Era posible que algo estuviera cambiando en algunas partes del mundo, pero no allí. Allí continuaba el mismo carrusel de drogas, pobreza y mujeres que los hombres masticaban para luego escupir. Era posible que, en otros mundos, personas vestidas de gala pronunciaran discursos sobre igualdad y no ceder terreno, pero allí, en las trincheras, estábamos solas en la guerra y perdíamos batallas todos los días.
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