Yo te cuidaré

Antes de nada, aclarar que, aunque no soy una lectora fiel de los thrillers, todos los leídos hasta ahora me han gustado (y este no ha sido menos).

El primer capítulo de la novela me dejó algo descolocada (no sé muy bien el porqué) y temí que me fuera a llevar un chasco con el libro, pero poco a poco, la novela empezó a coger fuerza. La trama principal empezó a hacerse muy interesante (un padre con problemas tanto físico como mentales a consecuencia de los primeros, una familia que se va resquebrajando, un personaje que no conocemos y que no nos da buena espina, etc) y los personajes me empezaron a gustar cada vez más.

Algo que me gusta y a la vez no, son los capítulos, los cuales se dividen en los días en los que transcurre la historia. Esto es un punto que personalmente no me gusta porque soy de las que las gusta parar de leer al final de un capítulo, y aquí es imposible. Quizás ese punto puede hacer algo pesado al libro para gente que lee igual que yo.
Pero este formato, de cierta forma me gusta, pues cada día está dividido en horas. La historia es contada, casi, minuto a minuto, y además, va alternando los personajes; lo que hace que quieras seguir leyendo hasta llegar al personaje que más te intriga.

Creo que la historia tiene bastante «acción» (lo que podemos considerar acción dentro de un thriller), aunque no siempre mantenga el ritmo esperado.

Los personajes, como ya he dicho, me han gustado bastante. Unos más, otros menos, pero todos tienen algo que te hace querer conocerlos un poco. Sin duda me quedo con toda la familia Almazán que, no solo tiene que hacer frente a los problemas acontecidos en esta historia, sino que tienen que enfrentarse a miedos, a traumas, a decisiones.

Si bien el final no me dejó tan asombrada como esperaba, pues quizás me llegué a oler un poco todo lo que había detrás finalmente, no es un mal final y te deja con un buen sabor de boca.

Lo primero de todo agradecer a Edición Anticipada la posibilidad de leer este libro.

Yo te cuidaré está calificado como thriller psicológico. Nos dará otra visión de la ceguera. Como ya he dicho en otras ocasiones, me encantan los thriller y además si al terminarlos, te hacen reflexionar, mejor que mejor. Más de una vez he pensado en este tema, como se debe sentir una persona ciega en su día a día, las dificultades a las que hace frente. Con la novela, me he podido poner en la piel del personaje, me ha dado miedo, pánico, angustia… y me he dado cuenta, que cuando estás en peligro, el cuerpo, pone en marcha los mecanismos de defensa, en este caso de supervivencia, y saca las fuerzas de donde no las hay.

El personaje principal es Javier Almazán. Hace más de un año que Javier tuvo un accidente, cayó por una alcantarilla. Él es ciego y a raíz de este accidente sus miedos crecen y esto, comienza a afectarle en todos los aspectos de su vida, incluso en sus relaciones familiares. Su esposa Ariadna, empieza a cansarse de la actitud de su marido. Conforme avanzamos en la lectura, vamos viendo como tiene que hacer frente a todos estos miedos, con sus limitaciones, para ayudar a Nerea, mientras que todo a su alrededor es una locura. Nerea, la hija adolescente de Javier. Una noche al llegar a casa, discute con su padre, y la joven decide coger todo lo necesario y marcharse. Diego, compañero de trabajo de Javier, le confiesa que su hija corre grave peligro, ya que sufre un embarazo extrauterino y necesita urgentemente intervención médica. Olga Vera, es el personaje oscuro, es un a mujer que tiene una obsesión con Javier y no le va a poner las cosas fáciles.

Creo que esta muy bien ambientado, la forma de escribir de la autora, hace que te metas en situación e incluso llegando a sentir lo que podrían sentir los personajes. Es un libro reflexivo, una vez que lo terminas no lo has terminado del todo, ya que continuas con tus reflexiones personales.

En resumen, nos pondremos en la piel de un padre desesperado por encontrar a su hija, pero además con una dificultad añadida, su ceguera. Javier sacará fuerzas de donde sea, apartando sus miedos y continuando, porque la vida de su hija depende de él. Veremos la evolución de este personaje. Una historia emocionante y adictiva, que aporta algo más que una simple lectura.
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Este libro me sorprendió por su inicio. Las dos primeras páginas son capaces de meterte en la historia de cabeza y no plantearte el querer salir de allí. Te mete de cabeza hacia lo que sufre Javier Almazán. Y es algo maravilloso, porque te hace sentir que estás allí, de cuerpo presente, observándolo todo desde la privilegiada posición del lector.

Javier es un personaje que me encanta, me ha transmitido muchísimo. Y la verdad es que sus vivencias como persona ciega te hacen reflexionar bastante. Y si a ello le añadimos que está buscando a su hija... Lo hace aún más exaltable. Sin embargo... Olga es el problema en este libro. Me parece un personaje exasperante. Está completamente obsesionada, de esa manera que hasta da miedo. Ella es una enfermera, y antagonista de la obra... Pero para mi gusto, le faltaba algo. Es algo que no puedo describir, pues no sabría decir que es. Pero no me acabó de convencer.

La historia en sí, es sumamente maravillosa. La manera en la que transcurren todos los hechos, la manera en la que Javier se enfrenta a todos los problemas que le surgen a causa de su incapacidad... Lo recomiendo mucho, la verdad. Y hasta casi lo podría incluir en uno de mis libros favoritos... Si no fuera porque Olga estropea, bajo mi punto de vista, algunas partes de la historia.

También he de añadir, que el estilo de narración de la historia es sublime. Quiero decir, leyendo sobre la autora para esta reseña, me di cuenta de que ella es ciega también. de cierto modo, Javier es como su espejo masculino en una obra de su autoría. Cosa que lo hace aún más estupendo todo. He conocido a personas ciegas, una de ellas compartió clase conmigo cuando iba a segundo de bachiller hará dos años. Y ella no tenía problemas para escribir en el ordenador. Así que supongo que Marta Estrada tampoco. Pero aún así, me parece muy sorprendente su pulidez a la hora de escribir. Descubrí también otros libros sobre ella, que no dudaré en buscar más adelante.

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Esta historia parece recurrente y repetida…

Un “ ensayo sobre la ceguera” abordado en un diferente esquema …

En realidad es una historia recurrente y repetida, y sin embargo, muy personal, o individual, aunque demasiado general.

No n me he vuelto loco. Es solo que el tema es perenne, constante, iterativo, cíclico. Es la necesidad de ser cuidador y el absoluto requerimiento de ser cuidado. Ya adelante que me recordaba a Misery, de Stephen King. Esa es la razón. El forzar las necesidades de cuidado. El obviar la obligación de ser cuidador.

Por la edad, por necesidades diferentes, Marta Estrada padeció una enfermedad que le llevó a perder la vista. Su protagonista sufre una condición similar, su familia se muestra renuente a otorgar tiempo y atención, el a aceptarla. A raíz de ello, sufre un accidente . Que le trastorna. Y, aunque sigue siendo productivo, refleja la incómoda situación de una persona diferente en un mundo incapaz de entender la necesidad de personas con capacidades diferentes.

Peor aún, el pasado regresa en forma de una acosadora que cree ser la única capaz de ayudarlo y merecer su afecto.
En este viraje de incapacidades múltiples, desvela múltiples incapacidades que no se reconocen a simple vista. La peor, la de comprensión….humanidad, creo que se llama.

Y convierte esta suerte de espejo de feria en un Thriller atrapante y atrapado en una linea temporal que entrecruza las múltiples actitudes de los protagonistas que convergen en la más necesitada de atención inmediata, Nerea , hija de Javier, el protagonista, que recibe la atención en forma de agresiones de toda naturaleza, incluyendo las de la naturaleza.

El manejo de la línea temporal vuelve más activamente adictivo el suspenso. Cada hora, cada minuto de los dos días recorridos a trompicones , dando palos de ciego, a pesar de que la historia está ahí, presente, palpable,pero inasible.

Todos los personajes participan, todos aportan sus incapacidades, limitaciones, capacidades. Fuerza y hasta su ausencia.

Yo te cuidaré, Marta Estrada
Buenos y tormentosos días.

¡Por fin, un poco de lluvia! da gusto verla caer contra los cristales después de este verano tan seco y cálido.

Hoy os traigo una novela auto editada de Marta Estrada, la he leído en la plataforma Edición Anticipada, y al menos en mi lector no me aparece cuántas páginas tiene, aparte de esta falta de datos si os digo que la novela merece la pena si queréis pasar unos días de angustia y ansiedad (de la buena) por las penalidades por las que atraviesan los protagonistas de nuestra historia.

Estos protagonistas de los que os hablo son: Javier Almazán, un enfermero al que una dolencia deja ciego, algo a lo que ya ha conseguido adaptarse hasta que al principio del libro sufre un aparatoso accidente del que saldrá con serias secuelas. Ariadna, esposa de Javier, que ha dejado a su familia durante unos días para tomarse un respiro y aclarar sus sentimientos con respecto a su marido, ya que el matrimonio no está pasando por su mejor momento. Nerea, es la hija de 18 años de Ariadna y Javier, está pasando por ese momento de rebeldía por el que pasamos todos, y en el caso de Nerea, la forma de demostrarlo ha sido ir contra su padre, haciéndole toda clase de "trastadas" (no vamos a usar otra palabra mucho mas fuerte y mucho mas adecuada) como cambiarle cosas de sitio, esconderle el móvil o quitarle el sonido para que no pueda localizarlo. El hecho de que Ariadna no crea a su marido cuando le cuenta estas cosas, tampoco ayuda al momento de crisis de la pareja.

A los anteriores se les unen Guillén, el novio de Nerea, Griselda, una señora enferma y totalmente dependiente de su hija, y el padre de Ariadna, un señor de más de 80 años que no ve con buenos ojos la situación familiar, pero como muchos de nuestros mayores se niega a intervenir en los problemas de su hija y se limita a observar en silencio.

Tengo que hacer dos menciones especiales en cuanto a personajes se refiere, la primera es Dago, el perro guía de Javier, que es un personaje más, todo dulzura y un apoyo inmenso para Javier en muchos momentos difíciles. La segunda mención es Olga Vera, una antigua compañera de trabajo de Javier, del que siempre ha estado ¿enamorada? ¿obsesionada?... ya lo descubriréis.

La historia está dividida en 6 días, los cuales, a su vez están divididos en horas, esto tiene dos consecuencias, una: angustia un poco ya que parece que la historia no avanza, o avanza muy lentamente. Dos: aumenta la ansiedad sobre que pasará después, cosa muy recomendable en este tipo de novelas. A mi personalmente me ha sacado un poco de quicio, tengo que reconocerlo. La lectura es ágil, se desarrolla de forma fluida y no decae en ningún momento.

Como guiño especial, en la historia se menciona un par de veces a Stephen King, mención merecida ya que la historia está influenciada por Misery. Pero no quiero ir más allá en este punto para no descubrir nada que pueda estropear la trama de la novela.

En resumen, una historia con suspense, que crea ansiedad y angustia y desesperación (como dice la canción) y con un ligero aroma a Stephen King, que ahonda en los miedos e inseguridades mas profundos, que todos guardamos en nuestro interior. Muy recomendable.

YO TE CUIDARÉ. OCHO.
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Aunque ha transcurrido un año, la existencia de Javier Almazán sigue sometida al miedo que un angustioso accidente provocado por su ceguera le dejó como herencia. Incapaz de superarlo, ve como la estabilidad familiar peligra de forma alarmante, empantanada en una vorágine de incomprensiones, tensiones y desencuentros que no consigue detener. La emergencia clínica que de pronto amenaza la vida de Nerea, su hija adolescente, lo obligará a enfrentar la fobia que arrasa su integridad y sus principios. Javier tendrá que lanzarse fuera de casa en busca de la muchacha cuyo paradero desconoce, con la ayuda de su fiel perro guía.
Pero no solo el miedo acecha en cada esquina.
El pasado de Javier se vuelve presente en la persona de Olga Vera, una enfermera que jamás perdonó lo que para ella fue el peor de los agravios. Obsesionada por un deseo paranoico de posesión, perseguirá a Javier hasta conseguir su propósito más anhelado: hacerlo suyo.
Una historia trepidante que conducirá a los personajes a lo largo de un escabroso camino de miedo, oscuridad y perversión. Una trama de realidades entrelazadas que acaban convergiendo en el estallido final.
Solo las horas de margen que la locura concede, decidirán de qué lado se inclinará la victoria. Quizá del de la fuerza de voluntad y el amor quizá del de la más absoluta depravación mental. El lector podrá acompañar a los personajes durante poco más de un día plagado de sobresaltos y situaciones inesperadas que le mantendrán pendiente de cada minuto.

Lo que me impulsó a leer esta novela está relacionado no sólo con su contenido, sino también con su autora. Recientemente he leído otra historia protagonizada por una muchacha ciega de nacimiento, a diferencia del caso que nos ocupa en el que el protagonista ha perdido la vista en su edad adulta. Este detalle me genera mucha curiosidad en cuanto a la percepción del mundo por parte de estas personas y a posibles diferencias en la misma. Además, tanto “Yo te cuidaré” como la novela que leí y reseñé anteriormente (Sangre Vikinga de Cristina Valero), han sido creadas por escritoras con deficiencia visual, por lo que me apetecía conocer los distintos enfoques dados en cuanto a la experiencia personal de dos personajes con este punto en común. Evidentemente comprendo que cada historia posee unos matices determinados y que no tienen por qué ser representativas, pero me pareció interesante poder analizarlas por separado.

Todo ocurre en apenas 2 días, la historia está narrada en tercera persona y se organiza por la hora del día, repartida en pequeños bloques dependiendo de los distintos escenarios y protagonistas, los cuáles se van haciendo más cortos a medida que se acerca el final, imprimiendo un sentimiento de peligro y urgencia. Podemos encontrar muchos diálogos, así como reflexiones de cada uno de los personajes. El motor principal lo aporta Javier, que se encuentra sumido en una depresión debido al miedo que sufre a raíz de un accidente en parte producido por su deficiencia visual. Su situación afecta a todo lo que le rodea en un efecto espiral y algo más que no se revela hasta el final de la trama y que parece insinuar que las casualidades no existen.

“Yo te cuidaré” es un thriller psicológico que te mantiene en tensión hasta que termina, de forma literal. Personalmente me ha resultado un poco complicado engancharme a la lectura, quizás porque me encuentro en un momento que no me apetecía sumergirme en el drama y la agonía que además quedaba intensificada por la ansiedad que transmitía la vivencia concreta del protagonista. Lo he pasado mal viendo cómo Javier sufría y me temo que no he disfrutado en demasía. Este clima de nerviosismo e incertidumbre queda perfectamente plasmado por la pluma de la autora, que no escatima en ricos recursos literarios a la hora de mostrarlo.

“Abrigaba la vaga esperanza de abrirse camino a través de la densa masa de vapores de su cerebro”

Sin embargo, por otra parte, me alegro de haber tenido la oportunidad de leerla y aprecio las descripciones elaboradas que hace la autora, las cuáles me han ayudado a entender bastante mejor cómo es posible que se sientan muchas personas que no pueden ver y cómo de arduo e intrincado puede resultar un día cotidiano para ellos.

Además, me gustaría destacar que mis personajes favoritos han sido el perro guía, siempre fiel y entregado y el mendigo Eduardo, honesto y servicial a pesar de su condición a-social.

Para finalizar, mi impresión general con este tipo de historia ha sido que, como una película de tarde de Domingo en Antena 3, desde el minuto cero estás comiéndote las uñas hasta que conoces el desenlace.


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Voy a ser sincera, este libro lo empecé sin saber muy bien que esperar, lo encontré gracias a Edición Anticipada, es una web donde podemos recibir ejemplares gratuitos de los mejores adelantos editoriales o un acceso en streaming a la versión digital a cambio de reseñarlos, es de Penguin Random House y la verdad es que me apunté hace mucho tiempo, exactamente desde agosto de 2017, pero no sé porque lo dejé y no leí el libro que había elegido, hasta que hace poco decidí pasarme y recordé aquel libro que había elegido y prometí leérmelo al acabar la lectura que tenía entre manos. Cuando vi la portada no me llamó demasiado la atención, pero al leer la sinopsis pensé que podía ser interesante porque Javier me llamó mucho la atención.

En el libro podemos conocer a Javier Almazán, un hombre ciego que sufre un trauma por culpa de algo que nos explican en las primeras páginas. Eso hace que toda su vida se vea reducido a eso y que su traume afecte también a las personas que están a su alrededor, algo de lo que él o no se da cuenta o se da cuenta y no quiere aceptarlo y cambiar. Por eso, seguimos a este hombre y a todos los demás personajes del libro porque aunque nos centramos en Javier, también conocemos la visión de otros personajes.

La historia me llamó mucho la atención sólo con la sinopsis, es decir, me parecía interesante y que tenía mucho jugo que sacar. No sabía muy bien que esperarme, pero el tema era original porque no había leído ninguna novela donde apareciera alguien ciego. Me ha gustado bastante aunque hay cosas que me tiraban para atrás porque no me acababan de gustar, pero os lo contaré más adelante. al no leer nada con un protagonista ciego, me pareció bastante original, además creo que hay muchas cosas diferentes entre alguien que puede ver como nosotros que alguien como Javier que está ciego aunque puede notar la luz si es de un modo en especial.

Vamos a hablar del ritmo porque… tengo una relación de amor-odio con el ritmo de este libro. A veces, me ha parecido que Marta estaba contando las cosas demasiado rápidas y otras en la que no veía ningún avance y me exasperaba un poco. Por eso mismo, ha habido momentos en los que me aburría porque no entendía porque las cosas se estaban alargando sin que hubiese un porqué que le diese una razón. Pero por otro lado, ha habido cambios que me han gustado porque creo que se hacían en el momento correcto, aunque después se ha abusado de algunas escenas que ya habían pasado con anterioridad y que no hacen más que alargar la lectura de una manera algo pesada, al menos, esa es mi opinión. Para mí, había algunos “episodios” que sobraban poique noto que eran muy de relleno.

En este libro tratamos varios temas, pero uno de esos temas es el de la obsesión hacia alguien. Porque el protagonista sufre las consecuencias en sus carnes y os prometo que pone los pelos de punta, jamás pensé que alguien podía llegar a tales extremos porque alguien no era suyo… os prometo que da un poco de miedo y no me gustaría encontrármela en mi vida.

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Vamos a hablar de los personajes que tenemos, solo voy a nombrar a los que más aparecen, aunque aparecen algunos secundarios que algunos dan mucho a la novela y otros que mejor se podrían haber ahorrado el aparecer. Primero, tenemos a Javier Almazán, es nuestro protagonista, es ciego aunque nació con vista y acabó siendo invidente. Es un personaje que me provoca sentimientos encontrados porque hay momentos en que le amo y otras en que me dan ganas de zarandearle por ser tan exasperante. Javier es alguien marcado por un trauma del pasado por culpa de alguien más y de su ceguera, se vuelve un niño asustado que cree que cuanto menos se salga de su guion, mejor, pero eso no le afecta sólo a él si no también a su esposa Ariadna y a su hija Nerea y está tan obcecado en sus pensamientos que no lo ve, hasta que algo pasa y se ve obligado a cambiar, algo que hace que pegue un cambio increíble y eso me gustó mucho porque se muestra un cambio muy bueno de Javier. Ariadna… bueno, es una esposa que ama a su marido pero que no sabe cómo ayudarlo, por eso, pasa por varios estados, pero consigue elegir el camino correcto. Ariadna es un personaje con el que no he podido sentirme identificada en algunos momentos, pero consigue un cambio que consigue hacerle entender que no estaba siendo racional, es una mujer que se encuentra perdida y sólo quiere saber qué tiene que hacer en su vida. Después conocemos a Nerea, la única hija de Javier y Ariadna. Admito que a Nerea empecé odiándola porque tiene ya la mayoría de edad, pero creo que Marta la hizo demasiado niña, demasiado adolescente para la edad que tiene, sé que muchas chicas siguen siendo adolescentes cuando tienen la mayoría de edad, pero creo que lo de Nerea era demasiado y no la soportaba. Poco a poco, vamos viendo como la Nerea malcriada va dando paso a una Nerea más asustada y quizás, un poco más consciente de que no lo sabe todo y me fue ganando paso a paso. Ella es quizás la que menos cambios tiene en el libro, aunque quizás es tan lento que no nos damos cuenta, porque aunque la empecé odiando… acabé amando a Nerea. Por último, hablamos de Olga Vera… ella es la antagonista de la historia y os prometo que no puedo entenderla, está desquiciada y la odié desde el primer momento. Creo que tiene un cambio, sí, pero a peor… eso se ve desde el primer momento. Después tenemos a varios personajes secundarios que prefiero que conozcáis por vosotros mismos… porque vale la pena.

No puedo decir que no me haya gustado el estilo de escribir de la autora, su pluma me ha gustado y bastante, eso no lo puedo negar. Solo en algunas ocasiones, la lectura me parecía pesada, pero por la simple razón de que se repetía una y otra vez la misma cosa o volvíamos a saber algo que ya se nos había enseñado en el pasado. Marta tiene una manera de escribir que te atrapa y te quiere hacer leer más, os aseguro que yo empezaba a leer algunas veces por la noche y me tenía que obligar a dejar el móvil porque no podía dejar de leer y pasar las paginas para saber más. Cambiando de personaje en el momento oportuno para dejarnos con la miel en los labios y llevándonos a otro paraje distinto, pero dejándonos con más ganas de saber de ambos.

Siendo sincera, ha habido momentos en que yo ya sabía que iba a pasar, porque se veía venir y ha habido otros donde me sorprendía al momento que quizás lo hacían también en el libro. Siempre tiene que haber momentos de una novela en al que te hueles lo que va a pasar en ciertos momentos porque es que la autora lo deja entrever demasiado, es lo que me ha pasado a mí con esta. Pero me ha sorprendido gratamente porque me llamaba mucho la atención cuando la vi y ha superado con creces todo lo que esperaba, aunque cambiaria algunas escenas porque me parece totalmente tediosas e innecesarias.

Finalmente, le he dado un cuatro de cinco estrellas porque todas esas cosas pequeñas que no me han gustado, la verdad es que unidas han hecho que le quite un punto y no sea perfecto. Si te gusta el suspense y una historia interesante, puede interesarte Yo te cuidaré. Aunque debes armarte de paciencia si la pierdes fácilmente porque te aseguro que algunos momentos… la ponen a prueba.
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Yo te cuidaré es una novela corta de género negro o thriller que nos adentra en unos días angustiosos en la vida de la familia Almazán. El libro arranca un año antes explicándonos lo que le ocurre a Javier y así sabemos cómo fue la experiencia y por qué la familia se encuentra en la situación actual.

Lo más interesante de esta historia es cómo la ha construido la autora. Cada día va separado por franjas horarias y las situaciones vividas por los diferentes miembros de la familia Almazán así como otros personajes que intervienen en la historia y de los que iremos descubriendo poco a poco.

En cuanto a los personajes, algunos están más desarrollados que otros e incluso algunos son la mar de innecesarios en la historia en sí pero aportan cierto dramatismo y tensión. Javier es un terapeuta (anteriormente enfermero) que se quedó ciego por una enfermedad degenerativa y que gracias a las nuevas tecnologías ha conseguido enfrentarse de forma algo más sencilla a la vida. Sin embargo, el suceso del inicio del libro le ha dejado incapacitado psicológicamente para realizar tareas que anteriormente realizaba sin problemas. Su mujer realmente no nos aporta gran cosa, está con él, ella misma está desencantada con su marido y no parece comprender por qué no sale del trauma o no quiere tratarse y esta cansada de este tema y reflexionando sobre si aún le quiere o no. Su hija Nerea, adolescente, la que va a mover realmente toda la trama sin quererlo, se comporta como la típica niña mimada adolescente, egoísta que sólo piensa en ella sin ponerse en el lugar de su padre y el abuelo, Joaquin, ayuda a la familia como puede y te quedarás lelo al final con unas revelaciones que no aportan gran cosa pero que son casualidades de la vida.

El personaje antagónico en este caso es Olga Vera, una psicópata de manual, obsesionada con Javier desde tiempos inmemoriales y que cuida de su madre Griselda y cuya extraña relación nos irán desvelando a lo largo de los capítulos. Olga es un personaje que me gustó aunque es un tanto cliché pero está bien desarrollado y la obsesión se hace muy latente durante la narración, ella se obsesiona con todo y encuentra señales por todas partes.

La ceguera de Javier está muy bien tratada (me he informado y al parecer la autora es invidente desde los once años así que aporta muchísima realidad a las situaciones que vive el protagonista) y la verdad es que la forma en la que todo está narrado te hace ponerte en su piel todo el tiempo ya que todas sus partes están llenas de sensaciones, olores, sonidos...

El miedo, la agorafobia que vive Javier, el pánico a situaciones desconocidas que tiene debido al trauma narrado al principio del libro está descrito muy bien durante todo el libro y con las perrerías que le hará Olga nos vamos a angustiar con él con todo lo que le pasa. Toda la locura se va desatando y Olga poco a poco irá dando rienda suelta a su locura y nos angustiará a todos.

El desarrollo me gustó bastante porque juega muy bien con la angustia llevando a todos los personajes a situaciones tensas al extremo sin llegar a resultar zafia, gore o excesivamente vulgar con lo que creo que cuando la novela llega al clímax lo hace de una forma correctísima.

El final está muy bien aunque hay un cúmulo de casualidades muy telenovela de sobremesa que no me aportaron gran cosa y no me pareció que ayudasen más a la historia que se sostendría sin ellas perfectamente. 

Es un libro bien desarrollado y entretenido aunque el final tras tanta vorágine de locura te deja un poco frío. Muy entretenido si te gusta los thrilers ágiles.
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Cuando me ofrecieron la lectura de esta novela, la verdad es que no lo dudé un segundo y acepté. Sin embargo, he de decir que no me ha gustado, creo que es una novela con mucho potencial a la que le falta trabajo tanto en la creación de los personajes como en la perfilación de la trama. En cuanto a los personajes, de lo que se trata al final es de que dos de ellos comprendan al protagonista, un hombre ciego con fobia a salir de casa sino es al trabajo y siempre en taxi o si lo lleva su mujer, pero la forma en la que lo hace no me parece la adecuada porque para ello en ocasiones utiliza personajes exagerados y situaciones un tanto inverosímiles. Tampoco creo que el trauma del personaje principal esté bien conseguido ya que dado que al parecer es un hombre tan valiente, tan echado para adelante como se intenta hacer ver a través de los ojos de otros personajes a mi modo de ver el accidente que tuvo no sé si podría ser suficiente como para crearle ese estado de estrés y fobia. En cuanto a la trama me parece demasiado obvia desde el principio lo que le quita todo el misterio y lo peor es que a cada paso el misterio es menor y menor. Y en cuanto al final (sin hacer spoilers) tampoco me ha convencido en absoluto. Como ya he dicho es un libro que podría haber dado mucho y sin embargo al final va perdiendo fuelle desde el primer capítulo hasta el final.

Empiezo de manera directa diciéndoos que yo te cuidaré es una locura. Es lo que mejor define esta historia en la que el 70% de las cosas que transcurren son desgracias e infortunios. Es una novela completamente diferente a las que leí anteriormente, tiene una velocidad que casi da vértigo y, personalmente llegó a ponerme nerviosa a sufrir con los personajes, llegué a empatizar con casi todos, un gran punto a favor (o no).
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