-La quiero porque. gracias a ella, te tengo a ti. Puede que no seas de mi sangre, Blancanieves, pero no pienses ni por un segundo que no eres de mi familia. Me quedo por ti. Me quedaré siempre por ti. Se me humedecieron los ojos. -Solo quiero que seas feliz, Ray. -¿Sabes qué me hace feliz? -¿Qué? -Que tú seas feliz [...] |