¿Quién mató a Alex?

Necesitaba a un padre que me dijera que los kilos de más no importaban y que las mujeres estábamos hermosas sin maquillaje. Deseaba haber escuchado que me quería, que haría cualquier cosa por mí y que mataría al chico que me hiciera daño o que me entristeciera.

¿Por qué no debería confiar en ellos? Últimamente ya no podía confiar en nadie, ni siquiera en mí misma. Todo esto era surrealista: un día todo parecía normal y, al día siguiente, todos parecían estar relacionados con un asesinato.

He aprendido a dejar ir a las personas que amo.

Eran los ojos más bonitos y cautivadores que había visto. Podría mirarlos todo el día y no me cansaría. Incluso estaría dispuesta a quedarme despierta durante horas solo para admirar ese brillo encantador.

-Dejó de limpiar la herida y sus ojos se centraron en mí-. Nadie podría odiar a una chica como tú. Sonreí.

Hannah, recuerda que a veces mentimos para proteger.

Los recuerdos no mueren ni se ocultan para siempre.

Este libro te hace dar de vueltas pero sin duda alguna te deja con el suspenso en cada capítulo, más el hacer que el que creías muerto este vivo,pues es una novela en la que te envuelves y no quieres salir

-Lo harás en su debido momento, Hannah. Los recuerdos no mueren ni se ocultan para siempre.

Alex cerró los ojos; tenía unas pestañas larguísimas.
Le di un beso en la mejilla y Alex hizo una mueca de desaprobación.
—En los labios —murmuró.
—Es mi venganza por ser tan idiota, Alex.
—Desde ahora seré tu idiota —me corrigió.