¿Cuántas veces le he dicho que una vez eliminado lo imposible, lo que queda debe ser verdad, por improbable que parezca?
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¿Cuántas veces le he dicho que una vez eliminado lo imposible, lo que queda debe ser verdad, por improbable que parezca?
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A lo largo de mi vida he tenido momentos bueno y momentos malos, pero he aprendido a no llorar por la leche derramada
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Si bien el hombre a nivel individual es un rompecabezas insoluble, tomado en conjunto se convierte en una certeza matemática. Nunca puedes, por ejemplo, predecir lo que hará un hombre determinado pero puedes decir con precisión lo que hará el promedio de un grupo.
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Estamos acostumbrados a ver qué los hombres desprecian lo que no comprenden
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Es elemental —dijo él, riéndose al ver mi sorpresa—. Tan absurdamente sencillo es, que toda explicación resulta superflua; sin embargo, puede servir para definir los límites de la observación y la deducción. La observación me hace descubrir que lleva usted adherido a su calzado un poco de barro rojizo. Delante de la oficina de correos de la calle Wigmore Street acaban de levantar, precisamente, el pavimento y sacado tierra, de un modo que resulta difícil no pisarla al entrar. Hasta donde llegan mis conocimientos, esa tierra es de un tono rojizo característico que no se encuentra en ningún otro lugar de los alrededores. Hasta ahí es observación. El resto es deducción.
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¿Con qué frecuencia te he dicho que cuando hayas eliminado lo imposible, lo que queda, por improbable que sea, debe ser la verdad?
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¿En qué año nace este personaje?