Como otros libros que pueden leerse de más de una manera, este texto inclasificable se asemeja a una larga ciudad, con diversas calles, cada una con cuadras numeradas del 1 al 5, que se cruzan y se confunden y en que podemos recorrerlas en aparente desorden. Si Borges hubiera escrito un texto de más de 100 páginas tal vez sería este, aunque Borges lo hubiera hecho mejor. Y como el argentino, el ajedrez, la disertación vagamente metafísica, la fragancia embriagadora del Oriente y las inesperadas metáforas florecen en cada página. Aunque algunas no sean tan elaboradas. Nada es perfecto. Hay ciudades colgadas de telas de araña, del tamaño de un alfiler, que son el reflejo de una ciudad sobre pilates, o subterráneas, pero no existen ciudades 5 estrellas.