La parábola del sembrador

Esta distopía, escrita en los años 80, me ha resultado estremecedora por varios motivos: el primero, porque el germen de lo que esta historia cuenta ya está ahí, en nuestra realidad. No es difícil imaginar que, si nada cambia, pronto podríamos estar así.
El segundo motivo es porque muestra lo peor del ser humano. Es fácil caer en el tópico de que sacamos lo mejor de nosotros mismos ante las dificultades, pero también es cierto que somos capaces de lo peor cuando las cosas vienen de frente
Por último, me ha resultado estremecedora por las reflexiones tan interesantes que hace la autora en torno a la fe, Dios, el dolor, la pérdida, la empatía y la resiliencia.

Me ha encantado. Una obra magnífica de este género. Estoy deseando leer la segunda parte y, probablemente, todo lo demás que tiene publicado la autora, que me ha parecido super certera en sus planteamientos, además de escribir de forma muy entretenida

La novela reflexiona sobre temas que están de completa actualidad hoy en día, como la explotación laboral, la drogradicción, el racismo, la diferencia de clases y el calentamiento global.

Octavia logró atraparme desde el principio gracias a su prosa, sencilla, directa y plagada de frases lapidarias que no podía dejar de marcar con post-it

Sin embargo, hacia el final sentí que el libro se iba desinflando y la parte relacionada con la religión se me hizo pesada y repetitiva.

Con este libro se juntaban dos de mis deseos lectores: leer a Octavia y seguir leyendo distopías, género que me encanta y al que siempre acabo recurriendo. En ambos casos la experiencia ha sido de diez; Octavia ha sido todo un descubrimiento y esta no será mi última lectura ; y como distopía, La Parábola del Sembrador es de lo mejor que he leído sin ninguna duda.
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Como consta en la contraportada, esta es una novela postapocaliptica de esperanza y terror. Nos encontramos con una sociedad espoleada por el cambio climático y la crisis económica generalizada, donde masas de vagabundos hacen lo que sea para sobrevivir otro día más. La minoría privilegiada vive en bunkers aislados y sobreprotegidos y los que lo han perdido todo simplemente sobreviven. Pero hay un grupo intermedio, familias que siguen viviendo en sus barrios, que cultivan sus alimentos y mantienen de los pocos trabajos remunerados que van quedando, y que viven con el miedo a ser invadidos y asesinados, o a tener que abandonar el último sitio seguro que conocen. En uno de estos barrios vive Lauren con su familia. Pero Lauren sabe que su vida, tal y como la conoce, tiene los dias contados.
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Y evidentemente, lo que Lauren teme acaba llegando. Es aquí cuando la distopía se convierte, en algunos momentos, en un auténtico relato de terror. Sin refugio, sin vivienda, ¿ a dónde ir? No existe sitio seguro, sólo ansias de llegar a lugares donde no reine el caos y la muerte. Porque aquí nadie puede fiarse de nadie. Nadie puede volver a sentirse seguro porque la vida humana no vale nada, solo el más fuerte sobrevive. Es tremendo cómo la autora plasma tan descarnadamente esa sensación de desamparo, de no saber si mañana podrán comer, dormir o vivir. Tremendo también todo de lo que es capaz de aguantar el ser humano, aunque de eso ya somos bastante conscientes.
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Intenso, crudo y muy directo, sin dar cabida a sentimentalismos. Lo importante es que el mensaje llegue y que seamos capaces de verlo. Y aunque parezca que no, siempre hay que dejar hueco para la esperanza.

A principios de los 90, Octavia E. Butler convirtió la vida en la década actual del S.XXI en escenario postapocalíptico. Narrado en primera persona a modo de diario por Lauren Olamina, nos narra la miseria y desolación de un mundo ardiendo por el cambio climático que ha acentuado las diferencias de clase y ha devuelto a sus habitantes sus instintos más animales.
Octavia E. Butler conocida como una de las reinas de la ciencia ficción, ganó múltiples premios por varias de sus obras. La leí en Parentesco y comprobé que el reconocimiento era justificado y me quedé con ganas de más. Escogí La parábola del sembrador y, claramente, escogí mal.
No leo ciencia ficción, por tanto no conozco el género y no tengo con qué comparar. Todas las reseñas que he leído de este libro eran excelentes y mi experiencia previa no me hacía creer lo contrario.
Pero, la verdad es que se me hizo bola. Supongo que el postapocalipsis lleva implícito desastre y lucha por la supervivencia pero, no por eso me ha sorprendido (y desagradado) menos la presencia constante del fuego, la violencia y las experiencias extremas a las que se enfrentan los personajes. La autora utiliza un estilo directo y crudo y sí bien se le tiene que reconocer el (penoso) mérito de acercarse peligrosamente a la realidad y conseguir esa atmósfera de angustia sofocante, también debe reconocerse que puede herir sensibilidades. Aunque, mi problema no ha sido ese, sino el sentimiento de repetición claustrofóbica y lo nerviosa que me puso la protagonista, una joven visionaria que al mismo tiempo que escapa del horror, descubre/crea Semilla Terrestre, una forma más terrenal de entender a Dios que comparte con sus compañeros de viaje y que al igual que algunos de ellos me sonó a secta y me terminó de sacar de la historia. Definitivamente, no lo pondría en mi mochila de supervivencia básica.

Una novela distópica super original, muy bien escrita, y con una trama buenísima.
A todos los que estéis pensando si leerla os invito a que lo hagáis, pues a mi realmente me sorprendió y me pareció tan real que veo a la Humanidad en esa situación en 50 años (sobre todo una sociedad como la de EEUU).

El tema del racismo, de la situación de la mujer y del cambio climático están presentes a lo largo de toda la novela, y son fundamentales en la historia.

Una novela que es una crítica y un aviso a la sociedad de cómo podemos terminar, pero que a la vez muestra que siempre hay esperanza. Lo que menos me ha gustado es el tema de la religión que la protagonista pretende crear (no digo nada más para evitar spoilers), pero igualmente merece y mucho la pena.

Llevaba tiempo queriendo leer esta obra de Octavia Butler porque “Parentesco” me gustó mucho, así que cuando supe que mi amiga Miriam lo tenía no dudé en pedírselo. Por lo visto es el primero de una trilogía de la que Butler sólo pudo escribir dos libros, por lo que el desenlace de esta primera novela queda algo abierto.

En esta novela Butler nos sitúa en un futuro próximo distópico (está ambientado entre los años 2024 y 2027) en el que el cambio climático ha hecho estragos y el agua se ha convertido en un bien de lujo. Además la gente vive en comunidades sitiadas acorde a sus recursos económicos (cuanto más rico eres, mejor es el muro que separa tu casa del exterior) para separarse de las hordas de vagabundos y drogadictos adictos al piro, un estupefaciente que les lleva a querer prenderle fuego a todo. La protagonista es Lauren Olamina, una joven de quince años que vive en una comunidad de nivel medio-bajo y que sufre de hiperempatía, una sensibilidad que le hace experimentar el dolor o el placer del otro casi al mismo nivel.

Mientras que algunos adultos salen de su comunidad para ir a buscar agua o comida, Lauren se dedica a enseñar a los más pequeños y, en sus ratos libres, escribe en su cuaderno las bases de Semilla Terrestre, una especie de nueva religión basada en el cambio y en la necesidad de estar en comunidad. Las peores previsiones de Lauren se convierten en realidad y se ve obligada a huir sin su familia, camino al norte donde se supone que hay más agua y trabajo. Por el camino irá conociendo a gente que se unirá a su grupo, aunque lo primero sea siempre estar a la defensiva y poner en duda las intenciones de los demás.

Durante la lectura me iban viniendo fogonazos de “La carretera” de McCarthy (escrita 13 años después) y de “Las uvas de la ira” de Steinbeck porque hay mucha relación entre lo que nos contaban aquellas novelas y lo que nos cuenta Octavia aquí. Además de la reflexión sobre hacia donde va el mundo actualmente, te hace reflexionar sobre la bondad o maldad de las personas y la importancia de las creencias, sobre todo en determinadas situaciones. Una lectura súper recomendable.

Hoy os traigo una distopia escrita en 1993 y que asusta porque al leerla parece que nos acercamos a ella de forma inminente.
Y no solo porque la historia transcurre en un tiempo cercano (desde julio de 2024 hasta octubre de 2027) sino porque hay semejanzas con nuestra actualidad como el problema del cambio climático, las crisis económicas y el crecimiento de la pobreza, el surgimiento de nuevas drogas o las pésimas condiciones laborales

La historia se ambienta en una California en la que los poderosos poseen y controlan el agua y demás recursos , la clase media vive en vecindarios cercados por muros y tiene que autodefenderse, la gente sin hogar roba a los vivos y rebuscan entre cadáveres en las calles, el agua cuesta más que la gasolina, la policía y los bomberos atienden a quien puede pagarles y el mundo sufre largas sequías.
La vida es difícilisima en un mundo cada vez más devastado en el que no hay seguridad ni trabajo hasta el punto en el que en algunos lugares aparece un nuevo tipo de esclavitud cuando empresas privadas compran poblaciones que transforman en centros de trabajo con seguridad privada en la que se trabaja a cambio de techo y comida.
Fuera de los barrios amurallado hay un caos absoluto en el que coexisten la pobreza extrema que implica el todo vale para sobrevivir, por lo que hay que protegerse de saqueadores, piromanos y asesinos. Así que podéis imaginar la aterradora situación que se vive.

Quién nos cuenta la historia es Lauren Olamina, una joven con hiperempatía un trastorno que le hace sentir el dolor de los demás, causado por las drogas que su madre consumió durante el embarazo y que intenta ocultar a todo el mundo. Vive en un barrio amurallado, con su padre, un pastor baptista , su madrastra Cory y sus hermanos. Allí viven relativamente protegidos. Pero sabe que no están a salvo de los ataques por lo que intenta aprender todo lo necesario para sobrevivir cuando las murallas del barrio no puedan protegerla. Lauren cree que es posible empezar una nueva vida en otro lugar. La clave de su supervivencia está en abrazar el cambio y adaptarse a él y asi va desarrollando una religión Semilla Terrestre que intenta inculcar a todos sus compañeros.

Y así pasan los días hasta que ocurre lo inevitable y entonces... Tendréis que leer lo que ocurre porque os recomiendo mucho esta lectura.

Solo os puedo decir que me ha encantado, no sé desde cuando no leía una distopia y la he disfrutado enormemente, es muy ágil, pasan muchas cosas, trata muchos temas tremendamente interesantes y te mantiene en tensión hasta el final del libro. Un libro con una segunda parte que estoy deseando leer "La parábola de los talentos"


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Se trata de una distopía en la que se sitúa al lector en un futuro (muy) cercano, en una Tierra decadente asolada por el cambio climático y la escasez de recursos como el agua, controlada por aquellos que ostentan el poder. En este contexto se ha criado Lauren Olamina, una joven de 15 años que vive con su familia en un conjunto de urbanizaciones cerradas y autoprotegidas. Sin embargo, otras personas más pobres no tienen la misma suerte y la necesidad de las clases más bajas, el miedo, las adicciones, etc. Los han convertido en delincuentes que acechan a comunidades como la de Lauren.

Cuando cogí esta novela iba sin saber prácticamente nada de ella y lo que al principio parecía una historia más pausada, centrada en la crítica social a través del reflejo de la comunidad de Lauren, acaba por transformarse en una lucha de supervivencia con mucha acción y con una tremenda evolución de los personajes.

Lauren ha resultado una de las protagonistas más interesantes que he leído. Por un lado, tiene una característica muy especial: la hiperempatía, un trastorno que le hace sentir las emociones y, especialmente el dolor, de los demás como suyo propio.
Por otro lado, ante la situación de caos climático y social que vive la Tierra, ella imagina un futuro para los seres humanos en otros planetas y plasma sus ideas en su libro «Semilla Terrestre. El Libro de los Vivos». Lo que empieza siendo unas cuantas teorías en la mente de una adolescente, comienza a crecer y crecer hasta convertirse en el germen de una especie de religión, una inspiración para otras personas que comparten la visión de futuro de Lauren y están dispuestos a trabajar juntas para llegar a él.

La historia que aquí se presenta es dura y cargada de violencia (incluida la sexual, aunque las escenas no son explícitas) y se presentan situaciones de etnicismo y racismo, clasismo, machismo... Da vértigo ver lo cerca que podría estar el mundo de convertirse en algo similar a lo imaginado por Butler.

Ambientada a partir del año 2024 La parábola del sembrador correspondia al inicio de una trilogia que lamentablemente la autora no llegó a concretar, llegando solo a una segunda entrega (La parábola de los talentos) el tercer libro nunca fue escrito.
Para empezar a hablar del libro es necesario decir lo perturbador que resulta lo realistas y probables que resultan algunas de las situaciones planteadas por la autora. El mundo está sumido en una situación caótica, a causa del calentamiento global, el agua escasea y está convertida en un artículo de lujo, en caso de incendios simplemente se deja que todo se queme, no hay agua para perder y los bomberos son un lujo que hay que pagar. Algo similar ocurre con la policía que más que resguardar el orden se ha convertido en otro peligro para las personas.
Ya muy pocos reciben un sueldo por su trabajo, la mayoría trabajan a cambio de comida y techo, a veces ni por eso. Los niveles de indigencia son altísimos, y con ello la mendicidad, los robos, los asaltos y los homicidios.
Este es el único mundo que ha conocido Lauren la protagonista de esta novela, una adolescente que hasta cierto punto ha sido afortunada porque se ha criado en un barrio pobre, pero en qué los vecinos se han organizado para mantenerse a salvo y protegerse unos a otros. También es afortunada porque sabe leer y escribir, porque cada vez son mayores los índices de analfabetismo.

Hasta que se Lauren junto a otras personas del barrio se ve obligada a salir a la carretera y avanzar hacia el norte a través de la carretera y caminos circundantes, en un viaje (a pie, los combustibles como la bencina ya casi no se conoce) lleno de peligros en que se corren incontables riesgos que ponen constantemente la vida e integridad física en peligro.
Me gustaría poder transmitirles la precariedad, lo riesgoso, lo inseguro que es el ambiente que Octavia Butler creó en esta novela.

Ahora quiero tratar a los que son para mí los grandes temas de este libro
Primero el tema ambiental, el calentamiento global, la falta de agua una de las mayores causas del caos en que está sumida la humanidad.
Otro tema a destacar es el racismo, se tiende a desconfiar de los que no son de tu raza, de los que no conoces, aunque desconfiar de los desconocidos no es tan injustificable si se considera que se cometen homicidios por robar lo que sea.
Tambien el hecho de que de forma solapada, pero incluso no tan oculta se haya retrocedido a los tiempos de la esclavitud, se trabaja por techo y comida, se trabaja para pagar deudas que nunca se podrán pagar, los hijos son vendidos para pagar las deudas de los padres. Deudas que nunca serán saldadas.
"Nos hemos convertido en una especie de ferrocarril subterráneo del siglo XXI" dice Lauren de su grupo en un momento, mientras avanzan y van sorteando peligros.
Otros temas importantes son la violencia de género, tanto.fisica como sexual, la drogadicción, etcétera.
Como dije más arriba Lauren viaja en grupo, un grupo que se va incrementado a medida que avanzan. Es al principio la necesidad de seguridad lo que los mantiene juntos o más bien cerca unos de otros.
Porque dentro de todo este caos, una constante lección que aprenden Lauren y sus compañeros es que solo no se sobrevive, que si tienes a quien cuidar y alguien cuida de ti tienes más posibilidades de seguir con vida
Por último el tema más importante que atraviesa todo el libro es la cuestión religiosa.
Lauren ha concebido un nuevo concepto de Dios, un concepto universal y transversal una idea que se aleja de lo que entienden por Dios las religiones tradicionales, según le dice uno de los personajes "semilla terrestre" que es como Lauren bautiza sus pensamientos. Estas ideas se basan en dos principios, Dios es cambio, dios es moldeable. Lo que rompe con la inmutabilidad como atributo de Dios.
La fe es la línea unificadora de toda la novela, pero no una fe en que se reza a un dios lejano y distante, si no una fe en el ser humano, en su capacidad de lucha, de solidaridad, de actos nobles, aunque estos sean excepcionales.
La parábola del sembrador es una de esas novelas que creo hay que leer, no solo por todo lo que plantea, porque está escrita con un talento extraordinario. Si no también por una mujer que rompió esquemas en cuanto a lo que se entendía eran los escritores de ciencia ficción. Género que se asociaba a hombres de raza blanca (no se me escapa que uno de los clásicos indiscutibles del género es de una mujer, Mary Shelley) Como la misma Octavia decía "soy una anomalía"

Una historia que me es imposible de valorar claramente. Me esperaba acción, tensión, pero no me encontré eso sino la creación de una nueva religión y una búsqueda de un lugar donde crear la comunidad.

Lauren es una adolescente que ha madurado más rápido de lo normal debido a las circunstancias del momento en el que vive. Vive en un mundo devastado por la sequía donde el agua es más cara que la gasolina, la comida escasea y la vida tiene muy poco valor, en una espirar de violencia exacerbada por el hambre, la envidia y la droga. Cuando su familia es atacada, Lauren decide partir en un viaje sin destino definido en busca de un lugar donde sentirse segura y montar una comunidad, basada en una religión inventada por ella misma.

De esta forma el libro se divide en dos partes que se van yuxtaponiendo. Por un lado, la explicación de Semilla Terrestre, la religión del cambio que crea y profesa la protagonista. Por otro lado, el viaje de Lauren, a quien se van uniendo más personas en busca de una vida mejor, o al menos de una vida.

La parte que explica la religión resulta un tanto aburrida. Por el contrario, la parte del viaje, es interesante y aunque no derrocha acción en su estilo, si hay momentos de tensión.