La oscuridad que conoces de Amy Engel
—Entonces no tengo ni idea. De nada. —Callé y cerré los ojos—. No hago más que intentar encontrarle sentido. A las muertes. A lo que pasó. A cuál fue la razón. —Pierdes el tiempo, Eve. Es como mear al viento. Tratar de contestar esa pregunta, buscar el porqué de algo así te va a volver loca. El porqué no importa. —¿Y entonces qué importa? —Importa quién. La persona que empuñó el cuchillo. Eso es lo único que debe preocuparte. |