¿Quién mató a Alex?

Eran los ojos más bonitos y cautivadores que había visto. Podría mirarlos todo el día y no me cansaría. Incluso estaría dispuesta a quedarme despierta durante horas solo para admirar ese brillo encantador.

-Dejó de limpiar la herida y sus ojos se centraron en mí-. Nadie podría odiar a una chica como tú. Sonreí.

Hannah, recuerda que a veces mentimos para proteger.

Los recuerdos no mueren ni se ocultan para siempre.

"¿Por qué no debería confiar en ellos? Últimamente ya no podía confiar en nadie, ni siquiera en mí misma. Todo esto era surrealista: un día todo parecía normal y, al día siguiente, todos parecían estar relacionados con un asesinato."

"Es increíble cómo alguien puede decir «lo siento» y creer que lo perdonarán sin más. Las cosas no funcionan así. El daño ya está hecho y las secuelas quedarán ahí para siempre".

Recuerdo que no lloró aquel día, ni el siguiente, ni el otro, ni una semana después. Nunca lloró delante de mí.
Con el tiempo comprendí por qué lo hizo. No quería mostrarse débil y vulnerable ante los demás. Quería ser fuerte delante de su hija, una niña que todavía no sabía nada de las leyes de la vida.