Estuche La Selección

Daba la impresión de que se daba cuenta de que había algo más, pero no me presionó. Fue casi reconfortante, esa aceptación mutua de nuestros secretos.

Cada roce de sus dedos, la calidez de su aliento en mi cabello... era como una medicina para mi corazón.

Si no quieres que me enamore de ti, vas a tener que dejar de estar tan encantadora. Mañana a primera hora haré que tus doncellas te cosan unos vestidos hechos con sacos de patatas.

El amor verdadero suele aparecer siempre donde menos te lo esperas.

Se produjo un silencio entre nosotros, y los dos sonreímos. Nuestra amistad -si es que podía llamarse así- desde luego era rara e imperfecta, pero al menos era honesta.

Te matarán por esto -suspiré en un momento en que sus labios se perdían por mi cuello. -Si no lo hago, me moriré igualmente.

Te quiero. Y te querré toda la vida -dijo aquello con una profunda emoción en la voz, y me pilló desprevenida.

El amor a veces se desgasta con la tensión del matrimonio. Puede que ahora quieras a alguien, pero con el tiempo puedes llegar a odiarlo por no ser capaz de ocuparse de ti. Y si no puedes cuidar bien a tus hijos, la cosa se vuelve aún peor. El amor no siempre sobrevive en esas circunstancias.

Escucha, gatita: ganes o pierdas, para mí siempre serás una princesa.

Me quedé despierta un rato más, pensando en él y en lo mucho que le quería, y en la sensación que me producía su amor. Me dormí con aquel pensamiento grabado a fuego en el corazón.