Hasta siempre Peter Pan es una historia preciosa, cargada de ternura y calidez.
La mayor parte de la misma transcurre en Nueva York, en la actualidad, salvo por el extenso prólogo, que tiene lugar en Salt Lake, Utah, y que es una auténtica delicia. A pesar de que la ambientación no puede ser más prosaica -nuestro mundo actual-, Claudia ha conseguido que, página tras página, flote en el ambiente algo mágico, como si de verdad te hallases dentro de un cuento de hadas. Me ha recordado un poquito a la película Cuento de invierno, protagonizada por Colin Farrell.😍
La trama es, esencialmente, una historia de amor que comienza en la adolescencia. No hay giros sorprendentes ni los necesita, porque hay tanta belleza en el romance de Jake y Sophie que te conmueve de principio a fin. Su amor adolescente, reflejado en el prólogo, te hace suspirar de ternura por los dos, y sufres con ambos cuando llega el dolor. Después, capítulo a capítulo, la autora nos va desgranando esa segunda oportunidad que les ofrece la vida -o tal vez sea la magia- y que está llena de calidez.
Sophie y Jake son una pareja perfecta, "predestinada", como dice Ernest. Y su amor, sin ser perfecto, es profundo y constante.
Peter Pan es el niño que no quería crecer; en este sentido, Jake es igual, no porque quiera seguir siendo un niño, sino porque no quiere dejar atrás el pasado. A pesar de haber seguido adelante tras las pérdidas sufridas y haberse abierto camino en la vida él solo, arrastra el dolor consigo, lo que no le permite a su corazón ser del todo libre para entregarse al amor.
A Jake no puedes evitar quererlo, porque tiene esa personalidad entre pícaro y cariñoso, responsable, con un corazón de oro, generoso y guapo. En contraste con Sophie, parece el fuerte, el hombre seguro de sí mismo, decidido. Y, sin embargo, con el correr de la historia nos damos cuenta de que no es así, de que sin el apoyo de Sophie, de Abe o de Umi, su terapeuta, Jake sería solo una sombra de sí mismo.
Sophie es una niña encantadora en el prólogo y sigue siendo una mujer encantadora en cada uno de los capítulos. Tiene un punto de ingenuidad, de pureza, sin caer en la simplicidad, que la vuelve un personaje extraordinario en su sencillez. Tiene miedos y defectos, pero no le cuesta reconocerlos y aceptarlos, y quizá ahí radica su grandeza. Esta cualidad será, precisamente, el puntal sólido sobre el que permitirá que su relación se construya.
La relación entre Jake y Sophie se desarrolla de una forma preciosa y natural. No hay en ella nada forzado, es como una corriente que fluye por su cauce con suavidad. Tiene momentos dulces, tristes, llenos de pasión o alegres... y se disfruta cada uno de ellos.
Un acierto enorme de la autora ha sido saber escoger los personajes secundarios que acompañan la historia. No sobra ni uno solo de ellos, todos aportan y hacen que esta historia sea lo que es: preciosa, divertida, tierna, reflexiva y dulce.
El estilo de Claudia es muy ameno y, aunque quizá haya algunos fallos en cuanto a la corrección ortotipográfica, se nota que ha mimado mucho esta historia, la primera que autopublica, y la ha llenado de magia. Os la recomiendo mucho, porque os va a encantar.❤️
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