Hasta ahora, los mayores de nuestra sociedad nos han enseñado que la revolución y el amor son las dos cosas más estúpidas y abominables del mundo, y eso era lo que creíamos antes y durante la guerra. Pero desde la derrota ya no confiamos en ellos.
|
Hasta ahora, los mayores de nuestra sociedad nos han enseñado que la revolución y el amor son las dos cosas más estúpidas y abominables del mundo, y eso era lo que creíamos antes y durante la guerra. Pero desde la derrota ya no confiamos en ellos.
|
Cuando subimos al tren, creí que me iba a morir. Al llegar aquí me animé un poco, pero cuando anocheció noté que el pecho me ardía de añoranza y me sentí desfallecer. Es como si Dios me hubiera matado y no me hubiera devuelto la vida hasta después de haberme convertido en una persona diferente.
|
Tengo miedo porque veo claramente que mi propia vida acabará pudriéndose mientras yo permanezco impasible, inmersa en esta rutina diaria como una hoja de musácea que se pudre en el árbol sin caer al suelo. Esto es lo que no puedo soportar y es por eso que necesito huir de mi vida actual, aunque esto suponga desviarme del código femenino de buenas maneras.
|
Lejos de avergonzarme, me pareció que el mundo real era un organismo extraño, completamente distinto a mi propio mundo imaginario. Me asaltó una terrible sensación de abandono que jamás había experimentado y me encontré sola, gritando y gritando sin obtener respuesta en un páramo desierto bajo la luz del ocaso.
|
¿Con qué frase empieza esta novela?