La parábola del sembrador

Con este libro se juntaban dos de mis deseos lectores: leer a Octavia y seguir leyendo distopías, género que me encanta y al que siempre acabo recurriendo. En ambos casos la experiencia ha sido de diez; Octavia ha sido todo un descubrimiento y esta no será mi última lectura ; y como distopía, La Parábola del Sembrador es de lo mejor que he leído sin ninguna duda.
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Como consta en la contraportada, esta es una novela postapocaliptica de esperanza y terror. Nos encontramos con una sociedad espoleada por el cambio climático y la crisis económica generalizada, donde masas de vagabundos hacen lo que sea para sobrevivir otro día más. La minoría privilegiada vive en bunkers aislados y sobreprotegidos y los que lo han perdido todo simplemente sobreviven. Pero hay un grupo intermedio, familias que siguen viviendo en sus barrios, que cultivan sus alimentos y mantienen de los pocos trabajos remunerados que van quedando, y que viven con el miedo a ser invadidos y asesinados, o a tener que abandonar el último sitio seguro que conocen. En uno de estos barrios vive Lauren con su familia. Pero Lauren sabe que su vida, tal y como la conoce, tiene los dias contados.
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Y evidentemente, lo que Lauren teme acaba llegando. Es aquí cuando la distopía se convierte, en algunos momentos, en un auténtico relato de terror. Sin refugio, sin vivienda, ¿ a dónde ir? No existe sitio seguro, sólo ansias de llegar a lugares donde no reine el caos y la muerte. Porque aquí nadie puede fiarse de nadie. Nadie puede volver a sentirse seguro porque la vida humana no vale nada, solo el más fuerte sobrevive. Es tremendo cómo la autora plasma tan descarnadamente esa sensación de desamparo, de no saber si mañana podrán comer, dormir o vivir. Tremendo también todo de lo que es capaz de aguantar el ser humano, aunque de eso ya somos bastante conscientes.
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Intenso, crudo y muy directo, sin dar cabida a sentimentalismos. Lo importante es que el mensaje llegue y que seamos capaces de verlo. Y aunque parezca que no, siempre hay que dejar hueco para la esperanza.

Se trata de una distopía en la que se sitúa al lector en un futuro (muy) cercano, en una Tierra decadente asolada por el cambio climático y la escasez de recursos como el agua, controlada por aquellos que ostentan el poder. En este contexto se ha criado Lauren Olamina, una joven de 15 años que vive con su familia en un conjunto de urbanizaciones cerradas y autoprotegidas. Sin embargo, otras personas más pobres no tienen la misma suerte y la necesidad de las clases más bajas, el miedo, las adicciones, etc. Los han convertido en delincuentes que acechan a comunidades como la de Lauren.

Cuando cogí esta novela iba sin saber prácticamente nada de ella y lo que al principio parecía una historia más pausada, centrada en la crítica social a través del reflejo de la comunidad de Lauren, acaba por transformarse en una lucha de supervivencia con mucha acción y con una tremenda evolución de los personajes.

Lauren ha resultado una de las protagonistas más interesantes que he leído. Por un lado, tiene una característica muy especial: la hiperempatía, un trastorno que le hace sentir las emociones y, especialmente el dolor, de los demás como suyo propio.
Por otro lado, ante la situación de caos climático y social que vive la Tierra, ella imagina un futuro para los seres humanos en otros planetas y plasma sus ideas en su libro «Semilla Terrestre. El Libro de los Vivos». Lo que empieza siendo unas cuantas teorías en la mente de una adolescente, comienza a crecer y crecer hasta convertirse en el germen de una especie de religión, una inspiración para otras personas que comparten la visión de futuro de Lauren y están dispuestos a trabajar juntas para llegar a él.

La historia que aquí se presenta es dura y cargada de violencia (incluida la sexual, aunque las escenas no son explícitas) y se presentan situaciones de etnicismo y racismo, clasismo, machismo... Da vértigo ver lo cerca que podría estar el mundo de convertirse en algo similar a lo imaginado por Butler.

La parábola del sembrador es el primer libro de lo que pretendía ser una trilogía, pero que no llegó a completarse porque Octavia Butler murió demasiado jóven, antes de poder terminarla. al menos pudo escribir la segunda parte, "La parábola de los talentos".

En este libro nos encontramos con una California (y se presupone que un mundo) devastada por el cambio climático, en la que el agua es un bien escaso y privatizado, los barrios que antes eran de clase media ahora son barrios pobres, pero amurallados para protegerse de un exterior donde la gente aún más pobre vive completamente al día, robando o matando para sobrevivir, en un peligro constante. El pacto social se ha roto completamente, todo está sumido en el caos y es un sálvese quién pueda. El sentido de comunidad se ha destruido completamente, porque en un mundo así, ayudar a las demás personas puede resultar muy peligroso.

La protagonista del libro, Lauren Olamina, vive en uno de esos barrios amurallados. Es hija de un pastor baptista que oficia las misas para todo el barrio. Lauren, que al principio del libro tiene 14 años, es una adolescente inteligente, fuerte y valiente, e intenta advertir a su vecindario de que deben tener un plan para huir porque las cosas están empeorando.

Muchas de las cosas que suceden en la historia tienen paralelismos evidentes con la esclavitud o con la experiencia migratoria. al final, Octavia Butler utiliza sus historias para advertirnos del peligro de pensar que está todo ganado, y que cosas como la esclavitud han quedado atras y no pueden volver a suceder. Butler nos dice: mantened los ojos abiertos, porque estas cosas no sólo pueden volver a repetirse, sino que siguen sucediendo.

En este libro hay mucha desesperanza, y descripciones de violencia muy explicita (hay algún párrafo en el que he tenido que dejar de leer porque no quería saber más). Es una historia que engancha mucho porque todo el rato suceden cosas, y que te hace ponerte en el lugar de sus personajes y pensar en cómo reaccionarías tú ante situaciones como esas. Pero está contado desde un enfoque demasiado teológico para mi gusto (cosa que no es sorprendente, si tenemos en cuenta que el título es una parábola de la Biblia). A pesar de que lo que intenta enseñar Lauren con Semilla Terrestre son cosas bastante lógicas, ese enfoque tan místico me estropea un poco la historia. Aún así, el libro me ha gustado mucho y tengo ganas de que saquen el siguiente porque, aunque este libro es autoconclusivo, deja la puerta abierta a muchas preguntas que ojalá se resuelvan en el siguiente.

Mientras intenta aprender todo lo que puede para poder sobrevivir en ese mundo, Lauren también necesita un agarre, una esperanza, y comienza a escribir, a inventar, una nueva religión, una nueva interpretación de Dios, a la que llamará Semilla Terrestre. A través de ella intentará hacer comprender a sus semejantes la importancia de la comunidad, de cuidarse unxs a otrxs para sobrevivir.

El libro comienza en 2024, y nos va contando cómo pasan los años. Cada día es un día más terrible que el anterior. Las distopías de Octavia Butler son distopías con todas las letras.

Este libro es la primera parte de la historia de Lauren Olamina, hija de un predicador, quien vive en una de las pocas comunidades que quedan en la zona de California a principios de 2020. Su vida cambiará cuando su comunidad sea el blanco de la violencia cotidiana y ella deba empezar a valerse por sí misma.

La protagonista es muy joven cuando empieza la historia y a pesar de que sabe de los peligros de la vida fuera de la comunidad, nada la prepara para lo que tiene que enfrentar. Sin embargo, su propósito y su objetivo la llevarán a enfocarse y seguir firme en sus deseos.

A ratos fue muy difícil leer las dificultades que enfrenta Lauren: la falta de agua, de alimento, de trabajo, de seguridad, son hechos que empiezan a diseminarse por más lugares de los países del mundo actualmente. Como toda distopía, busca hacer reflexionar al lector sobre el momento actual y cómo todavía podemos estar a tiempo de evitar lo que se narra.

Me gustó cómo a pesar de toda la violencia y la inseguridad, Lauren logra encontrar personas que todavía tienen un resto de humanidad y quienes buscan, como ella, crear más que destruir. Son personajes que tienen sus propios miedos y carencias pero que de todas maneras buscan cómo apoyarse y eso da un destello de esperanza en el futuro.

En la narración se combinan los hechos que va viviendo Lauren con fragmentos de Earthseed, para que nosotros como lectores también nos acerquemos al tema y saquemos nuestras propias conclusiones sobre su validez en la época.

Una historia sobre un futuro posible, los riesgos que entraña y cómo puede haber esperanza.
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¿Cómo se transformaría el mundo si el cambio climático convirtiese el agua en un recurso más caro que los combustibles fósiles? ¿Cómo sería vivir en un país que se ha visto dividido en pequeñas comunidades amuralladas y armadas para salvaguardar a sus habitantes? ¿Cómo sería crecer en un lugar donde los incendios son una amenaza constante, la pobreza y la indigencia la norma, la violencia el único lenguaje que entienden muchas personas y la supervivencia es lo que más importa? Hoy quiero hablarles de la parábola del sembrador, de Octavia E. Butler, una novela distópica escrita originalmente en 1993 y publicada por primera vez en español este año por Capitán Swing con la cuidada traducción de Silvia Moreno Parrado y un interesantísimo prólogo de Gloria Steinem.

«Me parece una locura vivir sin un muro que te proteja. Incluso en Robledo, la mayoría de los indigentes (okupas, borrachuzos, yonquis, gente sin hogar en general) son peligrosos. Están desesperados o locos, o las dos cosas a la vez. Cualquiera puede ser un peligro».

Esta es la historia de Lauren Olamina, una joven de quince años a la que conoceremos gracias a sus diarios. A través de ellos descubriremos ese futuro aterrador que ideó Butler, y nos llevarán a Robledo, una pequeña comunidad de California, para ver cómo en el 2026 el agua cuesta más que la gasolina. Ese mundo se encuentra dividido en tres estratos muy diferenciados: los ricos que controlan el agua y los cultivos, protegidos por seguridad privada, enormes recintos custodiados y servidumbre como nueva forma de esclavitud; los pobres que son la inmensa mayoría y que ahora viven en la indigencia, robando, violando, matando y quemando todo lo que pueden, y por último una clase media que sobrevive en comunidades amuralladas para tratar de mantener un poco de normalidad en el caos y la anarquía que deja el cambio climático, con sus sequías y constantes desastres naturales.

En una de esas comunidades rodeadas por un muro vive Lauren, quien es hija del pastor que lidera a sus vecinos. Aislados de todos, solo salen en grupo cuando es necesario, y siempre armados, defendiéndose por la superioridad numérica de los posibles ataques de los indigentes que ahora pueblan las calles y que aprovechan cualquier oportunidad para atacar a todo aquel que parezca débil. La violencia es creciente, y aunque su padre y la mayoría de adultos creen que solo tienen que aguantar un tiempo antes de que las cosas empiecen a mejorar, Lauren (a pesar de su juventud) tiene claro que no vendrán tiempos mejores y que si quieren sobrevivir deberán prepararse para cuando su pequeño refugio no sea un lugar seguro.

«Todas las luchas
son en esencia
luchas por el poder:
quién va a mandar,
quién va a dirigir,
quién va a determinar,
a perfeccionar,
a diseñar,
quién va a dominar».

Lauren tiene una particularidad que la hace muy vulnerable: es una persona hiperempática, lo que quiere decir que comparte tanto el dolor como el placer de las personas que la rodean. Y aunque ha crecido ocultando su condición, no puede evitar padecer el dolor que ve sufrir a los demás, a veces es una agonía tan paralizante que es incapaz de ofrecer ayuda a la persona que está viviendo y desencadenando la respuesta en ella. En ese mundo aterrador esa empatía es una debilidad que debe ocultar si quiere sobrevivir.

A pesar de crecer en la casa de un pastor de una iglesia baptista y conocer las escrituras, o quizás precisamente por ello, Lauren acaba por rechazar esa versión de Dios en la que cree su padre y termina por idear un sistema propio de creencias, su propia religión a la que llamará Semilla Terrestre. Una religión que iremos descubriendo paulatinamente, a través de fragmentos con los que inician los diferentes capítulos de la novela y que son extraídos del libro que agrupa sus doctrinas: «Semilla Terrestre: los libros de los vivos». Ella decide prepararse para sobrevivir, aprender todo lo que pueda de los libros y las personas que la rodean. Conocimiento para cuando todo se derrumbe.

«El Destino de Semilla Terrestre
es enraizar entre las estrellas».

Pero si vivir dentro de los muros es duro, nada se puede comparar con lo que tendrá que experimentar nuestra protagonista cuando finalmente se vea obligada a viajar por carretera rumbo al norte, en busca de un lugar donde establecer su culto y ponerlo en práctica. Butler nos hace acompañar a Lauren mientras crece y se enfrenta a esa realidad a la que temía y en la que la pérdida será una constante, al igual que el cambio al que hace referencia ese Dios en el que decide creer. Ese mundo es cruel y aterrador, pero aun así la autora deja un pequeño resquicio para la esperanza, aunque quizás no aquí, sino entre las estrellas.

Cambio climático, violencia, racismo, esclavitud, diversidad, esperanza, cooperación… La parábola del sembrador, de Octavia E. Butler, es una novela dura pero muy necesaria. Una obra que nos habla de un futuro no muy lejano que es muy fácil de imaginar. Uno repleto de violencia y horrores porque los seres humanos, aunque pretendemos vivir autoengañándonos para no enfrentarnos a las consecuencias de nuestros actos, somos capaces de maravillas y prodigios, pero también de mucha crueldad. Se representan aquí nuevas formas de esclavitud tan posibles como aterradoras. Ojalá Capitán Swing publique pronto también La parábola de los talentos, el segundo libro de esta trilogía que la autora no pudo terminar porque murió siendo aún muy joven (con solo cincuenta y ocho años). Leer a Butler hace que te replantees todo lo que crees saber, dadle una oportunidad.

¿Han leído La parábola del sembrador? ¿Les llama la atención?
Enlace: http://inthenevernever.blogs..

La novela reflexiona sobre temas que están de completa actualidad hoy en día, como la explotación laboral, la drogradicción, el racismo, la diferencia de clases y el calentamiento global.

Octavia logró atraparme desde el principio gracias a su prosa, sencilla, directa y plagada de frases lapidarias que no podía dejar de marcar con post-it

Sin embargo, hacia el final sentí que el libro se iba desinflando y la parte relacionada con la religión se me hizo pesada y repetitiva.

A principios de los 90, Octavia E. Butler convirtió la vida en la década actual del S.XXI en escenario postapocalíptico. Narrado en primera persona a modo de diario por Lauren Olamina, nos narra la miseria y desolación de un mundo ardiendo por el cambio climático que ha acentuado las diferencias de clase y ha devuelto a sus habitantes sus instintos más animales.
Octavia E. Butler conocida como una de las reinas de la ciencia ficción, ganó múltiples premios por varias de sus obras. La leí en Parentesco y comprobé que el reconocimiento era justificado y me quedé con ganas de más. Escogí La parábola del sembrador y, claramente, escogí mal.
No leo ciencia ficción, por tanto no conozco el género y no tengo con qué comparar. Todas las reseñas que he leído de este libro eran excelentes y mi experiencia previa no me hacía creer lo contrario.
Pero, la verdad es que se me hizo bola. Supongo que el postapocalipsis lleva implícito desastre y lucha por la supervivencia pero, no por eso me ha sorprendido (y desagradado) menos la presencia constante del fuego, la violencia y las experiencias extremas a las que se enfrentan los personajes. La autora utiliza un estilo directo y crudo y sí bien se le tiene que reconocer el (penoso) mérito de acercarse peligrosamente a la realidad y conseguir esa atmósfera de angustia sofocante, también debe reconocerse que puede herir sensibilidades. Aunque, mi problema no ha sido ese, sino el sentimiento de repetición claustrofóbica y lo nerviosa que me puso la protagonista, una joven visionaria que al mismo tiempo que escapa del horror, descubre/crea Semilla Terrestre, una forma más terrenal de entender a Dios que comparte con sus compañeros de viaje y que al igual que algunos de ellos me sonó a secta y me terminó de sacar de la historia. Definitivamente, no lo pondría en mi mochila de supervivencia básica.

Una novela distópica super original, muy bien escrita, y con una trama buenísima.
A todos los que estéis pensando si leerla os invito a que lo hagáis, pues a mi realmente me sorprendió y me pareció tan real que veo a la Humanidad en esa situación en 50 años (sobre todo una sociedad como la de EEUU).

El tema del racismo, de la situación de la mujer y del cambio climático están presentes a lo largo de toda la novela, y son fundamentales en la historia.

Una novela que es una crítica y un aviso a la sociedad de cómo podemos terminar, pero que a la vez muestra que siempre hay esperanza. Lo que menos me ha gustado es el tema de la religión que la protagonista pretende crear (no digo nada más para evitar spoilers), pero igualmente merece y mucho la pena.

🌾 "No me fío. La libertad es peligrosa, Cory, pero también es valiosa. No puedes desperdiciarla ni dejar que se te escape. No puedes venderla a cambio de pan y sopa" 🌾

Año 2024. Un planeta devastado por los efectos del cambio climático y las crisis económicas y políticas. Pocas personas pueden permitirse comprar agua, alimentos o, simplemente, sobrevivir un día más sin que alguien te mate para robarte lo poco que tienes.

Lauren tiene 15 años al comienzo de su narración. Es hija de un predicador, sufre hiperempatía y vive, por suerte, en un barrio protegido por un muro. Pero todo es cambio, como escribe Lauren. Y la seguridad en un mundo cambiante es vulnerable y frágil.

Una narración cruda, donde no se esconde la brutalidad humana. Con una crítica en varios planos: medioambiental, económica, social, racial o política. Con una narración perfecta.

Es el primer libro que leo de Octavia Butler y ya sé que no voy a dejar de leer todo lo que pueda sobre ella.