Diáspora de la mujer pájaro

[…]Enciende la palabra desde las tripas y el latido roza con las vemas el fuego siente calentarse la tierra
enraízate y crece
suelta lazos antiguos
sumérgete en el poema
arde en el verso que consume arde hasta que aflore el alma o hasta que se apaguen las letras y solo quede silencio.[…]

Esta sería una buena predisposición para leer este poemario.
Para describirlo diría que me ha parecido tan salvaje, tan ancestral, tan libre y tan mágico.A veces parece oscuro, un poco enrarecido, como si una amenaza estuviese cerca. Cada poema es una invitación para releerlo de nuevo.

Cuándo lo vi en la librería, lo cogí por su título y leí un poema al azar. Solo uno y con eso me basto para saber que me lo quería llevar. Ha sido tan acertado. Me recordó muchísimo a “ramas para un nido” de Luisa Antolín Villota”. Guardan muchas semejanzas, muchos poemas parten de la naturaleza. Marta también la ha usado para versar

[…]La tierra me llama para que la acaricie pide que palpe
su vientre y la abra para sacarle de dentro el dolor me escondo
en su matriz como un animal mis manos se llenan de plegarias sal y augurios
tierra madre no tengo miedo llévame a lo oscuro entrégame el fuego que te nutre para que pueda sanarte.[…]

Muchísimas alusiones a lobos, a la tierra, al fuego, a las aves y las montañas pero también a la madre, porque he entendido partes que hablaban de maternar y también alusiones a mujeres libres, como sacadas de un cuento de magia alrededor del fuego… Qué aura tan propia tiene en su conjunto.

Creo que puedo relacionar estos poemas con mujeres que me he ido encontrando en otros libros: Agnes de “Hamnet” y Hélène de “Hierba Mora”.

Si quieres leer poesía aquí tenéis un poemario que bien merece la pena