuscrito lo han leído muchas personas, así que, por decirlo de algún modo, hay muchos, muchos sospechosos que odian a muerte a Quine.

Ya lo dije en El canto del cuco, esta serie protagonizada por Strike contiene historias donde no hay que esperar acción trepidante porque no la hay. Bebe mucho de los clásicos policíacos, del sin prisa pero sin pausa, del investigar para averiguar, de los interrogatorios, de las visitas a sospechosos, de las vigilancias a pie de calle... y todo a su debido tiempo sin trucos ni piruetas mortales; sigue sus premisas y en su ritmo se asemeja mucho más a esos clásicos que menciono que a los thrillers o novelas negras actuales. Son novelas policíacas en las que el caso avanza sin estridencias pero sin grietas, y dando mucha, muchísima importancia, a los personajes. Y es que, como ya pasaba en el primero, el terreno personal de los dos protagonistas es casi igual de importante que la trama, y ambas cosas se entrelazan a lo largo de toda la narración.

En el caso de Cormoran cobra importancia, o se le da una relevancia que en el primer libro quedaba más soslayada, a su incapacidad. Esa media pierna que perdió en Afganistán le da muchos problemas, y esa prótesis que utiliza aguantaría el ritmo de una persona normal, pero no el de alguien como él que se tira todo el día en la calle y que tiene una envergadura considerable. Cuando la ciudad se ve cubierta por varios centimetros de nieve, cuando hay que utilizar un coche con marchas, o simplemente un mal paso o un mal movimiento de la rodilla a la que va unida la prótesis, se convierte en un problema grave. En esta segunda novela se ahonda más en el día a día de una persona con estas limitaciones, y en lo mucho que le cuesta a Cormoran reconocerlas o admitir el dolor casi perpetuo que siente en la pierna.

Más allá de eso, el Cormoran Strike que conocimos en la primera novela sigue aquí en todo su esplendor. Su persistencia, la capacidad organizativa adquirida en el ejército, su intuición, su temeridad, su inteligencia... Es muy grande en todos lo sentidos. Soy muy fan de este personaje. Ni yo misma sé por qué, pero estas cosas no tienen por qué tener una razón de ser. Me encanta, y ya está.

Con Robin sí que he tenido mis más y mis menos... el grito de "¡Todas somos Robin!" de mi reseña de El canto del cuco se ha quedado un poco chafadillo (de verdad, luego me releo pasado el tiempo y se me va mucho la pinza... jajaja). A ver, la Robin inteligente e intuitiva que quiere ser a toda costa detective privado, que quiere que Cormoran le dé más responsabilidades, que quiere dedicar su vida a esto, que rechaza trabajos mucho mejor pagados por cumplir su sueño, que quiere que reconozcan su talento... esa Robin peleona sigue estando ahí. Pero luego hay una Robin que no me gusta nada, la Robin que se va a su casa y aguanta al tipejo ese llamado Matthew, del que no puedo dar más explicaciones salvo decir que lo mandaría de una patada en el culo a China. No digo que quiera que surja algo con Strike (¡no lo digo!, ¡no lo digo!, ¡no estoy cruzando los dedos debajo de la mesa!, ¿vale? xDDD), pero estoy esperando a ver cuándo se da cuenta de ciertas cosas y pone pies en polvorosa. Muy en polvorosa. Porque Robin es muy lista para algunas cosas pero muy tonta para otras.

En cuanto al mundo en el que se desenvuelve la trama, si ya en el primer libro no era nada soslayada la crítica a los nuevos ricos y sus pies de barro, en este es el mundillo editorial el que recibe unos cuantos zascas, tanto por el modo en que las editoriales tratan de aprovechar cualquier suceso siniestro con tal de hacer caja, como por la rivalidad entre autores a cuentas de su talento y éxito (o la carencia de una o ambas cosas), como por los escritores en sí mismos y lo que están dispuestos a hacer con tal de ver su nombre en la prensa. En esta historia hay mucho ego suelto, los escritores protagonistas se creen la repanocha, y no me cabe duda de que la Rowling Galbraith ha volcado mucho de lo visto y vivido en todos estos años. Toda la novela gira alrededor del mundo editorial, y por un lado o por el otro caen perlas sobre el tema. Se llega a decir que hoy por hoy hay más escritores que lectores, que hay obsesión por publicar, que todo el mundo se cree con talento para escribir un libro... También da una visión bastante negativa de los autores que están en la cima del éxito (o lo han estado alguna vez y han caído en el olvido). Mucho se podría debatir sobre esto.

Ya sabéis que siempre evito contar ni una palabra de más sobre el caso en sí y lo que se va averiguando, así que lo dejo aquí. A mí me ha parecido muy bien narrada, bien hilada y bien resuelta (bueno, hay una cosa hacia el final en plan "no te flipes tanto, J.K." que tampoco tiene mayor importancia pero que mi lado tiquis no puede dejar de mencionar). Iba con pies de plomo pero me ha gustado, y del tercero hablan muy bien, así que ¡alegría! A seguir disfrutando de Cormoran. Y para quien le interese, la BBC emitió las adaptaciones de los dos primeros libros antes de Navidad, y la del tercero se está emitiendo esta misma semana.
Enlace: http://inquilinasnetherfield..
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