Fue un martes

Esta novela, dentro de lo normalita que es, me estaba gustando bastante porque los personajes me parecían súper tiernos y la forma en que pasan de amigos a pareja también es muy tranquila... pero hacia el final la autora se tiró un drama absolutamente innecesario para darle un punto lacrimógeno que me disgustó mucho. Así que por eso se queda con 3 estrellas en vez de más.

Esta novela forma parte de la serie "One week" en la que la autora va eligiendo un día de la semana y una canción y con eso crea un romance.

Esta es la historia de Grayson (el quarterback número uno de la liga universitaria) y Charlotte (una rata de biblioteca). Típica historia universitaria en la que ella es la tutora de él, los dos están buenísimos y sienten atracción pero ella se resiste porque (obviamente) es virgen y él un pichabrava de renombre.

Hay un montón de clichés pero están bien escritos y son entretenidos y bonitos.

Para mí el problema ha sido la resolución del conflicto, que ha tenido un punto de drama excesivo que ha sido completamente innecesario y por otra parte no se castiga a quien debe, se va de rositas. No me ha gustado nada.

Aún así estaré pendiente de las próximas traducciones de esta serie al español porque me gusta bastante la autora y quiero saber cómo va a seguir el resto de historias.

Universidad, fútbol americano y Grayson Connors, ¿qué más se puede pedir?
Una novela sencilla y cortita perfecta para desconectar. Quizás demasiado corta, porque me ha faltado algo más de historia para disfrutarlo un poquito más... sobre todo al final.

En “Fue un martes” nos encontramos con la historia de amor de Charlotte y Grayson. En resumidas cuentas y sin spoilers, narrado a dos tiempos y a dos voces, vamos a ver cómo se conocieron hace siete años, cómo evolucionó su relación, cómo ésta se rompió y cómo se reencontrarán después de todo este tiempo.

Tengo sentimientos encontrados con este libro, ahora os cuento por qué.

Para empezar, los personajes me han gustado bastante aunque, al ser un libro tan corto, no he podido conocerlos a la perfección. Tenemos a Grayson, un jugador de fútbol americano excelente en la universidad que es fichado para un equipo de la NFL cuando acaba la carrera gracias a su gran talento. Es un mujeriego egocéntrico con un puntito tierno, especialmente cuando está con Charlotte. Y luego la tenemos a ella, a Charlotte. Una chica muy inteligente, de matrícula de honor, cursando dos carreras y aún planteándose en si tirar por el camino del arte o por el de la abogacía. Es un poco insegura en general, pero se ve que coge algo más de confianza a lo largo del libro, en especial ya de mayor.

En cuanto a la trama debo decir que es muy buena, pero que, para mi gusto, es un lío. ¿Por qué digo eso? Porque se intercala el pasado con el presente, el punto de vista de Charlotte y luego el de Grayson… Y lía un poco, porque la autora no ha hecho mitad y mitad, sino que ha puesto tres capítulos de actualidad, cuatro del pasado, uno de actualidad, dos más por aquí de pasado… Sinceramente me ha vuelto un poco loca. Otro pero que le encuentro es que el libro es super corto y no me ha permitido empatizar con ninguno de los personajes. Aún así, la idea de la trama en sí encuentro que es una maravilla. Me parece que tiene una historia super tierna que merece mucho la pena conocer.

Y la pluma de Whitney G… ¿Qué os voy a decir? Si yo adoro a esta mujer. Tiene una forma de escribir que consigue que me lea absolutamente todo lo que lee. Es sencilla, cercana y adictiva, perfecta para una novela romántica.

En resumen, es un libro muy ameno y adictivo que nos cuenta una historia preciosa sobre dos personas que se reencuentran tras mucho tiempo buscándose.

No sé cómo lo hace la autora, pero cada libro suyo pese a ser, algunos más que otros, predecibles me enganchan y me los bebo en un abrir y cerrar de ojos.

Sus personajes masculinos siempre son fuertes, dominantes y suelen tener las ideas bastante claras y Grayson no iba a ser menos.

Sus chicas no tienen nada de débiles ni son ni mucho menos damiselas en apuros. Y suelen tener mucho carácter. Como nuestra Charlotte.

Ambos por separado son adictivos, juntos la bomba. Diálogos chispeantes, con toques de humor geniales, con el erotismo necesario sin caer en chabacano y todo hilado con una narración que te atrapa desde el primer renglón.

La pena es que sea tan corto. Me he quedado con ganas de más.