Tengo cien pruebas de su amor, mas tengo mil de su resistencia
|
Tengo cien pruebas de su amor, mas tengo mil de su resistencia
|
Preveo que la venganza irá más aprisa que el amor.
|
Es muy fácil entenderse con él, pues tiene una mirada que dice todo cuanto quiere. No sé cómo lo hace
|
Siempre tomo el partido más difícil o más divertido; y no me reprocho una buena acción, con tal de que ésta me ejercite o me divierta
|
No me he tomado tantas molestias por ella para terminar con una vulgar seducción
|
El amor verdadero no podría prestarse a esa tranquilidad, a esa frialdad de alma, que admite comparaciones, que aguanta incluso preferencias
|
¿No preferirá ser objeto de amistad por parte de una mujer honesta, que de remordimientos por parte de una mujer culpable?
|
Nuestros entretenimientos, nuestras risas, todo eso, no son sino juegos de niñas, ya ves; no queda nada de ellos una vez que han pasado. Mas el amor, ¡ay! ¡el amor! ... una palabra, una mirada, solo con saberlo allí ¡ya está! la felicidad
|
Sentí al fin que me era tan imposible no amarla, como amar a otra
|
No dejaré de conservar hacia usted todo el cariño posible sin que haya mal en ello; y me deseo con toda mi alma toda suerte de venturas.
|
Es un poema épico griego compuesto por 24 cantos, atribuido al poeta griego Homero. Narra la vuelta a casa, tras la guerra de Troya, del héroe griego Ulises