Dentro de la literatura de señoros hay un género que podría definirse como "todo lo que me pasó a raíz de publicar el libro X, el Musical". Hasta ahora sólo había leído Negra Espalda del Tiempo de Javier Marías como representante patrio de este tipo de libros, y ahora le ha tocado el turno a Lunar Park, de Bret Easton Ellis. Recuerdo que cuando se publicó (allá por el 2005) se vendió como algo más salseante, en el que el autor explicaba toda la espiral de fama, drogas y fiestas en la que se vio inmerso a raíz de la publicación de tres libros que lo hicieron archifamoso y rico: Menos que cero, Las leyes de la atracción y sobre todo, American Psycho. Nada, eso son veinte o treinta páginas. Lo que de verdad importa aquí es la complicada relación que tuvo siempre Ellis con su padre (real) y la más complicada que tendrá después con su hijo (imaginaria). Lo peor del libro es toda la parte intermedia, esa en la que nos muestra la anodina vida de un escritor casado con una actriz de Hollywood (lo peor de lo peor, el personaje de Jayne es más falso que un Judas de Plástico), padre de dos hijos y adicto a todas las drogas sin receta que tiene a su alcance una persona con dinero. Me aburría tanto como los personajes se aburrían de su falsa y politoxicómana vida. Hasta el final, cuando a Ellis ya se le ha ido la pinza del todo y se cree perseguido por su padre muerto, un alumno fantasma llamado Clayton, el pájaro de juguete de su hija y hasta por el mismísimo Patrick Bateman, la narración no vuelve a estar en alto otra vez. El final es muy bueno y muy triste a la vez y ya sólo por eso este libro merece la pena.
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