Con frecuencia, las personas creativas son mucho más perspicaces de lo que les convendría.
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Con frecuencia, las personas creativas son mucho más perspicaces de lo que les convendría.
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Lo estás enfocando desde una mala perspectiva. Estás destrozada. Yo estoy destrozado. No tiramos las piezas. Las hacemos encajar hasta que logran formar algo nuevo.
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Es una sensación maravillosa que te abracen, que te toquen, que te hagan sentirte deseada. Voy a ceder. Quiero echarle la culpa a él. Es un verdadero experto en el arte de la seducción y está demasiado acostumbrado a salirse con la suya. Pero la verdad es que cuando estoy con él, no me siento tan cansada ni tan sola. |
"Estás destrozada. Yo estoy destrozado. No tiramos las piezas. Las hacemos encajar hasta que logran formar algo nuevo."
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—[...] La atracción sexual nos ha tomado a los dos por sorpresa, creo. A mí más que a él, tal vez. En el momento en que comprendió que era algo mutuo, ya estaba listo para lanzarse de cabeza. Yo iba con más cautela. No tengo un gran historial en cuanto a relaciones amorosas, como tú misma has señalado otras veces.
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—Todos los días —murmura— me empujo a mí mismo más allá de mis propios límites solo para recordarme que, técnicamente, todavía estoy vivo.
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El duro trozo de hielo que hay dentro de mí todavía me duele. Estoy enfadada. Tenía planeados todos y cada uno de mis días en adelante: nueva ciudad, nuevos amigos, nuevas rutinas… Medio año de terapia y adaptación, ¿para qué? Mis vecinos se mudan y me siento como si me hubieran engañado, como si la nueva vida que me he construido viniera acompañada de la garantía de que nada va a cambiar. |
Pero bajo mi ira asoma enmascarada una decepción desgarradora. Es terrible esperar que algo, o alguien, sea mejor de lo que es en realidad. Es una tortura tremendamente eficaz: sacar a alguien de la jaula de su soledad para, acto seguido, volver a cerrar la puerta de golpe. Ya sea maldad deliberada o simple desconsideración, sigue siendo un acto muy cruel. |
Me detengo ante la puerta de mi casa. Levanto la mano y le acaricio la mejilla. Después de un año dando tumbos en la oscuridad, lo veo convirtiéndose en una luz para mí. Siento cosas por él, cosas que creí que no volvería a sentir jamás. Por eso no quiero ser una carga que le impida avanzar.
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Son demasiadas cosas para procesarlas todas al mismo tiempo, así que mi cerebro intenta absorber al hombre al completo: vestido únicamente con shorts y unas deportivas negras, es un espectáculo para la vista, con la piel intensamente bronceada, los intrincados dibujos en los tatuajes de los brazos y una poderosa musculatura recubierta de sudor. Y su cara. Esculpida. De mandíbula cuadrada. Brutal y exageradamente guapo. |
¿Cuántas novelas hay en la serie Harry Potter?