El Titanic

“Resulta inconcebible pensar que haya gente que no pueda pasar cinco días de su vida sin una suite de hotel, cafés, bandas de música y refinados placeres similares. Sospecho que el público no es del todo culpable de ello. Se les empujó hacia todas estas cosas en el curso normal de la competencia comercial. Si mañana se eliminaran todos estos lujos, el público seguiría viajando. No pierdo la esperanza en la humanidad”.

No voy a explicar aquí el hundimiento del Titanic, ya sabemos todos lo que pasó… es un tema que me ha interesado siempre mucho pero no por el romanticismo que rodea a esta historia (sí, romanticismo… un halo romántico que al leer a Conrad me he dado cuenta de que no es de ahora, ni por la peli de James Cameron, si no que nada más ocurrir la tragedia la prensa ya adoptó ese tono). Lo dicho, no es por eso: es por todas las cosas que se hicieron mal y porque todo lo que podía salir mal, salió. Es interés por conocer y comprender.

Los dos artículos que componen esta edición fueron publicados en 1912, el primero de ellos apenas un mes después del hundimiento. Joseph Conrad era marino de profesión y estaba tan, tan enfadado con tantas cosas sobre este caso… desde la investigación llevada a cabo en EEUU sin venir a cuento y por gente que no tenía ni idea sobre barcos y náutica, hasta todo lo que se hizo mal en la construcción del Titanic pasando por el absoluto desprecio por la vida humana en aras del mercantilismo y la codicia de las navieras.

Ningún responsable admitió sus errores (en el colmo del absurdo llegaron a decir que la culpa la tenían los botes salvavidas, que con menos botes se hubiese salvado más gente), y a Conrad le llevaban los demonios: la arrogancia, la avaricia, el tratar a la gente como si fuera ganado…

Muy recomendable si os interesa el tema 🙌🏻
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