Nunca se sabe de dónde viene, como avanza, la velocidad del malestar
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Nunca se sabe de dónde viene, como avanza, la velocidad del malestar
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Las cosas más difíciles de contar son las que nosotros mismos no llegamos a comprender.
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Esperas, te cansas, vuelves a esperar. Algo pasará y entretanto te vuelves cada vez más intolerante, acaso peligrosa
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Yo todavía no lo sabía, pero también experimentaría que la vejez es un animal horrendo y feroz
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Un hijo es un torbellino de aflicciones
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Un golpe inesperado es solo estupefacción y sufrimiento
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Bombas de palabras, hechas solo de sílabas
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No había espacio entre ellos y yo, pero la regla dice que, para narrar, antes de nada hay que coger un metro, un calendario y calcular cuánto tiempo ha pasado, cuánto espacio se ha interpuesto entre nosotros y los hechos.
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Pensaba en la belleza como en un esfuerzo constante de eliminación de la corporalidad. Quería que amase mi cuerpo, pero olvidándose de lo que se sabe de los cuerpos
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La infancia es una fábrica de mentiras que perduran imperfectamente.
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¿Cuál es el órgano que trasplantan a Cora?