La música del corazón

Eres la música en un mundo mudo.
Eres la letra de todas las canciones. El corazón me late porque tú estás aquí

No puedes obligar a alguien a que te ame, a que esté orgulloso de ti, a que le importe. Lo único que tienes bajo control es tu propia alma y descubrir lo que hace latir tu corazón.

A veces la gente no necesita palabras, Elliott. A veces solo necesitan el espacio para sentir lo que necesitan sentir, con alguien presente como recordatorio de que no están solos.

Eres la música en un mundo mudo, y mi corazón late porque estás aquí.

Cuando pensaba en mi casa, no pensaba en un sitio, sino en personas. En las que nos convertían en quienes estábamos destinados a ser, en las que nos querían con nuestras cicatrices y nos decían que esas cicatrices eran bonitas y en las que nos dejaban cometer errores y nos seguían queriendo.

Las cosas que queremos de verdad siempre están con nosotros, encerradas en nuestro corazón mientras nos quede vida.

Él no necesitaba las palabras, solo un espacio en el que sentir lo que tenía que sentir, conmigo presente para recordarle que no estaba solo.

Pero, a veces, tengo que mentirme a mí misma para no desmoronarme. A veces, las mentiras son lo único que me ayuda a salir de la cama por la mañana.

Cuando lo conocí ni siquiera sabía que lo necesitaba, pero cuando nos hicimos amigos, me sentía imparable. Sentía que era lo suficientemente buena.

Con el tiempo y a base de sufrimiento, comprendí la realidad más dura de todas: el amor es algo que no se puede forzar, por más que lo intentes. No puedes obligar a alguien a quererte, a estar orgulloso de ti ni a preocuparse por ti. Lo único que tienes es el poder sobre tu alma y el poder de descubrir lo que hace que te lata el corazón.