No hay mucho secreto. El cuento no es más que un diálogo que tiene el único personaje con su reflejo. La verdadera dificultad radica en la técnica y el trabalenguas que representa los movimientos inversos de su yo frente al espejo, pues la izquierda es su derecha y viceversa. Un hombre que tras dormir a pierna suelta, se entrega a la trivialidad de un afeitado manteniendo una conversación interior más sosegada, casi mundana, como un descanso con uno mismo. El relato me ha parecido original, con buen sentido del humor y un dominio del lenguaje que no le vamos a descubrir ahora al autor, y que, siendo uno de sus primeros textos literararios, ya anunciaba la magnífica amplitud de las obras que vinieron después. Renunciando a mi verborrea habitual y practicando una impostada brevedad se me ocurre decir que si no has leído a Gabo, no conoces la locura escrita en todo su esplendor. Y es que, mi mamá decía que genio, es el que dice genierias...o algo así. Lo podéis encontrar en su colección de relatos "Ojos de perro azul" + Leer más |