Nos prometieron la gloria

La felicidad plena es siempre atrevida, valiente y no teme al futuro.

Los grandes errores de la historia los cometen las masas, únicamente los actos individuales son capaces de corregirlos.

Algunas generaciones destruyen lo que otras han construido con mucho esfuerzo.

La libertad total nunca existe, nacemos en una familia, en una clase social, con una inteligencia y una capacidad de amar. Traemos demasiadas cosas a este mundo como para despojarnos de nosotros mismos y covertirnos en lo que deseemos, pero a pesar de todo eso, siempre tenemos la última palabra.

Cuando uno ama no teme lo que pueda sucederle, pero le aterroriza imaginar el sufrimiento de la única persona que le importa en el mundo.

La soledad es la mejor compañera de la verdad, cuando el ruido de la multitud complaciente o amedrentada no nos permite pensar con claridad.

Las cosas pequeñas son el secreto de la verdadera alegría. La sustancia de la que se alimenta nuestra alma.

La esperanza es lo único que nos salva de la desolación completa.

A veces la vida se toma un paréntesis para recordarnos que la felicidad nunca es un regalo, siempre es fruto del esfuerzo.

En cada cambio se esconde una oportunidad y un peligro.