La peor traición es siempre hacia nosotros mismos, la lealtad comienza y termina en la fidelidad que tengamos a nuestros deseos.
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La peor traición es siempre hacia nosotros mismos, la lealtad comienza y termina en la fidelidad que tengamos a nuestros deseos.
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El odio es una de las armas más poderosas del mundo.
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El amor de juventud siempre se entrega de forma desmedida, sin la prudencia que la edad nos da con el tiempo. Mientras somos jóvenes no nos vale quedarnos a medias, preferimos todo o nada, con los años nos acostumbramos a negociar con la realidad, en lugar de intentar cambiarla.
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La tristeza a veces logra lo que a la alegría se le niega. Es capaz de sondear el alma y descubrir la profunda desesperación que todos llevamos dentro. Mil renuncias, mil derrotas que nos han convertido en lo que somos, pero no nos han permitido ser lo que hubiéramos podido.
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A veces no comprendemos al ser humano en toda su dimensión. Somos meras marionetas, sacudidas por los acontecimientos.
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Personas dispuestas a quemar libros no tardarán mucho en quemar personas.
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Nos prometieron la gloria, pero años después todos añorábamos la honradez, la decencia y la civilización, que son los verdaderos valores que nos convierten en seres humanos y son capaces de llevarnos hasta el mismo umbral de la eternidad.
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Personas dispuestas a quemar libros no tardarán mucho en quemar personas.
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Entonces comprendí por qué los nazis consideraban a los libros como objetos peligrosos. Cada vez que nos atrevemos a adentrarnos por las puertas entreabiertas de sus tapas, cuando nos sumergimos en las olas majestuosas de sus páginas, somos libres.
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El nacionalsocialismo es como un virus del espíritu: invisible, pero tan real como la propia muerte.
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¿Cuál es el órgano que trasplantan a Cora?