De vez en cuando, me volvía a mirar. Y allí estaba él, siempre a la misma distancia, siguiéndole sin ruido en la penumbra, como un fantasma. Debo interrumpir mi escritura durante un rato. Las campanas de la iglesia han empezado a sonar, y su repique me vuelve loca. En estos tiempos en que todos tenemos relojes, ¿por qué han de tocar las campanas para recordarnos la hora en que empieza el oficio? Los teatros no necesitan repicar campanas para anunciar el principio de la función. El hecho de que haya que hacerlo para llevarnos a la iglesia es muy humillante para el clero |